El jefe dinosaurio, en extinción: siete claves para ser un líder respetado

La marca personal y la reputación son dos caras de una misma moneda: el respeto o la consideración de los otros. Cómo construirla

El respeto es la consideración de los demás hacia nosotros, algo que se conquista en base a la confianza que inspiramos en los otros mediante las relaciones que mantenemos y las acciones que realizamos. Sostenidas en el tiempo, validadas por la experiencia y el nivel de desempeño, esas características darán consistencia a la reputación y proyección a la marca personal.

En el ámbito laboral se confunde el inspirar respeto con el exceso de firmeza e, incluso, con el ser temido por los empleados y colaboradores. Pero la diferencia es cada vez más clara entre el jefe que quiere tener todo (y a todos) bajo su control versus el líder empático que apuesta al trabajo colaborativo.

Quien se esfuerza por ser un jefe respetado, muchas veces lo hace desde la hostilidad e incluso el hostigamiento. Y eso nunca es respetable. El líder que cumple su rol desde su yo auténtico (es decir, lejos de las máscaras del rol) despierta esa percepción positiva que genera empatía, estima y consideración.

Aquí van siete consejos de reputación y marca personal para ganarte el respeto de los demás.

Sé confiable

Al igual que el respeto, la confianza es la base de toda relación. También se construye en el tiempo, y no hay una fórmula mágica para que los demás confíen en vos. Sin embargo, la clave está en la habilidad de escuchar, responder y cumplir tus promesas y compromisos todo el tiempo.

Sé una persona auténtica

En un mundo plagado de apariencias, la autenticidad al expresar de la mejor forma tus pensamientos, aunque sean divergentes, así como mostrar predisposición, consideración y apoyo hacia los demás, son herramientas fundamentales para generar respeto.

Respetá para que te respeten

Las personas que inspiran miedo generan desconfianza, y por lo tanto, falta de respeto de ellos hacia los demás: y lo que dan... vuelve multiplicado. Por lo tanto, una cosa es ser firme en algunos momentos -sin faltar el respeto jamás- y otra muy distinta es usar el miedo y el destrato (que puede ser nocivo al igual que maltrato activo) como herramienta de control, porque ahí no hay gestión posible sobre los demás.

Escuchá el 80% del tiempo

Las personas que inspiran respeto tienen la habilidad de la escucha asertiva, aquella en la que el otro tiene su espacio para expresarse libre de condicionamientos. Escuchar no significa adherir con lo que se dice, sino generar un espacio de apertura para considerar los puntos de vista de los demás por más que sean opuestos a los propios. También hay mucha grandeza en decir "no sé".

Agregá valor siempre

El proceso de generar respeto en los demás se basa en tomar acciones concordantes con el sentir, el pensar y el decir. Este equilibrio interno es estratégico para que esa coherencia se transparente a través de acciones que generen valor agregado y propuestas superadoras.

Eliminá las excusas

La palabra es el principal valor de las personas que inspiran respeto. Asumir la responsabilidad (especialmente cuando hay errores) es una cualidad de los grandes líderes porque generan un nivel de respeto aún mayor cuando muestran que se equivocan, corrigen sus errores y siguen adelante.

Practicá la humildad

La posición del aprendiz (que se da cuando se asume que cualquier persona puede enseñarte algo constructivo) es fundamental para la reputación y la marca personal. La mente abierta y el corazón dispuesto valen tanto -o más- que los conocimientos específicos sobre la tarea.

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