REPORTAJE 3D JESÚS aNDREU Ardura

"La calidad de un sistema educativo se construye durante generaciones"

El director ejecutivo de la Fundación Carolina, que lleva otorgadas 1.525 becas a estudiantes argentinos en los últimos 15 años, estuvo de visita en el país. Cuenta cómo hizo España para mantener sus niveles educativos pese a la crisis y dice que, muchas veces, los momentos de decadencia económica y política de las naciones coinciden con una explosión de su cultura.

Madrileño, licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, Jesús Andreu Ardura es el director ejecutivo de la Fundación Carolina, una organización enfocada en el intercambio educacional entre España y América latina, cuyo presidente honorario es el Rey español. De paso por la oficina en Buenos Aires, Andreu conversó con 3Días.

¿Cuál es el motivo de su visita a la sede argentina?
- La Fundación Carolina tiene una relación muy tradicional y muy importante con la Argentina, que ha sido siempre uno de los tres países más importantes para nosotros. Solamente en tres países tenemos una fundación propia, hay una en México, en Colombia y aquí en la Argentina. Así que si juntamos todas esas razones y ya que hemos dado 1.525 becas a estudiantes argentinos, hace que deba y quiera venir por aquí con frecuencia.

¿Cómo transitó la Fundación la crisis económica española y el consecuente recorte presupuestario?
- Más que recortar presupuesto, lo que hemos hecho ha sido reinventar y refundar la Fundación. Es verdad que hemos tenido algunas dificultades económicas, pero también es cierto que en épocas de un presupuesto muy elevado, también se empezaron a hacer cosas que eran interesantes pero no estaban en los principios fundacionales. Nosotros ahora hemos reducido sobre todo gastos de estructura, gastos de personal, lo que podríamos considerar que es mas superfluo, y una serie de actividades que no estaban en los principios fundacionales como un centro de estudios que funcionaba como un think tank. Eso ha hecho que, aunque tenemos bastante menos dinero, no haya repercutido de una manera directa en las becas. Si bien es cierto que hemos reducido prácticamente en un 70% el presupuesto del Estado, no así el de las empresas, las becas se han reducido en menos de un 50% porque, además, están mejor dotadas que antes.

En el marco de este replanteo, ¿en qué se está enfocando la Fundación Carolina específicamente en la Argentina?
- En la Argentina y en todas partes, porque en eso sí que somos absolutamente homogéneos, lo que hemos hecho fue centrarnos en lo que eran los principios fundacionales: dar becas de posgrado y doctorado a estudiantes latinoamericanos y organizar lo que llamamos el programa internacional de visitantes, que hace que personas que no quieren o no pueden ir por una beca por su edad o su status profesional, pero que quieren conocer mejor España, y nosotros consideramos que deben hacerlo, lo llevamos durante una temporada más corta con programas personalizados.

¿La Argentina qué participación tiene dentro de ese número?
- La Argentina hasta ahora ha sido el tercer país más importante en cuanto a concesión de becas, de las 15 mil que hemos concedido en 15 años, 1.525 han ido solamente para Argentina, lo que quiere decir que es prácticamente un 10%, y es una cantidad muy buena. Este año hemos tenido un 30% de aumento de peticiones de estudiantes argentinos. Hemos tenido 3.204 argentinos que han hecho 9.373 solicitudes.

Con respecto a lo que viene, ¿cuáles son los planes de la Fundación para la Argentina?
- Los planes que tenemos ya son de crecimiento, porque precisamente hicimos durante estos años este esfuerzo de reajustar nuestras ofertas y necesidades a un menor presupuesto y lo hemos conseguido. Es un gran reto, cuando una institución que está pensada para tener grandes números y presupuestos ha de achicarse, muchas personas hasta dudan de su propia viabilidad. Nosotros hemos demostrado que no solo es viable, sino que se puede hacer sino más por menos, igual con menos. Ahora hemos hecho una institución más pequeña, más dinámica, muy eficaz, muy rápida en sus decisiones, muy vinculada a las redes sociales, a las tecnologías, que quiere juntar, y creo que ése es el gran reto del siglo XXI, en lo que tiene que ver con la educación superior, empleabilidad y estudios.

¿Cree que ha pasado lo peor para la economía española?
- Siempre se dice que la macroeconomía hasta que llega a las personas y las personas encuentran mejoría, pasa un tiempo. Al revés ocurre lo mismo, ya se estaba hablando de crisis y las personas todavía no lo habían notado. Ahora quizás ocurra lo mismo. Es verdad que las familias deben estar notando una mejoría porque hay datos que, por ejemplo, el mercado de la vivienda se ha fortalecido, y en el último mes ha aumentado un 15% el consumo y el consumo privado aumentó un 10%. Y luego de estos que son datos más de microeconomía están los grandes números. El año pasado, España ha crecido y este año la previsión es que tenga un crecimiento, los menos optimistas dicen que del 2,5%. Por lo tanto, es una evidencia que una vez hechos los ajustes y las reformas estructurales que se han hecho, no solo se está mejorando la situación sino que ya ha mejorado en el último año claramente.

¿Y cómo afectó la crisis económica a la educación?
- A nosotros en ese sentido no nos ha afectado porque nosotros el nivel de calidad de cada beca no solo lo hemos mantenido sino que lo hemos aumentado. Es cierto que la universidad ha tenido mayores problemas, puesto que ha tenido menores presupuestos y ayudas, pero eso no afecta para nada al talento ni a la capacidad de los profesores ni a la calidad de los programas. A nosotros lo que nos ha afectado ha sido en lo cuantitativo, de dar 800 ó 900 becas, damos 540, pero esas 540 no solo son iguales a las que eran sino que son mejores, porque hemos hecho el esfuerzo de dar mayor calidad a todas nuestras becas, además ofertando ahora nuevos programas, que son muy modernos.

Entonces cree que la crisis no llegó a afectar la calidad educativa
- La calidad de un sistema educativo se construye durante generaciones. Sería terrible pensar que porque se reciban menos aportes económicos y porque se atraviese una cierta estrechez económica, todo se va a caer en dos años. Eso se vio claramente en la Argentina y en Latinoamérica, donde desgraciadamente lo mejor de nuestra intelectualidad, por razones políticas, tuvo que emigrar. También es cierto que muchas veces cuando a uno le falta dinero, pone mayor esfuerzo, mayor imaginación y mayor tesón, y es lo que hemos hecho en la Fundación. También hay una discusión histórica, que no tiene tanto de ver con la educación sino con la cultura, y es que si los momentos de crisis económica y crisis emocional de un país son más o menos creativos. Nuestro gran siglo de oro no es justamente cuando España tiene el mejor momento, sino justo cuando está empezando ya la decadencia o cuando la decadencia es muy aguda en el siglo XVII, y es precisamente cuando tenemos un estallido de lo mejor de la creación. Eso vuelve a ocurrir en 1988, cuando España se queda sola en el mundo, pierde sus dos últimas colonias y eso hace que toda una generación de intelectuales se replanteen su posición y visión del mundo, qué es España, a veces con toques muy pesimistas, pero hay una explosión cultural, y es un momento de decadencia económica y política.

Los argentinos podemos dar cátedra al respecto
- Claro. Pasa muchas veces. Hay una cosa muy bonita que se dice, que las situaciones de enamoramiento y las situaciones de felicidad no son creativas, y es verdad. La gente suele hablar del amor, cuando está en una situación de desamor y malo. Seguramente cuando uno está feliz y entregado no tiene tiempo de pensar en la literatura ni en nada.
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