Rozitchner: "Creo que después de octubre el kirchnerismo desaparece"

El filósofo, quien integra el equipo de Comunicación del gobierno de Cambiemos, afirma que la grieta atraviesa hoy "un momento de exaperación", pero que tras los comicios "va a disminuir notablemente". Niega errores oficiales en el manejo de la crisis por la desaparición de Maldonado y asegura que la gestión macrista será la "más exitosa" en la lucha por reducir la pobreza.

Alejandro Rozitchner es una rara avis dentro del universo macrista. Forma parte de una gestión a la que los críticos bautizaron socarronamente desde su arranque "el gobierno de los CEOs", aunque a este intelectual poco parecen importarle esas etiquetas. No sólo no le pesa que la mayoría de sus colegas del gabinete nacional provengan del seno del empresariado local, un mundo tan diferente al suyo, el de "la filosofía, el arte, la literatura y el rock" sino que, afirma con naturalidad, "uno descubre afinidades más allá de supuestas pertenencias". Rozitchner lleva más de una década al lado del ahora Presidente e integra el equipo de Comunicación que decide qué y cómo comunicar a la opinión pública las políticas del Gobierno. También es uno de los escribas de los discursos presidenciales. Distendido, recibió a 3Días en su despacho de la Casa Rosada.

En la década pasada, hubo una militancia intelectual muy visible que defendía al Gobierno. ¿Qué queda hoy de aquel protagonismo que tuvieron los intelectuales en esa época?

-Sí, pero en un movimiento cuyo principal producto político se llama negación de realidades. Entonces, hay una producción intelectual que no tiene que rendir cuentas a ningún mundo concreto, que puede suceder en las nubes, en la estratósfera. Lo cual es un lugar muy tradicional para el pensamiento especulativo. Cuando uno lee Carta Abierta, lo he dicho antes, es como un texto humorístico. Te podés enojar, pero no es para tomárselo tan en serio. Es como una prueba de la ridiculez de cierta intelectualidad, que es muy abundante.

Así y todo, Carta Abierta le daba una suerte de sustento intelectual al relato K...

-No sé si le dio sustento... Creo que los intelectuales nunca ocupan un lugar muy relevante. No diría que Carta Abierta fue un fenómeno que le dio tanto sustento, porque el sustento estaba dado por otras cosas: la política clientelística, la dirigencia habitual populista que se basa, no tanto en palabras, sino en generar efectos concretos de protección, de sumisión, de control... Te imaginás el número de votantes que modificó su voto por esto... cero. No tiene incidencia alguna. En el mundo de la cultura, que se cree mucho más importante de lo que es, daría la impresión que eso tuvo alguna relevancia. Pero está muy sobrevaluado.

¿Cómo te llevás con Jaime Durán Barba, otro intelectual que sigue siendo muy escuchado en el Gobierno?

-Muy bien, soy amigo de Jaime y me parece un intelectual valiosísimo. Sin él, no hubiera sido posible todo esto. Éste es un equipo muy sano, no hay como un encarnizamiento de la lucha por el poder y los espacios...

Convengamos que internas hay. En principio, están los que adscriben a Marcos Peña y los que recelan de él, como Emilio Monzó

-Mirá, un clásico en la cultura de las empresas es que distintos sectores se enfrentan o son enemigos naturales. Por ejemplo, los de Ventas de los Producción. Creo que hay tensiones en un equipo, que no sé si yo diría internas, porque se mantiene todo en un nivel muy saludable. Emilio sigue siendo amigo de Mauricio...

¿Vos decís que no es habitual que entre los funcionarios se serruchen el piso?

-No se serruchan el piso ni llegan a un nivel de virulencia... El analista mira al Gobierno buscando lo que conoce: busca la interna y adapta a interna feroz lo que son tensiones normales de un equipo de una salud muy notable. Mauricio es una persona muy sencilla y accesible y él elige a su equipo con ese criterio. Eso es invalorable. Tendría que volver a ser fundamental la apreciación de si uno es buena o mala persona. No es una ingenuidad, es un dato fundamental en todo el universo humano. Y en la política también. Tal vez al analista político no le resulta relevante pero al votante sí, porque está en un mundo más real.

Te bajo a la coyuntura. ¿Podríamos decir que la desaparición de Maldonado es el "cisne negro" de esta elección?

-Por supuesto que la desaparición de cualquier persona o cualquier caso extraño donde haya la posibilidad de que alguien haya salido lastimado o muerto es grave, pero no creo que esto sea un caso que al Gobierno lo ponga en una situación tan crítica. Creo que el Gobierno respondió muy bien y sigue haciéndolo cuando el caso se vuelve más duradero y adquiere otras proporciones. Es muy claro quién está buscando la verdad y quién hace una utilización del caso. Como en muchas otras cosas, el kirchnerismo vuelve a equivocarse: quiere provocar situaciones que suponen van a dañar al Gobierno y terminan dañándolos a ellos, porque se desnudan con las manifestaciones, con la violencia, con los paros ridículos, con querer plantear el absurdo de que Macri es Videla...

Precisamente, sabiendo que se busca desde ese sector instalar la idea de que Macri es la dictadura, ¿no le dieron argumentos al kirchnerismo al reaccionar tan tarde en este tema?

-No creo que se haya reaccionado tarde, se reaccionó correctamente. Desde que empezó a suceder lo que sucedió hubo investigaciones, hubo legalidad, hubo sospechas sobre todas las opciones, se investigó a Gendarmería, se la sigue investigando, no se descarta ninguna opción, no se está protegiendo a nadie...

Bullrich lo primero que hizo fue deslindar responsabilidades de la Gendarmería...

-Porque al principio no se encontró nada que probase la vinculación de Gendarmería, sin embargo, se está haciendo más fuerte la investigación sobre ese sector.

Muchas veces se criticó a los Kirchner por reaccionar tarde frente a las tragedias, mientras la opinión pública espera otra sensibilidad... ¿No se interesó tarde Macri, al menos públicamente, por la suerte de Maldonado?

-Como bien dice Marcos (Peña), el Presidente habla por sus ministros.Y, ¿cómo te das cuenta que la opinión pública tiene ese sesgo en la perspectiva respecto del caso actual? Son especulaciones. El Gobierno se hizo cargo desde el principio; no hubo ningún ocultamiento.

Cambiemos llegó al poder con la promesa de unir a los argentinos. Pero en la campaña por las PASO la famosa grieta le sirvió para polarizar y fogonéandola mal no le fue. ¿Se va a retomar la idea de cerrar grieta?

-El eje de unir a los argentinos estuvo presente desde el primer momento en el Gobierno y se prueba con las reuniones de gobernadores, de intendentes del signo que sea, con la apertura dialoguista y que no se privilegie el signo político de gobernadores e intendentes para facilitarles obras. Y se vio también en la ausencia de un tono confrontativo, reinvindicativo, odioso... Ahora vemos imágenes de dos o tres años atrás, y nos parece demasiado viejo ese tono en una presidenta. El proceso de unir a los argentinos sigue su curso, lo que pasa que no es una cosa de un día para el otro, igual que pobreza cero. Creo que la grieta está viviendo un momento de exasperación que yo ligo con un proceso de desaparición de la grieta. Pienso que después de las elecciones la escena va a quedar muy transformada y la grieta va a disminuir notablemente.

Existe el prejuicio instalado de que Macri gobierna para los ricos. ¿Tiene como objetivo la comunicación oficial desterrar esta idea o hay un sector que hagan lo que hagan, digan lo que digan, jamás dejará de pensar así?

-Nunca podemos saber hasta dónde llega ese prejuicio. Sí va quedando cada vez más claro que Mauricio gobierna para todos, es decir, que es un país inclusivo y que puede ser el gobierno más exitoso en la reducción de la pobreza. Lo va a ser. No me cabe duda que estos cuatro años van a ser los más exitosos en ese proceso. El prejuicio poco a poco va a perder fuerza, porque si las realidades van mostrando otra cosa, ¿con qué se sostiene el prejuicio?

El clima de violencia política que tiñó estas últimas semanas, ¿pasa tras las elecciones o te preocupa que pueda ir in crescendo?

-Me preocupa porque no me gusta, pero en la medida en que vaya cambiando la cultura política, la dirigencia, y se vaya abriendo paso a otra sensibilidad -creo que está pasando- y una vez pasadas las elecciones en las que cierto sector se está jugando el todo por el todo y están desesperados, creo que eso va a ir disminuyendo. No digo que se termine el mal en la Argentina, pero me parece que ese sector del peronismo, el kirchnerismo, que es un grupo tan corrupto, desamorado y lleno de odio y de malos fantasmas, desaparece.

Artistas e intelectuales

Hace poco dijiste que los artistas no entendían la política y te llovieron las críticas. ¿Por qué creés que Macri tiene mala prensa en ese sector y también entre muchos de tus colegas intelectuales?

-No sé si es correcto decir que la mayor parte le resiste, creo que hay un sector del mundo artístico que es muy expresivo políticamente y es contrario a este gobierno. Pero la mayor parte de los artistas no habla de estos temas y, quizá más sanamente, no está tan apasionada por la política. Me gusta pensar que un país sano no se vuelve loco con la política, la gente hace su vida y llegado el momento de votar, vota, pero no tengo un ideal de alto compromiso político para una sociedad. Y después, en el mundo intelectual, yo también me lo pregunto: ¿Será que la inteligencia no es tan inteligente? Si me decís que alguien es una persona muy inteligente y apoya al kirchnerismo y... es una contradicción. Sos muy inteligente o apoyás al kirchnerismo.

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