REPORTAJE 3D - Iván Petrella

"La economía es importante pero en esta elección se va a definir qué clase de democracia queremos"

El director del Programa Argentina 2030 y hombre cercano a Marcos Peña, asegura que no se perdió la confianza en el Gobierno y que, pese a la crisis, se votará por dos modelos de fondo de país.

Iván Petrella es uno de los referentes intelectuales del macrismo y director del Programa Argentina 2030, un espacio creado por el Gobierno para pensar al país en el mediano y largo plazo, más allá de la crisis. Filósofo especializado en relaciones internacionales y religión, ocupa un despacho en la Casa Rosada, cerca del jefe de Gabinete Marcos Peña. Niega que se haya perdido la confianza al Gobierno y asegura que la crisis y la volatilidad del dólar se deben a que la economía argentina tiene cimientos de arena. "Nosotros estamos recién haciendo ahora los deberes que otros países de la región hicieron hace 20 años", remarca.

El Gobierno está analizando medidas, como congelamiento de precios o el Ahora 12, que siempre cuestionó. ¿Eso no es una señal de desesperación?

-Yo diría que es una señal de escucha. Uno de los problemas que tenía el Gobierno anterior era la incapacidad de reconocer errores y rectificar el camino. Nosotros estamos siempre evaluando alternativas para que la gente sufra los menos posible en el proceso de salida de esta crisis. Son paliativos. Porque nuestra intención no es sólo aliviar el bolsillo en el corto plazo sino asegurar que la Argentina se embarca en un camino de crecimiento de mediano y largo plazo.

¿Se dieron cuenta de que la economía es importante y que por la crisis pueden perder las elecciones?

-No somos ingenuos y sabemos que la economía siempre es un factor importante. Pero creemos que esta elección plantea dilemas que van más allá del bolsillo de la gente. Por ejemplo, que clase de democracia queremos, si estamos a favor de una democracia republicana o no; si queremos una economía moderna integrada al capitalismo globalizado como tienen el 99% de los países del mundo y la región, o una economías más proteccionistas y cerrada. Es decir, se plantean dos modelos de fondo de país.

¿Se llega con estas medidas a octubre?

-Pase lo que pase en octubre, estamos viviendo un momento histórico en la Argentina. Este va a ser el primer gobierno no peronista en terminar su mandato. Un gobierno en minoría en sus cuatro años, algo que nunca pasó. Nosotros creemos que la ciudadanía nos va a renovar la confianza, lo que implicaría un hito adicional. Pero si incluso eso no ocurriera, esos sucesos están marcando que está cambiando algo muy importante en la Argentina.

Los economistas, los inversores e incluso el FMI dicen que la incertidumbre política por un eventual triunfo de Cristina le mete presión al dólar. ¿No erraron la estrategia de polarizar con alguien que les conviene y al mismo tiempo los perjudica?

-Ahí tenemos una lectura distinta. No polarizan los políticos. La realidad es que la grieta existe.

Es verdad. Pero cuando ustedes hablan de cambio cultural y de no volver al pasado, están polarizando con Cristina y subiéndola al centro del ring...

-No es tan así. Porque el pasado al cual no queremos volver no es solamente el pasado kirchnerista. Ese pasado es la última encarnación de un proceso argentino que fue marcado por la búsqueda de atajos facilistas que llevaron al fracaso. Y ese es el pasado que hay que dejar atrás. Cuando nosotros decimos que lo que se juega en la Argentina este año es la diferencia entre pasado y futuro, estamos hablando de dejar atrás el historial de fracasos.

¿Alternativa Federal y Roberto Lavagna también son el pasado que quiere un atajo?

-Creo que lo que está pendiente todavía en ese tercer espacio es tener más claro qué representan. Hoy está muy claro que representa el kichnerismo y que representa Cambiemos, pero no está claro todavía qué valores e ideas representa la figura de Lavagna. ¿En qué se diferencia del kirchnerismo y en qué se diferencia de Cambiemos? Cuanto más tengamos eso en claro, mejor será la democracia porque permitirá una discusión mucho más madura.

¿Fue un error no haber desdoblado la elección en la Provincia? Está complicada la elección para Vidal porque Cristina tiene todo su poder concentrado allí y arrastra a cualquiera...

-No lo creemos. Fue una decisión que fue consensuada y discutida. Para Cambiemos, siempre fue un valor fundamental el trabajo en equipo. Y creemos que somos más fuertes electoralmente cuando vamos juntos que separados.

La volatilidad del dólar no cede pese a semejante apretón monetario. ¿No se perdió la confianza hacia el Presidente?

-Creemos que no. Los temas como el dólar están ligados a la fragilidad de la economía argentina. Nuestra economía es frágil porque tiene cimientos construidos sobre arena. La crisis de tequila de los 90 golpeó fuertemente a la Argentina y a todos los países de la región. La crisis del año pasado le pegó a nuestro país y a casi a ninguno de la región. ¿Por qué? Porque después de la crisis del tequila, los países de la región hicieron las cosas que recién ahora la Argentina está buscando hacer. Tener equilibrio macroeconómico, tratar de lograr una economía más competitiva que pueda exportar más. Nosotros estamos recién haciendo ahora los deberes que otros países hicieron hace 20 años.

El Gobierno puede pedir sangre sudor y lágrimas pero la gente puede aguantarlo si ve que hay un futuro. Hoy no se ve una salida...

-El ciudadano nos dirá al final con su voto si confía y le da más tiempo al país para buscar una salida distinta a las que ya fracasaron en el pasado. Vemos muchas señales de cambio y de cosas que han mejorado. Fortalecimos las instituciones republicanas, se mejoró la seguridad ciudadana, y la inversión social de este Gobierno es el 76% del presupuesto nacional. La mayoría entiende que las dificultades coyunturales del país son parte de una película más amplia de fracasos múltiples, que incluyen en los últimos 70 años haber tenido un promedio de 60% de inflación y un año de cada tres con déficit fiscal. Tenemos una historia de ocho deffaults. Mucha gente entiende que después de décadas y décadas de soluciones problemáticas, de atajos y fracasos, la salida de eso toma más tiempo de cuatro años. Los países que se han desarrollado lo han hecho con una receta básica: democracia republicana, economía inclusiva e integrada y una sociedad cada vez más madura, que en el voto refleje esos valores. Creemos que hoy la sociedad argentina tiene esa madurez. Y que cuando llegue la elección va con su voto a considerar esos valores.

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