El cambio organizacional: una cuestión cultural

En un contexto organizacional y de mercado cada vez más complejo, cambiante y muchas veces incierto, surge la necesidad de preguntarnos, de manera frecuente, cómo acompañar al negocio desde la gestión de las personas para lograr los resultados esperados.

A pesar de la incertidumbre que pueda causar pensar en el futuro, también presenta ámbitos de actuación desafiantes y con posibilidades de aprendizaje y crecimiento. Estas motivaciones son las que impulsan el desarrollo, saliendo de la zona de confort.

Cualquier tipo de cambio organizacional, como los procesos de digitalización, apertura de nuevos negocios, fusiones o la redefinición de la estrategia, requiere que las personas comiencen a comportarse de manera diferente a como lo venían haciendo hasta ese momento. De hecho, visualizar estos comportamientos es un indicador del éxito del cambio.

Pero el camino para lograrlo realmente debe iniciar en la esencia de la cultura de la organización: las creencias compartidas. Trabajar en este nivel más profundo de la cultura organizacional es lo que garantizará un cambio consistente y sostenido en el tiempo. Allí recién aparecerán como resultado los nuevos hábitos y conductas, no de manera impuesta sino desde una adhesión interna y duradera.

Al contrario, solo se modificará la superficie de modo simbólico. Esto es lo que sucede muchas veces cuando no hay una real convicción por parte de los líderes de iniciar un cambio, ni existe la creencia sobre el valor que traerán las transformaciones al negocio. ¿Cómo prepararnos para acompañar los cambios?

En primer lugar se deberá definir la cultura que necesita la organización para acompañar la nueva estrategia. Luego se deberá evaluar y comprender la cultura actual, es decir sus atributos y valores reales. Esto determinará la brecha existente entre la cultura presente y la deseada, marcando las características que deberá tener el camino de la transformación cultural de la organización.

El siguiente paso será alinear a los líderes con relación a la nueva cultura, comenzando por el compromiso de la alta gerencia; siendo que el cambio requerirá modelar con el ejemplo, comunicando a través de palabras y acciones. Esto además otorgará credibilidad y confianza, dos factores cruciales para lograr la adherencia al cambio por parte de los colaboradores.

Dado que la transformación finalmente requerirá el compromiso de todas las personas de la organización, será necesario avanzar con instancias de sensibilización, comunicación y entrenamiento en todos los niveles. Aquí deberá aparecer una pregunta esencial: ¿Cómo contagiar el propósito del cambio?

Finalmente, es clave comprender que el camino del cambio y la transformación es de largo plazo y requerirá del mantenimiento de los estándares establecidos y su seguimiento. La consolidación de la nueva cultura mandará sostenimiento y coherencia. Aquellos atributos culturales que sean valorados como estratégicos para acompañar el éxito del negocio deberán también honrarse en todas las prácticas de la organización.

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