México: espectáculo histórico

El Distrito Federal mexicano ofrece uno de los recorridos históricos más importantes de toda América Latina. Templos aztecas, iglesias con siglos de antigüedad y hasta el sello de los muralistas son protagonistas de un paseo inolvidable.

El espectáculo histórico en México D.F. comienza en el Zócalo central, que es un testigo fiel de 400 años de agitada epopeya entre aztecas y españoles. Esta enorme plaza, la segunda más grande del mundo, representa un importante centro de confluencias que se repiten desde las más antiguas épocas. Emplazada en pleno centro histórico y siempre repleta de gente, seduce desprejuiciada con el secreto encanto del desorden y el tumulto.

Enfrente, exactamente en el mismo lugar que Moctezuma tomaba las decisiones que llevaban adelante al imperio azteca, se levanta el imponente Palacio Nacional. Como si nada hubiera cambiado, también en la actualidad funcionan aquí las oficinas del presidente de la República y del secretario de Hacienda. La construcción se llevó a cabo en 1693, mientras que en 1928 se lo reestructuró agregándole un tercer piso. Su interior está adornado con murales del maravilloso Diego Rivera que supo plasmar a lo largo de seis años de trabajo, cinco siglos de historia mexicana.

Muy cerca de allí, siempre dentro del centro histórico, se encuentra la Catedral Metropolitana, la más grande de Latinoamérica. Ésta comenzó a construirse en 1567 y se terminó recién 250 años más tarde, por lo cual llamará la atención la diversidad de matices arquitectónicos. A su lado se encuentra anexada la parroquia El Sagrario, seguramente la más hermosa dentro de su estilo churrigueresco.

Los amantes de la historia pueden visitar cerca de allí la Iglesia de Jesús, que preserva los restos del conquistador Hernán Cortés. En ese preciso lugar, el 8 de noviembre de 1519, Moctezuma, máxima autoridad azteca, recibió a Cortés, enviado de España. Hoy, 477 años más tarde, en una pequeña urna próxima al altar mayor, descansan sus restos en el sepulcral silencio de la iglesia.

La zona Tlatelolco

A menos de tres kilómetros al norte del Zócalo central se encuentra el área "Tlatelolco", que antiguamente funcionaba como ciudad satélite de la capital azteca. Dentro de esta zona, una recorrida por la Plaza de las Tres Culturas será fundamental para rememorar los períodos históricos más ricos del país.

En este lugar, los aztecas habían levantado uno de los más grandes centros comerciales. Después de la llegada de los españoles se construyó en 1609, entre los escombros del imperio derrotado, una iglesia de sobrio estilo colonial. Pero por supuesto, a unos metros de esta intacta parroquia, se ubica actualmente el moderno edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.

El nombre de esta plaza, Las Tres Culturas, simboliza sin duda una trilogía histórica que en el D.F. se repite a cada paso.

Unos kilómetros más adelante se encuentra el "Santuario de la Virgen de Guadalupe" que, con capacidad para 10.000 fieles, es la segunda iglesia más visitada del mundo. Uno de los sitios arqueológicos que nadie puede perderse es el "Templo Mayor". Esta inmensa construcción salió a la luz en 1978 como consecuencia de un casual hallazgo. En la década del 80 se realizaron excavaciones más grandes que llevaron al descubrimiento del centro ceremonial azteca más importante del país.

Tenochtitlan

Cuenta la leyenda que todavía nómades, los aztecas recibieron órdenes de sus dioses de no asentarse en cualquier sitio por más cómodo o fértil que sea. Por el contrario, deberían recorrer las distancias que fueran necesarias buscando el lugar indicado. Lo reconocerían porque encontrarían allí un águila parada sobre un nopal, devorando una serpiente. Ésta sería la señal y ése el lugar.

Con la consigna a cuestas, los aztecas peregrinaron durante años atravesando largas extensiones en busca de aquel indicio. Un atardecer, mientras cruzaban un islote de solo dos kilómetros cuadrados, dieron con la señal. Sobre un verde cactus, divisaron un águila alimentándose con una enorme serpiente que moribunda se entregaba vencida ante las garras del ave hambrienta. En ese momento los aztecas se detuvieron, agradecieron a sus dioses y al poco tiempo fundaron en esa pequeña isla la ciudad de Tenochtitlan.

Con el tiempo, el islote les fue quedando chico y empezaron a rellenar la laguna. Poco a poco fueron ganándole terreno al agua y la ciudad de Tenochtitlan se consolidó como el eje de un poderoso imperio que se extendía desde Texas hasta Honduras. Con el correr del tiempo floreció en este lugar la más grande e importante civilización indígena de la historia.

Más tarde, en el siglo XVI, un grupo de 400 españoles acompañados de algunos aztecas rebeldes, atacaron la ciudad, la conquistaron y construyeron encima de los escombros de Tenochtitlan la capital colonial.

Esta nueva ciudad continuó su desarrollo en manos de los españoles y con la posterior independencia de la República de México, el lugar siguió siendo el centro económico, social y cultural más importante del país.

Hoy, encima de aquel pequeño islote en donde alguna vez los aztecas recibieron el mensaje de sus dioses, se levanta orgullosa la ciudad de México D.F.

Datos útiles

- ¿Cómo llegar?; Todos los días parten vuelos directos desde Ezeiza con precios que rondan los u$s 900.

- ¿Dónde dormir?: México tiene infinidad de hoteles para todos los presupuestos. Desde alojamientos de u$s 40 la noche hasta hoteles cinco estrellas de u$s 450.

- Recomendaciones: No es recomendable alquilar auto dado el tráfico que hay en la ciudad.

 

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