Sobre rieles, en las sierras

En una estadía en Córdoba, surcar sus paisajes en el tradicional tren serrano es un atractivo ideal para una escapada de un día al aire libre.

Temprano, a la hora en que los rayos del sol comienzan a templar el sereno barrio de Alta Córdoba, la campana de la estación se agita con fuerza y el silbido humeante de la locomotora avisa que el Tren de las Sierras está por partir.

Bautizado por los lugareños como "el trencito serrano", va dejando atrás la ciudad para adentrarse de a poco en los majestuosos paisajes de Córdoba y finalizar su recorrido en la capital del folclore, Cosquín.

Desde sus comienzos, el tren se destacó por la importancia de un recorrido que lograba integrar a los pequeños pueblos serranos con la próspera Córdoba. Habiéndose propuesto desde un principio como el mejor medio para agilizar tanto el comercio como el nacimiento del turismo, vivió casi un siglo de gloria hasta la clausura de 1977. Tras su reapertura, vivió idas y vueltas, y el año pasado retomó su trazado volviendo a surcar el agreste colorido de las sierras cordobesas.

Recorrida inolvidable

Cuando el reloj de la estación da las 8:30 horas, los vagones comienzan a hacer relinchar las vías. En unos minutos, el panorama urbano se va deshaciendo en el andar para dejar lugar a las primeras elevaciones que se levantarán cada vez con más fuerza.

Después de pasar la Calera, a poco más de una hora de la partida, el dique San Roque bosqueja un cuadro de encantadora belleza, con la ciudad de Carlos Paz de fondo y las velas serenas que se dispersan por el agua para donde decide el viento.

Allí el tren se detiene llegando al paredón del dique y se llena de sabor con los dulces regionales que los lugareños ofrecen por poco dinero.
Entre curvas y túneles que se entremezclan con las sierras, un puente de 26 metros de altura y 150 metros de largo cruza el río Cosquín y su balneario, regalando una de las panorámicas más imponentes del trayecto. De a poco los cursos de agua empiezan a acompañar a las vías y la quietud serrana se adueña totalmente del entorno.

Desde su vuelta al servicio, el tren ha sido un medio ideal para pasar un día en las sierras y disfrutar paisaje cordobés.

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