La guerra comercial con China acelera la decisión de una baja de tasas de la Fed

Inversores apuestan a un recorte de tasas, pero mejores noticias económicas cambiaron las expectativas

Cuando Jay Powell subió al escenario durante una convención el Banco de la Reserva Federal de Chicago a principios de este mes, dijo refiriéndose al impacto de las "negociaciones comerciales" entre EE.UU. y China: "Estamos siguiendo de cerca las implicancias que tienen estos acontecimientos para el panorama económico norteamericano y, como siempre, actuaremos de manera adecuada para sostener la expansión".

Después de que la Fed dedicó los últimos tres años y medio a normalizar las tasas de interés tras el enorme estímulo monetario de la década posterior a la crisis, Powell —que asumió su cargo en febrero del año pasado— pasó a mencionar un posible cambio de rumbo.

La admisión implícita de que las tasas de interés podrían dominar la escena en la reunión que tendrá la Fed mañana y el miércoles, durante la cual los funcionarios tendrán que sopesar el impacto de la guerra comercial con China sobre la economía norteamericana, y guiar los mercados hacia su próximo movimiento.

Los inversores apuestan cada vez más a que Powell seguirá adelante con un recorte de tasa este año, si bien las expectativas de que dé un giro disminuyeron el viernes con las mejores noticias económicas del sector de venta minorista.

Si bien la economía norteamericana aún crece a un ritmo relativamente sólido, y con el desempleo en mínimos récord, las guerras comerciales de Donald Trump exacerbaron el temor a una inminente desaceleración. La Fed está tratando de adivinar hasta qué punto el enfrentamiento entre EE.UU. y China —y las otras agresiones comerciales de Trump incluyendo la amenaza arancelaria a México— afectará la economía en general.

Lo que complica aún más los cálculos de la Fed son las frecuentes críticas de Trump al banco central y también los recursos para mantener bien exprimida la economía mientras se acerca la campaña para su reelección en 2020.

"Cometieron un gran error. Subieron demasiado las tasas y lo hicieron demasiado rápido", dijo Trump a la CNBC la semana pasada en una de sus diatribas contra la Fed.

Si la Fed recortara las tasas, "sería una póliza de seguro para anticiparse al significativo trastorno que provocarán las guerras comerciales", dijo Sarah Bloom Raskin, ex miembro de la junta de gobernadores de la Fed y vice secretaria del Tesoro durante el gobierno de Barack Obama y ahora profesora de Duke University. "Pero si dejan a los mercados y a la gente en la economía con la idea de que ceden ante la presión de la Casa Blanca, realmente corren el riesgo de dañar su credibilidad".

Con todas estas fuerzas opuestas en juego, la mayoría de los economistas ahora esperan que el banco central norteamericano mantenga las tasas de interés sin cambios esta semana, si bien podría modificar el lenguaje de su declaración para recalcar los riesgos provenientes de la guerra comercial y los cambios en los datos económicos.

Sin embargo, los funcionarios de la Fed ofrecerán una mayor señal sobre si tienen la intención de ablandar la política más adelante este año, podría ser en julio, en las proyecciones económicas que publican junto con su declaración de política después de la reunión. El comunicado con los pronósticos incluye lo que se denomina gráfico de puntos, o dot plot, que muestra las proyecciones de los 16 miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) en cuanto a las tasas de interés .

El gráfico de puntos no nos brinda mucho margen de ambigüedad", dijo David Wessel, director del Centro Hutchins de Política Fiscal y Monetaria del Brookings Institution en Washington. "La gente observará los puntos y los puntos muestran o no un recorte de tasas. De cualquier manera, Powell tendrá que explicar eso", agregó.

Un movimiento hacia el ablandamiento monetario en los próximos meses sería particularmente sorprendente dado que hace sólo un año la Fed seguía adelante cómodamente con una serie de subas de tasas apuntadas a normalizar totalmente la política y con la esperanza de darle un mayor margen de respuesta ante la próxima desaceleración.

Las tasas habían caído a cerca de cero después de la crisis financiera, y la Fed agregó más poder de fuego a su estímulo monetario con tres rondas de compras de bonos, conocido como flexibilización cuantitativa, para sostener la recuperación. Durante la gestión de Janet Yellen, la predecesora de Powell, la Fed empezó a subir las tasas — y si bien están en 2,25%-2,50%, aún se ubican a menos de la mitad del nivel de septiembre de 2007.

En diciembre pasado, la Fed detuvo los planes de mayores ajustes, en lo que fue descripto como un giro de Powell hacia un enfoque más "paciente" hacia las alzas de tasas, después de que los mercados de acciones se derrumbaron abruptamente. Sin embargo, este marzo los miembros de la Fed aún mostraban que tenían esperanzas de que se reanudaran las alzas de tasas en 2020, según los gráficos de puntos.

Sin embargo, los funcionarios de la Fed no están observando la actual situación a través de los lentes de 2007, lo cual asustaría a los mercados por señalar una inminente recesión, sino en el marco de los años noventa. Alan Greenspan, entonces presidente, recortó las tasas en dos ciclos, primero en 1995 y luego en 1998 durante la crisis financiera, para ayudar a sostener la expansión de EE.UU. durante el gobierno de Bill Clinton.

El principal factor que dañó el panorama económico estadounidense en los últimos meses fue el recrudecimiento de las tensiones comerciales entre EE.UU. y sus principales socios comerciales. A principios de mayo, las conversaciones entre Washington y Beijing para terminar con su disputa comercial terminaron con la imposición de aranceles a miles de millones de dólares en mercadería china que cruza el Océano Pacífico todos los días.

Mientras tanto, la administración Trump amenazó con fijar impuestos a México por no haber reducido la inmigración, y aún estudia gravámenes sobre las importaciones de autos provenientes de la UE y Japón.

"El comercio es el riesgo más evidente e importante para la economía estadounidense y para la economía mundial", dijo Joseph Gagnon, profesor del Peter Institute for International Economics en Washington. "Lo que la Fed se pregunta es si las empresas están preocupadas y si han recortado la inversión y el gasto debido a que temen que la situación empeore".

Pero predecir el rumbo que tomará la política comercial norteamericana, y sus efectos sobre la economía con un presidente tan impulsivo como Trump, es sumamente difícil.

Uno de los mayores factores que podrían inclinar a la Fed hacia una rebaja de tasas es que la inflación se mantuvo moderada. El índice de Gastos de Consumo Personal subió 1,6% interanual en abril, muy por debajo de la meta de 2% del banco. Si bien algunos funcionarios de la Fed ven la inflación baja como un desafío fundamental que debería a abordar con recortes de tasas, otros la ven como un factor más transitorio, y definitivamente insuficiente para justificar el ablandamiento monetario.

Sin embargo, algunos economistas advierten que Powell tampoco puede darse el lujo de ser excesivamente paciente, y que cortar de raíz cualquier desaceleración es aún más crucial para la Fed ahora dado que las bajas tasas pos crisis le dan menos margen para ablandar la política monetaria en el futuro.

Si Trump y Xi Jinping, el presidente de China, no llegan a ningún acuerdo comercial tras la cumbre del G20 en Japón esta semana, ni hay ninguna señal de una nueva tregua, ese resultado podría llevar a Powell a tomar una decisión. "Siempre es difícil predecir la economía", aseguró. "Normalmente no es así de difícil predecir a los políticos", señaló Wessel.

Esta nota habla de: