Nueva Orleans, sincretismo cultural

La ciudad estadounidense tiene aire francés y una marcada identidad anclada en el jazz. Un recorrido por sus edificios históricos y las comidas típicas de un pasado esclavista.

Al sureste del estado de Luisiana y sobre el delta del río Misisipi se encuentra una de las ciudades más multiculturales de los Estados Unidos: Nueva Orleans, NOLA para los lugareños. Con una marcada influencia africana, latinoamericana, española y francesa estos dos países dominaron su territorio en el pasado, es famosa por sus festivales de música jazz, sus callecitas históricas y su cocina tradicional.

A continuación, los 10 imperdibles de un viaje a Nueva Orleans.

- Barrio Francés.

Es el barrio más antiguo de NOLA. Después de que en 1718 Jean-Baptiste Le Moyne de Bienville fundara Nueva Orleans, la ciudad creció alrededor de la Vieux Carré (Antigua Plaza). Actualmente, el barrio donde se emplaza se distingue por sus edificios históricos que datan de finales del siglo XVIII, período en el que la ciudad estaba bajo dominio español.

- Jackson Square.

El centro neurálgico del Barrio Francés, la Plaza de Armas, fue declarada monumento histórico nacional en 1960 por su papel central en la historia de la ciudad. Allí, en 1803 el estado de Luisiana se convirtió formalmente en territorio de los Estados Unidos de América.

- Catedral de St. Louis. Frente a Jackson Square se construyó una primera iglesia en madera (1718) y una segunda en madera y ladrillo (1727) durante el dominio francés. En tiempos de la Luisiana española, y tras el gran incendio de 1788 que arrasó la ciudad, se construyó la tercera (1789) a la que se dio rango de catedral y aún está en pie.

- Café du Monde.

En la misma zona se encuentra la cafetería más emblemática de la ciudad, inaugurada en 1862. El "café del mundo" abre sus puertas las 24 horas y casi siempre está lleno de gente por sus exquisitos beignet, buñuelos frutales que son característicos de la pastelería de Nueva Orleans.

- Mardi Gras.

La gran fiesta de Nueva Orleans tiene lugar en Carnaval, más precisamente el último día, antes de empezar la Cuaresma. Para esta celebración los locales se disfrazan y usan collares de perlas de colores que posteriormente son colgados por toda la ciudad, lo cual explica su presencia en los postes, balcones y cables eléctricos durante todo el año.

- Bourbon Street.

La calle que nunca duerme es el destino obligado de una noche en NOLA. Para conocer la vida nocturna de la ciudad no hay nada como caminar entre sus tabernas y restaurantes y parar por una cerveza o un trago típico en el bar Spirits on Bourbon, el más emblemático de esta zona.

- Paseo en ferry.

Los ferrys que cruzan el Misisipi desde el Barrio Francés hasta la zona de Algiers Point ofrecen una vista diferente y la posibilidad de conocer un barrio histórico y menos turístico. Además, es posible optar por un crucero lujoso por el río con cena a bordo y jazz en vivo.

- Acme Oyster House.

Es uno de los mejores lugares para probar la comida típica de Nueva Orleans: "las sobras" a base de carne, mariscos y arroz. La gastronomía criolla y Cajún tiene sus orígenes en el alimento de los esclavos, que se popularizó al punto de convertirse en la comida tradicional. Son imperdibles el sandwich Po-Boys y los tomates verdes fritos.

- Marigny.

Es uno de los barrios más eclécticos, donde se respira jazz. En Frenchmen Street están los clubes más famosos, que año a año son visitados por miles de músicos y melómanos del mundo.

- Museo Nacional de la II Guerra Mundial.

Los amantes de la historia quedarán encantados con este museo, el único de este tipo en los Estados Unidos. Es un homenaje a la labor del país durante el conflicto bélico y narra la operación militar efectuada por los Aliados en Normandía que culminó con la liberación de los territorios de Europa occidental ocupados por la Alemania nazi.

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