DEBATE

¿Comienza inflexión positiva?

Existirían buenas chances de que el jueves 30 de agosto haya sido el peor momento financierode la crisis económica-financiera en que estamos metidos. Y ayer, el primer día de inflexión positiva. Estimo que si Macri y compañía hacen bien su tarea, de aquí en adelante nos esperaría un buen camino de recuperación. Primero financiera, y más tarde productiva. ¿Por qué el diagnóstico optimista? Por las siguientes razones:

1) Con el ajuste adicional de 0,9% del PIB que ha trascendido (unos u$s 5000 MM), y sobre todo, el adelanto de u$s 17.400 MM del FMI, la necesidad de renovación de intereses y deuda para cerrar el programa financiero, sería de sólo el 25% de todo lo que vence. Una cifra muy baja. Aún si no se renovara nada, se necesitarían sólo u$s 12.000 MM. Con reservas en u$s 52.000 MM aún en ese escenario sumamente extremo y muy poco probable, no habría problemas para pagar las deudas. Es decir, las probabilidades de default hasta 2020 serían prácticamente 0%, y muy bajas de ahí en adelante.

2) Las Lebac en terceros representan ahora sólo u$s 7500 MM. Como se ha demostrado, una parte de ellas puede volver en la forma de depósitos, otra podría convertirse en bonos de mediano plazo (más allá de 2020), y sólo una parte pequeña implicaría venta de dólares. Como mucho, de acá en adelante, habría que pensar en vender u$s 5000 MM para este fin (probablemente con sólo u$s 1000 MM sea suficiente). Las Lebac y Leliq "cautivas" mientras no haya fuga de depósitos, pueden manejarse de otra forma. El costo cuasi-fiscal que las Lebac + Leliq generen de acá en más (el costo "ex ante" del pasado ha sido muy sobrepasado por los beneficios de las devaluaciones), serán por un tiempo absorbidas por el aumento de la demanda de base monetaria, por la inflación que aún vendrá. El BCRA deberá evaluar con cuidado, en algunos meses, cuanto convendrá mantener en "encaje remunerado" y cuanto en "encaje no remunerado", para terminar con esta fuente de desequilibrio financiero.

3) Las reservas de divisas serían más que suficientes para estabilizar completamente el mercado cambiario, e ir llevando al dólar por un sendero "deseado". El tipo de cambio real está en modo "overshooting" (el viernes, el dólar de 36,9 implicó un índice de 136,4). Pensar en una fluctuación entre 120 y 140 (al día de hoy sería entre $33 y $38) luce sensato. Si del total de reservas, separamos las que respaldan al sistema dolarizado, otros u$s 5000 millones para eventualmente canjear por Lebac, y otros u$s 12.000 MM como backing para el programa financiero si el roll over fuera 0%, nos quedarían aún u$s 21.000 MM como stock de intervención efectivo, para enfrentar cualquier corrida que se generase. Si por ejemplo el BCRA dijera que de ninguna manera el dólar debería superar $38, tendría dólares más que suficientes para ganar cualquier batalla que se le presentase.

4) Baja de tasas en pesos. Con lo mencionado hasta acá, siempre que el gobierno actúe idóneamente, el riesgo país debería volver en algunas semanas/meses a la zona de 550 bp, y se habría estabilizado el tipo de cambio. Es más, el BCRA debería empezar a poder comprar dólares en el piso de una "banda imaginaria". Ninguna razón quedaría para posponer una baja "drástica" de las tasas de interés, para llevarlas, en pocos meses, hacia la zona de 30%. Francamente, no entiendo por qué el anuncio de tasas del 60% (comprensible para evitar en un "pico" de stress se tome crédito para comprar dólares) hasta diciembre. Es "casi" un anuncio "implícito" de que las devaluaciones continuarían. Espero eso cambie y ni bien se haya ganado esta batalla, se deje eso de lado y el BCRA baje tasas (imagino no querrán volver a un nocivo esquema carry-trade vía depósitos bancarios de altos montos que los bancos colocarían en Leliq, no?).

Con baja de riesgo país, mejora fiscal, estabilidad cambiaria con tipo de cambio real alto, baja de tasas en pesos, y la ayuda de Dios (más no sea con una buena cosecha como se prevé ¡!), en pocos meses la economía "productiva" debería reactivarse. El salario real se recuperaría, y también lo harían el consumo y la inversión.

Que lo dicho hasta acá se transforme en realidad, y no sea una mera expresión de deseos (que los tengo), depende, para mí, esencialmente, de la sabiduría y convicción del Presidente y su equipo. Confío (bastante) en que estén a la altura de las circunstancias.

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