Los mercados deben entender que Trump puede avanzar en una intervención del dólar

Si las guerras comerciales ahora se conducen mediante tuits presidenciales, ¿por qué no podría suceder lo mismo con las guerras de monedas? El presidente estadounidense podría hacerlo.

Los inversores finalmente asumen que existe un verdadero riesgo de que las autoridades estadounidenses traten de debilitar el dólar.

En los inicios de la presidencia de Donald Trump, la noción fue descartada pese a sus comentarios sobre su aversión a la solidez de la moneda. No hay manera, aseguraban los expertos. Sería desestabilizador, probablemente contraproducente, y rompería con normas del sistema financiero global que se cumplen hace mucho tiempo.

Dos años y medio después, esas mismas normas son para los perdedores tal como dijo Trump, y la noción de que las medidas contraproducentes mal pensadas no suceden es para los libros de historia. Si las guerras comerciales ahora se conducen mediante tuits presidenciales, ¿por qué no sería lo mismo con las guerras de monedas? La sólida posibilidad de que la intervención del dólar pueda anunciarse a través de una cuenta de algún medio social es la frutilla del postre.

Los participantes del mercado ahora se esfuerzan por ponerse al día con el arte de la guerra cambiaria. Las bandejas de entrada están repletas de análisis sobre cómo podría funcionar la intervención.

Sin embargo, la historia de los últimos años se está reescribiendo, o al menos reexaminando. "Tras una pausa desde principios de 2018, la guerra fría cambiaria entre los principales bloques comerciales del mundo se está reavivando", dijo Joachmin Fels, asesor económico global de Pimco. "El primer round de la actual guerra fría cambiaria se puede decir que empezó en 2013, cuando el Banco de Japón introdujo la flexibilización cuantitativa y cualitativa", agregó. "El Banco Central Europeo se unió a esa guerra en 2014 cuando introdujo tasas de interés negativas, e inició varias rondas de programas de compra de activos".

Tal como dijo Fels, esa ronda de ablandamiento monetario no tenía como objetivo provocar una debilidad cambiaria. Aún así, en retrospectiva, es fácil verlo de esa manera. También no es difícil imaginar que ésa sea la manera en que los asesores ahora se la presentan a Trump, describiendo a EE.UU. como un "perdedor".

Es posible que el efecto de los sarcásticos tuits de Trump sea suficiente para impactar en el dólar sin ninguna intervención oficial. Pero ¿es ésa una apuesta que uno quisiera aceptar? Ahora es momento de pensar en cómo la eurozona podría lidiar con un euro significativamente más sólido o cómo el Reino Unido podría defenderse de acusaciones por manipular la divisa si un Brexit sin acuerdo golpeara la libra esterlina.

Lo positivo es que las intervenciones unilaterales de EE.UU. que derivaron en una serie de intervenciones globales al menos generó conciencia de lo que los analistas de Deutsche Bank describen como un período "sombrío" para los mercados cambiarios. Deprimir al ya abatido personal de Deutsche es una tarea difícil en este momento, pero los mercados cambiarios lo manejaron con su larga y tediosa racha de baja volatilidad.

Los fondos macro y las mesas de trading de los bancos podrían terminar agradeciéndole al presidente Trump si produce una ráfaga de intervenciones. Aunque nadie más lo haga.

Traducción: Mariana Oriolo

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