¿Quién es Boris Johnson?

El nuevo líder del Partido Conservador y primer ministro de Reino Unido es uno de los políticos más conocidos de su país.

Apenas Theresa May anunció que dejaría su cargo, el nombre de Boris Johnson comenzó a sonar fuerte para quedarse con el cargo de primer ministro.

Es que merced a su carisma y habilidad política, "Bojo" -como lo conocen sus amigos- había conseguido colocarse como el referente del "brexit duro" tras el referéndum de 2016 donde hizo activamente campaña por la salida del Reino Unido del bloque europeo.

La popularidad de Johnson hay que entenderla por su capacidad para representar a un querido estereotipo de la sociedad británica: el personaje de clase alta, educado en sus mejores instituciones, pero que en lugar de mostrarse altivo deambula con un estudiado desaliño, utilizando sus años de debates dialécticos en Oxford para lanzar continuas frases ingeniosas que desarman a su audiencia.

Esta imagen fue reforzada durante sus años como periodista en distintos medios como The Times y The Daily Telegraph. Tal es así que, cuando entró en 2001 en la Cámara de los Comunes como diputado del Partido Conservador, ya era uno de los políticos más conocidos y carismáticos. Este alto nivel de conocimiento le permitió ganar en 2008 la alcaldía de Londres.

La popularidad de Johnson resiste la "superficialidad ideológica" que le endilgan sus opositores ya que, según el momento, enarbola la bandera que más le conviene.

Así, en su etapa como alcalde de Londres (2008-2016), ciudad tradicionalmente de izquierdas, se mostró como una persona liberal y promotora de la diversidad. Pero luego, en 2016, desafió al entonces primer ministro, David Cameron, para defender el Brexit en el referéndum, mostrándose implacable contra la inmigración.

Su militancia por la salida del Reino Unido de Europa le valió, como premio, el nombramiento como ministro de Asuntos Exteriores de Theresa May, que arrancaba su gobierno.

A poco de comenzar su gestión en la cancillería comenzó a cuestionar las negociaciones de su jefa con la Unión Europea (UE) hasta dimitir en 2018 en disconformidad con el acuerdo alcanzado por May. Muchos vieron en esa maniobra más que descontento, un preparativo para saltar el poder con la ayuda de los cada vez más euroescépticos que integraban el Partido Conservador.

Su ambición, los escándalos, la superficialidad, el uso de los medios y su tirón popular hace que muchos observadores británicos le comparen con el presidente estadounidense Donald Trump, con quien parece mantener una buena sintonía.

Según Kallum Pickering, analista de Berenberg Bank, "Johnson es un pragmático que se sirve a sí mismo. Pese a sus bravuconadas sobre el Brexit, su trayectoria como alcalde de Londres es reveladora. No es un ideólogo. En asuntos claves, su instinto es tomar la opción que impulsa su propia popularidad. También es un vendedor y un activista de campaña efectivo".

¿Pragmatismo en la salida de la UE?

No pocos tienen la esperanza de que, una vez en el poder, Johnson vuelva a moderar sus formas y vaya a un programa de Gobierno más inclusivo, dando un nuevo giro a su posición con el Brexit para ir hacia una salida pactada de la UE.

Pero la fuerte división social y política creada por el Brexit puede complicar cualquier esfuerzo de Johnson por tomar una vía intermedia. Si va hacia una negociación amistosa con la UE, los euroescépticos que le han apoyado se sentirán traicionados. Y los partidarios de seguir en Europa han ido alimentando un fuerte rencor hacia Johnson desde que lideró la campaña del referéndum con mensajes que luego se demostraron como mentiras.

Nacido en Nueva York cuando su padre Stanley estaba estudiando en esta ciudad, pronto volvió a vivir en Reino Unido, y luego también pasó parte de su infancia en Bruselas.

Como es tradicional en las clases pudientes de Reino Unido (reminiscencia de la época imperial) fue enviado de niño al elitista internado de Eton y luego logró acceder a la Universidad de Oxford, donde se empezó a batir el cobre dialéctico en círculos de estudiantes a los que acudían otras promesas entonces de la política como David Cameron o Michael Gove.

Como periodista, fue corresponsal en Bruselas del Telegraph, donde empezó a forjar su euroescepticismo con artículos no muy rigurosos. Según Max Hastings, entonces director de ese periódico, "Boris es un tipo entretenido pero no es adecuado para primer ministro; solo le importan su fama y gratificación".

Agencias: AFP y Reuters.

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