Empresario alimenticio falleció de coronavirus

Cilver Ripani, fundador de la fábrica de galletitas RC, tenía 88 años. También fue un referente del aeromodelismo. Su hijo, Alejandro, es el creador de Tía Maruca

A los 88 años de edad, falleció de coronavirus el empresario alimenticio Cliver Ripani. En 1972, fundó la fábrica de galletitas RC, que se comercializan en el país y en el exterior. Un legado que continuó su hijo, Alejandro, titular de otra productora, Tía Maruca.

Nacido en Colonia Marina, Córdoba, empezó como peón de campo. Mecánico de oficio, hizo él mismo las primeras máquinas con las que empezó a producir galletitas. Para fundar su empresa, a la que bautizó con sus iniciales y está localizada en Ramos Mejía, vendió su auto, un Ford Falcon, y con eso compró los fierros de una fábrica abandonada. Para mantenerla, hipotecó su casa y, en algún momento, también la de su hija, Adriana.

Ripani no sólo se destacó por su actividad empresaria. Su hobby, la construcción de réplicas de aviones a escala, lo llevó a armar un taller de aeromodelismo en su casa de Parque Leloir. También, llegó a tener un avión propio, al que piloteaba.

"El coronavirus fue la única crisis que pudo con su vida. Porque, como empresario, logró sortear la crisis de 2001, la hiperinflación, el Rodrigazo", lo recuerda su familia, que destacó su afición por lo que llamaba "las cosas simples": pizza y truco con sus amigos, y conversar con sus hijos.

 

 

 

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