Sylvestre: "Todos los presidentes tratan de controlar al periodismo"

En su primer libro, Gustavo Sylvestre repasa hechos dramáticos de la historia reciente de boca de sus protagonistas, como el rechazo de Isabelita a asumir la Presidencia cuando murió Perón o las presiones que recibió Alfonsín para no realizar el juicio a las Juntas.

Periodista y locutor, profesor de Historia y ex soldado de reserva en Malvinas, Gustavo Sylvestre, "el Gato", acaba de lanzar su primer libro, en el que recopila más de 30 años de trayectoria en los medios.

Intrigas, Alianzas y Traiciones -tal su título-, es lo que tienen en común acontecimientos como la vuelta a la democracia, la elección de Raúl Alfonsín, los entretelones del juicio a las Juntas militares, el Pacto de Olivos, los años del menemismo, la concreción de la Alianza que llevó a De la Rúa al sillón de la Casa Rosada, la crisis del 2001, la semana de los cinco presidentes, el advenimiento de Néstor Kirchner, las dos presidencias de Cristina y la llegada del macrismo al poder.

Relatos y anécdotas se suceden, matizados con el análisis de quien fue un testigo privilegiado, con acceso a los protagonistas de la historia reciente.

En una pausa entre la radio y la tele (arranca de 6 a 9 en Radio del Plata, y conduce todas las noches Minutouno, por C5N, de 21 a 23), Sylvestre dialogó con 3Días sobre el "detrás de cámara" de la política y la compleja relación entre el poder y los medios en la Argentina.

En tu libro hablás de intrigas, alianzas y traiciones. ¿Cuáles te conmovieron más?
- Me propuse contar algunos entretelones de la historia reciente, de los que fui testigo o tengo referencia de primera mano. Como el episodio en que, apenas muerto Perón, Isabel se negaba a asumir la Presidencia porque no se sentía capacitada. Pero desde el peronismo, el radicalismo de Ricardo Balbín y las propias Fuerzas Armadas, le pidieron que se quede y le prometieron ayudarla... y cuando la derrocaron el 24 de marzo de 1976, ella lo sintió como una enorme traición, sobre todo por parte de su partido.

¿En qué circunstancias te contó Isabel eso?
- Fue en una entrevista que le hice para Canal 13 en 1993, cuando ella volvió al país por muy pocos días, luego de casi 10 años (había venido a fines de 1983, invitada por Alfonsín para la jura presidencial). En ese momento, los medios no le dieron mucha difusión, pero yo me guardé el reportaje. Fue una charla muy sincera, en la que habló de sus años de cárcel y exilio, y además me contó que había perdido dos embarazos de Perón, lo que daba por tierra la hipótesis de que el General era estéril. Esto lo chequeé después con Juan Labaké (ex abogado de la derrocada Presidenta).

¿Y en cuanto a las intrigas?
- Otro de los capítulos del libro cuenta la interna que había entre el sector más conservador del radicalismo, que no quería que se hiciera el juicio a las Juntas, y Raúl Alfonsín, que se obstinó en seguir adelante. Había un pacto para que los militares se declaran culpables a cambio de no ir a los tribunales, pero fue desbaratado. Me lo contó el (ex fiscal Julio) Strassera.

Hablando de pactos, además del de Olivos, hubo otro que permitió la creación de la Alianza. ¿Es cierto como contás que éste surgió en el estudio de A Dos Voces?
- Sí. El Pacto de Olivos entre Menem y Alfonsín tuvo los tres ingredientes que dan título a mi libro. Fue lo que permitió reformar la Constitución y habilitar la re-elección, y uno de los motivos de encono entre Alfonsín y Chacho Álvarez, un férreo opositor que empezaba a perfilarse con fuerza propia. Desde la Convención Constituyente que no se hablaban y por entonces, en el programa A Dos Voces que conducíamos con Marcelo Bonelli, siempre los invitábamos pero no querían cruzarse. Hasta que una tarde de 1997, aceptaron venir los dos. Íbamos a hacer un bloque con cada uno, pero de pronto Alfonsín invitó a Chacho a debatir juntos... primero en forma ríspida y después se tiraron flores. A la salida del programa se quedaron charlando y ése fue el momento en que surgió la Alianza que llevaría al gobierno a la fórmula De la Rúa-Chacho Álvarez.

¿Por qué dejaste el programa?
- Tengo el mejor recuerdo de ese ciclo junto a Marcelo Bonelli. Como programa político era excelente. Pero en 2011, después de 15 años, renuncié porque no me sentía cómodo con la línea que había tomado el canal...

¿Creés que jugar un papel de oposición perjudica la credibilidad de los medios?
- El periodismo no tiene que ser opositor ni obsecuente. A mí me interesa la pluralidad, y me parece que la grieta es un invento de algunos funcionarios para hacer revanchismo con colegas que piensan diferente.

Apoyaste muchas políticas del kirchnerismo, y hoy sos hipercrítico de la gestión macrista...
- No soy hipercrítico, muestro la realidad como es, algo que muchos medios no hacen. Desde enero, en la radio y el canal, hablamos de los despidos, el tarifazo, los ajustes, la pobreza... pero también he mostrado mi acuerdo con otras medidas de este gobierno.

¿Como cuáles?
- La salida ordenada del cepo, y la política de apertura al mundo, aunque no creo que antes estuviéramos aislados.

A lo largo de tu carrera entrevistaste a todos los presidentes desde el regreso de la democracia. ¿Cuáles tuvieron mejor relación con el periodismo?
- En lo personal, tuve buena relación con todos. Hasta con Menem, quien intentó poner una ley cerrojo. Todos los presidentes tratan de controlar al periodismo, incluso Alfonsín, que no daba notas, pero tenía un vocero, José Ignacio López, que era excelente. Kirchner fue el que más notas me dió, tal vez porque al principio no lo conocía nadie. Con Cristina tuve diálogo cuando era convencional constituyente, y luego la entrevisté dos veces: una como candidata y otra en una gira presidencial, pero sólo hablando de temas internacionales.

¿Y con Mauricio Macri?
- Siempre tuve buena relación, con él y con muchos de sus ministros. Venían al programa cuando estaban en campaña, y ahora lo hacen menos. Pero yo los sigo invitando.

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