Por la inflación y el frente fiscal, las inversiones siguen en stand by

Según datos del primer trimestre, las inversiones greenfield bajaron respecto de igual período de 2015. Los inversores externos aguardan a ver la evolución de los precios y el despegue de la actividad para tomar decisiones. De todos modos, las perspectivas regionales son moderadas por los menores precios de los commodities.

El Gobierno pretende atraer inversiones productivas de capitales extranjeros, la llamada inversión extranjera directa o IED. Pero las medidas ya tomadas -el levantamiento del cepo, la reducción o eliminación de retenciones a las exportaciones, el ajuste de tarifas y el acuerdo con los holdouts- parecerían no alcanzar para definir las decisiones de las empresas, que se preguntan cuándo se verán los resultados y si este giro de la política económica persistirá a mediano plazo.


En 2015, los flujos de IED hacia la Argentina subieron 130%, pero fue porque en 2014 habían sido excepcionalmente bajos por el pago a Repsol (España), vinculado a la estatización de YPF, según el Informe de las Inversiones en el Mundo 2016 de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por su sigla en inglés), presentado esta semana.


Si se descuentan los pagos por YPF de 2014, bajaron 7,5%, hasta los u$s 11.655 millones. Es decir, la IED en la Argentina no superó 2% del PBI. En tanto, los flujos de IED en Brasil, principal receptor de la región, también cayeron, un 12% a u$s 65.000 millones.


En los 90, la Argentina fue uno de las dos principales países receptores de IED en la región, pero en los últimos años ocupa el quinto o sexto puesto. Si hubiera mantenido su participación en el total regional en la última década, la Argentina habría recibido unos u$s 120.000 millones más que los que efectivamente le llegaron, según estimaciones de la consultora DNI, que dirige Marcelo Elizondo.


"Toda la región se está viendo afectada por los menores precios de las materias primas: los flujos de IED hacia América del Sur cayeron 6% (a u$s 121 mil millones) en 2015 y las perspectivas para 2016 son muy moderadas", advierte Stephania Bonilla-Féret, directora de Asuntos Económicos en la UNCTAD. Según los datos del primer trimestre de este año, en la Argentina, las adquisiciones y fusiones y las inversiones greenfield (es decir, desde cero) bajaron respecto de igual período de 2015. En cuanto a la procedencia, en el primer trimestre de este año, el principal país de origen de las inversiones greenfield en la Argentina fue los EE.UU. En la región, los principales receptores de IED son Brasil, México, Chile y Colombia. En particular, Brasil, México y Chile suelen estar en el Top 10 o 20 países receptores del mundo.


Entre diciembre y junio de este año, en la Argentina hubo anuncios de inversión por más de u$s 23.000 millones en diversos sectores, incluyendo fusiones, adquisiciones y greenfields, según datos compilados por Abeceb.

Por qué demoran en llegar

"La IED tiene sus tiempos y depende de condiciones externas e internas", evalúa Mariano Sánchez, socio responsable de Advisory de KPMG, quien considera que la normalización de las principales variables macro viene siendo exitosa, aunque "quedan como desafíos bajar el déficit fiscal y la inflación". Los sectores con más necesidades de inversión son: energía, infraestructura, telecomunicaciones y agroindustria (si es que se recupera la demanda internacional), según el ejecutivo de KPMG. "Los mercados financieros internacionales ven en la Argentina una oportunidad, en una región donde el principal país captador de IED de los últimos años, Brasil, tiene serios problemas económicos y políticos", advierte.


Para Mariano Lamothe, gerente de Análisis Económico de Abeceb, resta ver los resultados de las correcciones macro: que se desacelere la inflación, a partir de este mes, y que arranque la reactivación económica. "Todavía genera inquietudes el frente fiscal ya que si bien el Gobierno instrumentó recortes significativos (subsidios y tarifas), sumó programas sociales", advierte. "Este año las erogaciones podrán cubrirse con financiamiento, pero es clave para atraer inversiones que no se desatienda la disciplina fiscal", dice.


Con una mirada de mediano plazo, Elizondo plantea diez instrumentos para que lleguen inversiones: sustentabilidad fiscal (bajar el déficit y la presión fiscal); reducir la inflación; desarrollar un mercado de capitales y un sistema financiero enfocado a proyectos productivos; generar proyectos de infraestructura; reducir la burocracia; menos restricciones a la importación (especialmente para bienes de capital e insumos), facilidades para la exportación (menos trámites, más beneficios impositivos) y más apertura de mercados externos vía acuerdos; mejorar el funcionamiento de la administración pública; garantizar el acceso a bienes y servicios públicos (como energía, seguridad) y asegurar el funcionamiento del sistema jurisdiccional (administrativo y judicial); reducir la conflictividad (social, laboral, delictual y política) y alentar la formación de recursos humanos.

Blanqueo

Respecto del blanqueo, "puede haber algo de IED, pero no es lo más probable", considera Elizondo, que ve más plausible que primero haya IED por reinversión de empresas que ya están en Argentina. Para Lamothe, el blanqueo de capitales "podría dar la señal de llegada de las primeras inversiones y permitiría solventar los nuevos gastos, como los fondos que se destinarán a los jubilados y a las provincias, pero no son el tipo de inversiones que harán repuntar la economía". En lo inmediato, el economista de Abeceb prevé que sea la inversión pública en infraestructura la que dé el primer impulso e impacte positivamente en varios segmentos de la economía y sobre todo en la demanda de mano de obra.

"Las inversiones extranjeras orientadas a sectores productivos tienen una mirada más de largo plazo", enfatiza Sánchez. "La expectativa para la Argentina es muy favorable porque la IED estuvo en los últimos años muy por debajo de la media regional y del pasado del país", dice el experto de KPMG, quien además considera importante la posible reclasificación de la Argentina como mercado emergente, ya que habilitaría el ingreso de fondos de inversión en forma significativa en el corto y mediano plazo.

Nuevos amigos

En cuanto al acercamiento a la Alianza del Pacífico (integrada por Chile, Colombia, México y Perú), como la Argentina es solo observadora y no se prevé su ingreso pleno al bloque, no tendría un impacto inmediato. "Pero ese movimiento mejora sustancialmente la reputación y pueden surgir de allí proyectos para IED, como en infraestructura común", plantea Elizondo. "Ser aceptados como observador de la Alianza del Pacífico es estratégico porque permite construir puentes con otros socios y ampliar nuestros horizontes comerciales, pero no estimo que genere inversiones en lo inmediato", coincide Lamothe.


"Las empresas nos consultan qué tan sostenibles serán las reformas de la actual administración dentro de cuatro u ocho años. ¿La oposición mantendría el rumbo? Y mientras se producen reformas, ¿la oposición no la obstaculizaría? La principal duda es por el pasado", apunta Elizondo.


Para Sánchez, de los ajustes pendientes es importante que la inflación cambie la tendencia alcista y empiece a bajar en el segundo semestre, por su impacto en los costos internos del país y de las empresas. Según Lamothe, las multinacionales ya evalúan posibles inversiones en áreas estratégicas para el crecimiento, como la infraestructura y la energía. "Observan si es sustentable el modelo que están aplicando las nuevas autoridades y también aguardan definiciones sobre cómo serán los lineamientos y las políticas para cada sector", afirma. "Hoy se conocen los principales trazos, pero se deben establecer nuevos marcos regulatorios de largo plazo, consensuados con las distintas jurisdicciones y definir si se instrumentarán iniciativas público-privadas", añade el economista de Abeceb.

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