Los analgésicos para el dólar deben ser parte de un tratamiento integral

La suma de pequeñas decisiones no compone un programa económico. Martín Guzmán es consciente de esa situación. También la Casa Rosada. Por eso una de las tareas que Alberto Fernández deberá requerir a su equipo político y de comunicación, es conseguir que todas las medidas que va a diseñar su ministro de Economía queden editadas como una película coherente.

Reducir a tres días el parking a las operaciones de bonos con las que el mercado se hace de dólares financieros es un analgésico que no va a calmar el drama del dólar. Lo que decidió el ministro es empezar por bajar un poco la inflamación antes de que se pueda atacar la cuestión de fondo.

En esa línea va también el anuncio de la emisión de bonos en dólares que harán en noviembre, para que los grandes fondos de inversión que vinieron a hacer negocios en 2019 con el carry trade puedan canjear los activos en pesos que tienen en su poder, y quedarse con un título en moneda dura.

Esta idea estaba prevista para ser ejecutada una vez completada la reestructuración de la deuda. De hecho las licitaciones hasta tenían fecha. Pero Economía al final no avanzó, y los fondos empezaron entonces a salir de su posición vía contado con liquidación.

Esta medida repone la tregua alcanzada durante la negociación del canje y va a ayudar a descomprimir el frente cambiario, pero no a resolverlo.

Otras decisiones conocidas en las últimas horas también aportaron una señal positiva. Vienen del lado de la energía, área que también maneja Guzmán. La primera fue la presentación del Plan Gas 4, que da certidumbre de precios a las productoras y distribuidoras.

El dato que lo complementó fue que el congelamiento de tarifas termina en diciembre, y que en 2021 se va a aplicar un esquema de subsidios para compensar a aquellos que no puedan absorber el costo de la producción. En el Ejecutivo sienten que, después de haber instrumentado los pagos del IFE y el ATP a una población no bancarizada, pueden aplicar un esquema más sofisticado. El cambio pasa por subsidiar la demanda en lugar de la oferta, como se hizo en el pasado.

La primera reunión del Consejo Económico y Social también permitió mostrar vocación de diálogo y de consenso. El Gobierno cree que esa mesa puede ser traducida como una señal de largo plazo. No termina de interpretar que los empresarios que respondieron a la convocatoria también esperan ver la película completa. Comparten los principios básicos, pero repiten que para exportar tienen que poder importar insumos, y hoy eso con el cepo no se consigue. Como se ve, en el laberinto argentino todo pasa por los casilleros del dólar y la inflación, una y otra vez. Por eso la desconfianza es moneda corriente en la sociedad argentina.

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