OUTSIDER - Sandra Mihanovich

Sandra Mihanovich: "Las declaraciones de Aguer me dan pena, hacen que la Iglesia pierda"

La cantante critica los polémicos dichos del arzobispo de La Plata sobre el sexo y la sociedad actual. Además, a cuatro años de haberle donado un riñón a la hija de su pareja y ahijada, Sonsoles, levanta la bandera del Incucai. "Soy miltante de la donación de órganos, no de un partido político". Su nuevo espacio en la radio.

Un sábado a la tarde con lluvia, viento y bajas temperaturas en la Ciudad de Buenos Aires, la cantante Sandra Mihanovich recibe a 3Días en Maipú 555, el histórico edificio en el que funciona Radio Nacional, donde cada sábado desde las 19 se emite Soy Nacional.

¿Cuál es la premisa de Soy Nacional, tu programa en AM 870?
- Siento que hay mucha música que no suena en la radio, por eso planteamos buscar esa música, la que conocemos y extrañamos, y tener un espacio abierto para los que quieran mandarnos sus discos, la premisa principal es hacer cosas en vivo, como ya hemos hecho, con Patricia Sosa, Celeste Carballo, David Lebón...

¿Estar en Radio Nacional tiene un plus extra?
- Es un premio, no hubiera podido elegir nada mejor. Cuando nos sentamos en el estudio y miro el mapa de la República Argentina con los puntitos que marcan las 49 emisoras que tiene la 870, pienso que es algo glorioso saber que estamos en todo el país, en cada rincón.

¿El nombre del programa remite a su sentimiento de pertenencia?
- Recontra, me siento 100% argentina y todo lo que hago, digo y siento lo digo desde el ser argentina. Me siento de acá, soy de acá, me gusta estar acá y me gusta quiénes somos, más allá de los defectos que tenemos, tenemos el mejor país del mundo.

¿Nos queda mucho por crecer?
- La Argentina es un país privilegiado y los argentinos tenemos muchos dones. No es habitual que una nación tenga gente que se destaque en todas las áreas, sin ser una potencia ni primer mundo. Tenemos muchas posibilidades y lo estamos empezando a lograr cada vez más. La etapa que comenzó el 10 de diciembre de 1983 es una etapa de aprendizaje que no se detuvo jamás, a pesar de los errores y quilombos que hemos tenido en nuestra historia. Ése es el camino del que nunca deberíamos haber salido.

¿Por qué cree que nos pasó?
- Creo que nos sucedió porque éramos una nación muy joven, idealista, poco clara, con la fantasía de necesitar un papá que nos dijera lo que teníamos que ser, tanto a nivel cívico como militar. Ahora los argentinos tenemos que aprender a caminar como adultos.

¿Evaluó que por estar en la radio del Estado podrían tildarla de oficialista?
- Me pueden tildar de cualquier cosa, a lo largo de estos años trabajé para todos los gobiernos. No digo a quien voto, aunque la gente sabe cómo pienso.

¿Alguna vez militó?
- Así como siempre hablé de la diversidad, de la posibilidad de elegir, decidí no elegir el camino de la militancia, está bien que quien lo quiera elegir lo haga, pero no es mi camino. Soy militante de la donación de órganos, no de un partido político. Tuve la oportunidad el 13 de agosto de 2012 de donarle un riñón a mi ahijada Sonsoles y esto me convirtió en militante y no rehúyo de ese lugar, porque creo que es valioso, es útil y siento que es el lugar donde tengo que estar.

¿Qué le diría al que tiene el temor de ser donante?
- Es muy importante hablar del tema, no hay que ser indiferente, hay que pensarlo y tomar una posición porque estamos más cerca de necesitar un órgano que de donarlo. De 1000 personas que se mueren, cuatro pueden donar sus órganos. No está bueno que te caiga la ficha cuando estás del otro lado y es importante que los que estén cerca nuestro sepan cuál es nuestra decisión. Que nuestro cuerpo le sirva a alguien cuando ya no nos sirve a nosotros es una fantasía extraordinaria, tenemos una sola vida y podemos contribuir a que alguien mejore o extienda la suya.

¿Qué le pasó cuando escuchó las declaraciones de Gustavo Cordera respecto de las mujeres?
- Cada uno tiene que hacerse cargo de lo que hace. El exabrupto desgraciado de Cordera no es un tema en el que quiero meter el dedo, rescato la reacción de decir "¿Qué onda con lo que dijo? No da". No lo dejamos pasar, no dejamos que nadie nos ofenda ni que nadie ejerza violencia verbal ni psicológica. El bullying y el Ni una menos pasan por ahí. Lo interesante es que todos estamos reaccionando, no nos gusta y lo manifestamos.

El caso de José López con los bolsos de dinero, el convento y las monjas fue una imagen cinematográfica. ¿La sorprendió?
- No pierdo nunca la capacidad de asombro. La sensación era estar viendo un western italiano. Tenemos una onda "almodovariana" que nos permite estar en situaciones desbordadas de cosas que son imposibles que sucedan. Siempre hay algo más loco que lo que pasa. La realidad argentina siempre supera la ficción.

Hace algunos días el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, escribió una columna donde expresaba su repudio por una "creciente cultura fornicaria" y sugería a los homosexuales ser castos. ¿Qué opina?
- La Iglesia, a partir de la llegada de Francisco, ha evolucionado muchísimo, pero no es fácil. Indudablemente van a existir personas como monseñor que piensan de esa manera y que además tienen poder. Me da pena porque este tipo de declaraciones hacen que la Iglesia pierda. Si monseñor hablara del amor podría fomentar lo que pretende, en cambio, hablando del pecado se va para otro lado. La Iglesia gana cuando habla de amor porque ese es el camino para resolver todos los problemas.
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