El BID recomienda abrir el comercio y usar ventajas del agro y servicios
Un estudio revelado ayer sostiene que la resistida apertura comercial mejoró la performance de América latina y el Caribe y sugiere atender reconversión de sectores.
Un dato para el tablero de comando de Alberto Fernández, en las negociaciones en el Mercosur y en el modelo de desarrollo. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la región debería aprovechar e impulsar las ventajas en agricultura moderna y servicios en una integración comercial más libre. El diagnóstico surge de un estudio que sostiene que la liberalización comercial le dio impulso a las economías de la región, a pesar de que las políticas de apertura comercial no tienen respaldo suficiente.
"La reducción arancelaria promedio del 56 % en la región entre 1990 y 2010 aceleró el crecimiento del PBI anual per cápita promedio en 0,6 %", según el reporte conocido ayer. Bajo el título "De promesas a resultados en el comercio internacional: lo que la integración global puede hacer por América latina y el Caribe", el organismo multilateral analizó, por ejemplo, las políticas de defensa productiva de cada país y las mesas sectoriales argentinas.
"La liberalización comercial no resultó ser la fórmula milagrosa para fomentar el crecimiento de la región como fue el caso de algunas economías asiáticas de alto desempeño", dijo Eric Parrado, economista jefe del BID. "Sin embargo, el comercio claramente ha contribuido de manera positiva al bienestar y desarrollo de la región, y deberíamos resistir la tentación de retornar a las políticas de economías cerradas de décadas anteriores", sostuvo.
Los latinoamericanos apoyan mayoritariamente la expansión del comercio, pero "cae abruptamente al presentarse información enfatizando las consecuencias negativas, como la pérdida de puestos de trabajo en sectores vulnerables".
"Existen potenciales favorecidos y perjudicados, y entre ellos hay grupos de interés especiales vinculados a sectores que compiten con la importación, que a menudo bloquean reformas en el área de comercio -concluyó el BID-. Para aprovechar al máximo las oportunidades que brinda la globalización a la vez que se mitigan sus riesgos, los gobiernos deben ver más allá de la tradicional agenda de acuerdos comerciales, facilitación del comercio y atracción de inversiones extranjeras (...). Deben esforzarse por garantizar que los mercados laborales no solamente sean más flexibles, sino que también ofrezcan ayuda a los potenciales perjudicados por la apertura comercial, para que puedan realizar una transición hacia empresas y sectores competitivos", se afirma.
Según el BID, las medidas deben ser congruentes con la integración global, evitando impulsar a sectores y empresas que no son competitivos. Paralelamente, los gobiernos deben buscar estrategias exitosas en sectores como agricultura moderna y servicios y no únicamente en el sector industrial.
"Estamos avanzando hacia un mundo en el que la competitividad está determinada no solamente por los aranceles, sino por la capacidad de superar costos regulatorios, logísticos y de información, y por incorporar nuevas tecnologías", dijo Fabrizio Opertti, gerente de Integración y Comercio del BID.