Obesos digitales: cómo saber si me estoy convirtiendo en uno y qué hacer para dejar de serlo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la obesidad como una acumulación anormal o excesiva de grasa que presenta un riesgo a la salud. Es interesante poder hacer una analogía entre la “grasa y la información que consumimos todos los días a través de Internet o el tiempo que dedicamos, sin ser conscientes, ya sea a redes sociales, a series Netflix, y a otras apps en nuestros celulares.

Según la OMS, este exceso de grasa genera desórdenes como diabetes, enfermedades cardiovasculares y hasta cáncer. Si hablamos de obesidad digital como el exceso continuo en consumo de información e interacción digital, podemos hablar de una adicción a estar conectados 7x24, con efectos que se materializan como trastornos de ansiedad, pérdida de atención y concentración.

Quizá el peor de los daños de la obesidad digital, algunos conscientes y otros no, ni siquiera es alguno de los anteriores, sino es perderse el presente, que puede incluir una experiencia, una conversación o nuestra propia y saludable introspección. Debo reconocer y agradecer al futurista alemán Gerd Leonhard, quien es uno de los primeros en introducir este concepto en 2016 en su libro Technology vs Humanity, y además uno de mis inspiradores. Según su gráfico, que abre esta columna, debemos evitar que la tecnología nos abdique.

Hoy estamos expuestos a una oferta enorme de información que promueve la ola de no quedarnos afuera de esta era digital. Quien estas líneas escribe, paradójicamente forma parte de esta ola. Pero, debo aclarar que tiene su lado de luz y su lado de oscuridad (cualquier parecido a Star Wars es una mera coincidencia…)

La mayoría de las apps o sitios web son diseñados para promover la interacción continua con sus usuarios. La Experiencia de Usuario (UX) ha mejorado exponencialmente (y los sueldos de los Diseñadores UX también). Cuánto más se interactúa con estas apps o sitios, más aprenden de nosotros. Cuanto más aprenden, más personalizada es su oferta a nuestros intereses. De esta manera, aumenta la probabilidad de nuestro consumo, ya sea por la emisión de mi opinión, la lectura de una noticia, o la compra de un servicio o producto.

Hace unos años nosotros decidíamos cuándo interactuar con estas apps o sitios. Hoy, a través de las notificaciones, las apps son las que deciden cuando buscarnos y no nosotros, incluso cuando nosotros no queremos ser contactados. Por default, las notificaciones se activan automáticamente y nos ponen en la incomodidad de descubrir como desactivarlas. Esta primera decisión (de los diseñadores o dueños de las apps o sitios o redes) fue un punto donde nos quitaron la libertad de elegir “por default a no ser contactados. Volviendo a lo anterior, las notificaciones le dan vida y nutren de información a las apps y redes sociales en los momentos en que no las hubiéramos usado.

¿Tenemos control sobre nosotros mismos del tiempo que dedicamos a estos sitios o canales? ¿O al revés…?

El año pasado se publicó en un medio una encuesta basada en un estudio de Deloitte, donde un alto porcentaje de personas chequeaban hasta 200 veces por día el celular, sin especificar el tiempo insumido por día, que según otras fuentes, llegan a las 8 horas diarias de conexión a sitios o redes en Internet.

El problema no es nuestro tiempo delante de pantallas. Sino qué hacemos mientras estamos delante de ellas. ¿Simplemente consumimos pasivamente? ¿O creamos? ¿En qué proporción?

No es lo mismo diseñar una pieza para ser impresa en impresión 3D, o componer una melodía a través de las numerosas aplicaciones que existen, a consumir pasivamente opiniones, o zambullirse en los tantos grupos de Whatsapp a los cuales pertenecemos, tratando de entender los diálogos paralelos que se están dando.

Cuando empezamos a ganar en niveles de consciencia, empieza el colectivo social que podría responsabilizar a los dueños de las apps y redes por nuestro uso abusivo de sus herramientas (cuando en realidad, deberíamos haber empezado preguntando que hacemos nosotros primero…).

Este colectivo pondría en una situación muy incómoda a empresas como Google y Facebook, dueñas de plataformas y redes sociales. ¿Por qué? Porque sus modelos de negocio se nutren del alto nivel de interacción de sus usuarios y ahora tienen que promover que los usuarios se desprendan un poco de sus aplicaciones en los celulares. Entonces la idea de “prevenir mejor que curar puede ser una buena estrategia para un CEO de una empresa digital.

Nacen los Programas de Bienestar Digital o Digital WellBeing. Parece algo instalado en el debate digital desde el consumidor, pero no es así. Son las empresas digitales las que empiezan este debate hace poco más de un año, según mi análisis en Google Trends, como lo expone este gráfico.

Por ejemplo, hace unos días, Google anunció que en su Sistema Operativo Android 10 lanzará el Focus Mode o Modo sin distracciones, que ayuda a desactivar las aplicaciones que más te distraen, consolidando en un solo lugar la configuración para determinar que quiero que me distraiga y qué no.

Esto es parte de la aplicación Digital WellBeing o Bienestar Digital de Google, que proporciona información de cuanto usás tu dispositivo y cuanto dedicas a cada una de las aplicaciones que tenés instaladas. Lo mismo hizo Apple con su aplicación Screen Time. La buena noticia es que ambas desactivan las notificaciones por default. Por otro lado, Facebook, con su plataforma Instagram, también tiene un Programa de Bienestar Digital (wellbeing.instagram.com) que alerta sobre el tiempo de uso, la utilización de palabras con violencia o videos o fotos no aptas para niños.

¿Consumo pasivo o uso creativo de digital? 

Según varios estudios, consumimos pasivamente información durante más del 85% de nuestro tiempo, y sólo el 15% creamos información. Es esta la parte creativa la que nos conecta con nuestro propósito, nuestros intereses y pasiones. Sobre todo, nos lleva a nutrir y vivir el presente, y no vivir el presente de otros en tiempo real.

Todas las actividades que hoy se recomiendan para lograr felicidad son actividades que te conectan al presente, desde practicar un deporte, meditación, mindfulness, etc, y evitar estar en el pasado o en el futuro. De hecho, el tocar un instrumento o componer vía herramientas digitales, genera información creativa. Probablemente, escribir este artículo, en mi caso, también me conecta con mi presente.

La obesidad digital tiene, como uno de sus factores más importantes, el abuso no consciente de información pasiva, el exceso o necesidad de estar siempre comunicado, la ansiedad por compartir lo que estoy comiendo o bebiendo en cualquier lugar o momento, solo para mencionar algunos abusos que llevan a esta Obesidad.

8 Tips para dejar de ser obeso/obesa digital

Quiero compartir algunas sugerencias básicas para perder peso digital, sobre todo, el que no aporta y no nos ayuda para transformar la realidad que nos rodea y nuestra propia realidad.

  • Bajate alguna de las tantas aplicaciones de Bienestar Digital como Quality Time – Mi Dieta Digital, y que te ayude a desarmar vicios digitales.
  • Desactivá las notificaciones durante todo el día, o al menos, las que te distraen o te impiden estar en una tarea o actividad 30’ seguidos.
  • Mientras interactuás con tu familia o amigos, poner el celular en silencio o dado vuelta. Lográ una conexión visual con quien habla con vos.
  • En tu dormitorio, elegí no poner tu celular en tu mesa de luz. Y si tenés hijos adolescentes o padres grandes y debes tener el celular prendido porque ya no tenés fijo, hacé que te llamen vía Whatsapp o celular.
  • Decidí en que grupos de Whatsapp querés estar y en cuáles no. No temas por el “qué dirán
  • Reflexioná que redes sociales te hacen crecer como persona, como profesional o en tus pasiones e interactúa conscientemente con ellas.
  • Preguntate sobre que apps tenés instaladas y, de éstas, cuales se conectan con tu creatividad interior y pasiones. Dedica más tiempo por día a éstas.
  • Poné un límite de tiempo a las series Netflix por semana. Si pudieras diseñar tu tiempo de ocio pasivo y creativo, ¿cuántas horas le dedicarías a cada tipo de ocio? Aquí tienes las horas de Netflix.

 

(*) Director de Estrategia de Transformación Digital en www.estratega.org

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