Un sector que necesita jugar de visitante

El sector juguetero había arrancado el año con otras expectativas. Con u$s 147 millones facturados al año, duplicó sus exportaciones en 2017, negocio con el que apunta a compensar la madurez del mercado local. El objetivo es que sean el 30%, desde el 5% actual. Los jugueteros argentinos se especializan en juegos de tablero, bloques de encastre y productos didácticos, entre otros. Según la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), tres destinos concentraban el 68%: Bolivia (38%), México (19%) y Uruguay (12%). "El mundo se mueve por compras anuales, que se definen en las grandes ferias internacionales (China, Alemania), que son entre enero y febrero", explica Matías Furió, presidente de la CAIJ. Este verano será una prueba. "Pensábamos que seríamos más competitivos. Pero lo ganado se perdió con la dolarización de los insumos", explica. Apunta contra el plástico, insumo que explica el 80% de la producción de los juguetes en los que la Argentina es más competitiva. "El mundo lo paga u$s 1,60. Acá, antes de la devaluación, nos cobraban u$s 1,85. Después, lo subieron a u$s 2,05%".

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