Guerra de herencias: Macri versus Cristina Kirchner

Queda poco menos de dos meses para que se cumplan los cuatro años de la gestión Cristina Kirchner. Lo cierto es que al finalizar su mandato dejó una deuda de 240.000 millones de dólares, equivalente al 53% del PBI. Hoy la deuda llega a u$s 337.000 millones, 81% del PBI.

Sin embargo, otros indicadores han mejorado durante el gobierno actual. El gasto público consolidado aumentó durante la gestión anterior y se ubicó en 46% del PBI en 2015. El Gobierno actual lo redujo en 4 puntos porcentuales en términos del PBI (y la presión tributaria en 2,5 puntos porcentuales). El gobierno de Cristina dejó un déficit primario, según el Ministerio de Hacienda, del 6% del PBI y un déficit financiero cercano al 8% del PBI. El gobierno de Macri redujo sustancialmente el déficit, el primario se ubicaría en 1% del PBI y el financiero en 4%, al finalizar su mandato. La balanza comercial también mejoró durante la gestión actual y finalizaría con un superávit de 3% del PBI en 2019 comparado con el -0,5%  de 2015. La cuenta corriente pasó de un déficit de 4% en términos del PBI en 2015 a un déficit de 1,5% en 2019.

En definitiva, cuando se analizan algunos indicadores de la economía argentina resulta difícil determinar cuál de las dos herencias es más "pesada . Algunos indicadores favorecen al gobierno anterior, mientras que otros favorecen al gobierno actual.

La diferencia más notoria es que el gobierno anterior apostó por el corto plazo. Optó por "poner dinero en el bolsillo de la gente , incentivando el consumo, subsidiando las tarifas de los servicios públicos, y atrasando el tipo de cambio. Sin embargo, el gobierno de CFK descuidó los pilares que sostienen a la economía en el mediano y largo plazo. Por otra parte, el gobierno actual apuntó al mediano y largo plazo. Mejoró los sistemas de infraestructura (energía, agua, cloacas, trasporte, y comunicaciones), recuperó algunas instituciones como el INDEC, apostó por las relaciones internacionales, abrió nuevos mercados para integrar a Argentina nuevamente al mundo, pero descuidó la macroeconomía.

Hacia adelante el camino que viene no será fácil de transitar, gane quien gane las elecciones. Ha quedado demostrado, al menos en las elecciones PASO, que la infraestructura no alcanza para ganar elecciones. Lo que pesa a la hora de votar es el corto plazo, el bolsillo, y los dos candidatos más votados han tomado nota de ello. La mayoría de las propuestas que hemos escuchado durante los últimos días apuntan justamente a mejorar el bienestar presente de la población. Propuestas que abultarán el gasto público, lo cual va en dirección contraria a lo que realmente hay que hacer. Algunas de estas propuestas serán de difícil implementación e incluso otras rozan lo peligroso como echar mano a una emisión monetaria "controlada para hacer frente al déficit fiscal.

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