José Pablo Feinmann: "A Cristina no la veo acabada para nada"

El intelectual asegura que pese al rechazo que genera la ex presidenta en amplios sectores y a que "llegó a ser piantavotos", hoy representa a los votantes que se oponen al "ajuste" macrista. Dice que no entiende la ratificación que recibió Cambiemos en las urnas y por eso se siente alejado de sus "compatriotas". Sí cuestiona a los K por no condenar al régimen de Maduro.

Acaba de publicar su último libro, La condición argentina (Planeta) y mientras escribe en simultáneo dos nuevas novelas (ver recuadro), José Pablo Feinmann se recupera de los problemas de salud que en el último año y medio hicieron que su voz estuviera ausente de los medios. T

res veces por semana, el filósofo y escritor concurre a una clínica porteña para rehabilitarse de un ACV isquémico que sufrió en marzo de 2016 durante una operación de columna que se suponía, iba a dejarlo como nuevo. Hoy se lo ve mucho más flaco, menos vehemente que de costumbre, pero conserva intacta su lucidez habitual.

Recibe de buen grado a 3Días en su departamento de la calle Azcuénaga, aunque vacila en cortar el reportaje cuando alguna pregunta lo incomoda. Al final, acepta continuar. No oculta su desencanto con la política actual, en especial tras el resultado de las PASO, y critica con dureza al gobierno de Mauricio Macri.

El prólogo de su libro arranca diciendo que ve un giro de América latina hacia el neoliberalismo. ¿Cómo explica este giro del que habla? Y, en todo caso, ¿qué cree que fracasó antes para que se abra este un nuevo ciclo?

-Es exagerado hablar de un fracaso, en realidad habría que hablar de un triunfo de los sectores políticos y mediáticos que se enfrentaron a los gobiernos que durante la primera década del 2000 lanzaron proyectos nacional y populares en América latina. Y proyectos de unidad latinoamericana. Asi que ganaron los principales medios, también la clase política más ligada a los Estados Unidos y las grandes empresas. Todos hicieron muchos esfuerzos para llegar a esto y lo consiguieron: consiguieron apoderarse de la opinión pública, lo cual es fundamental dentro de un país, y consiguieron que en la Argentina, la mayoría, o mucha gente, comprara sus odios, desprecios y desdenes, que los adoptara y creyera en lo que ellos querían que creyera.

Convengamos que en el caso de la Argentina había un cansancio notorio con un estilo de gobierno, el kirchnerista, y la economía ya venía complicada... Se votó un cambio.

-Y está muy bien el nombre de Cambiemos, fue un gran acierto político, porque querían cambiar. La figura de Cristina provocaba mucha irritación en mucha gente, por muchos motivos pero, en realidad, Cambiemos era "cambiemos a Cristina", y eso se votó. En Capital, sobre todo.

¿Le sorprendió el resultado de las PASO?

-A mí que Carrió saque mayoría de votos siempre me sorprende. No sé que pensar de los porteños, no sé qué es lo que votan... es una mujer muy activa, imprevisible, no entiendo cómo se la puede votar.

Y en la Provincia, ¿qué lectura hizo del resultado de la elección?

-Me llama la atención esto de los 10 días de demora del escrutinio... En realidad de lo que se puede hablar es de un triunfo de Cambiemos... ha ganado.

¿No cree que la candidatura de Cristina ayudó y terminó siendo funcional al Gobierno?

-Bueno, les sirvió para polarizar la cosa, eran ellos o Cristina... Y otra vez dijeron cambiemos, aunque Cristina tiene muy buen resultado en la Provincia, hay que ver octubre... Porque además a mí me asombra el desparpajo que tiene el Gobierno para hacer cosas y desdecirse. Han aumentado los precios, hubo inflación, las góndolas de los supermercados están imposibles, la gente sale knock out del supermercado. Yo hoy no salgo, pero mis amigos ya no van a los restaurantes que solían ir, toda la gente que me rodea se queja mucho.

¿Se olvida de dónde venimos? El Gobierno que supuestamente era distribucionista dejó 30% de pobres. Y tuvo 12 años para modificar esa situación. ¿Puede estar allí parte de la respuesta a por qué la gente votó como votó?

-Es un voto de confianza a que sigan haciendo lo que hacen, se va a ajustar más... la gente querrá el ajuste, los tarifazos... Yo con Cristina vivía bien, íbamos a comer, podíamos tener algunos extras... El problema fue Cristina, se le tomó mucho odio, el odio se polarizó mucho en ella, no olvidemos que Macri ganó por dos puntos en 2015. Si no, ganaba Scioli, que era un moderado. Macri no lo es. No estoy conforme con este gobierno neoliberal ajustista.

También pesó la sombra de la corrupción. Hay infinidad de causas judiciales contra funcionarios K, varias de ellas contra Cristina...

-Macri también está complicado con lo del Correo, que equivale a 480 bolsas de José López, lo que pasa es que los ladrones de guante fino se cuidan mucho y trabajan mejor, no tocan la plata, ese señor López tocó la plata. Lo del Correo es escandoloso, no sé si no escandaliza, me asombra... La corrupción está en todas partes, yo veo más corrupción en los negociados de Macri que en los robos de gallina. Además, es habitual que se utilice el tema de la corrupción cuando se quiere desacreditar a un gobierno. También lo están usando con Macri.

Pero usted siempre fue crítico de la corrupción. Y confesó cuánto le incomodaba el llamativo millonario patrimonio de los Kirchner...

-Nunca dejé de mencionarlo y buenos problemas me trajo. Igual, acá aparezco como que defiendo a Cristina y ataco a Macri y yo no defiendo ni ataco a ninguno de los dos. Cristina cometió muchos errores, y no en vano llegó a ser piantavotos, pero hoy creo que nuclea a toda la gente que está contra el ajuste.

Para muchos, más allá de los votos que obtuvo, éste es final del ciclo político de CFK...

-De ningún modo es el final de su ciclo. Si Carrió sacó el 50%, Cristina puede sacar el 80% en una presidencial. El votante es imprevisible.

¿Y entonces cómo lee la derrota en Santa Cruz, cuna del kirchnerismo, o que no haya podido ir a votar por temor a un repudio?

-Cristina se habrá equivocado pero es muy inteligente como para durar tan poco en la oposición contra Macri, es poco el tiempo que lleva recorrido y ser elegida como representante de la oposición es lo que ha resultado de esta elección. Creo que nuclea a sectores medios y bajos muy grandes todavía que le van a permitir seguir haciendo política.

¿Al peronismo no le vendría bien que dé un paso al costado para poder reconstruirse? Sigue sin liderazgo y CFK parece ser obstáculo...

-Está Randazzo, Abal Medina, pero sacaron pocos votos. ¿Para qué Cristina va a dar un paso al costado? ¿Para que venga Massa?

Porque su figura genera mucho rechazo...

-Y mucha adhesión también, sacó muchos votos, muchos más que Randazzo, que Massa, o sea, no sería raro que el peronismo se nucleara alrededor de la figura de Cristina, el peronismo siempre busca liderazgos fuertes y yo no la veo a Cristina acabada para nada. Veo un peronismo dividido y no tendría que estarlo, tendría que estar enfrentando el ajuste. Este gobierno me recuerda en muchas cosas al menemismo. No me importa que justifiquemos esto por la pesada herencia, porque la pesada herencia sirve para justificar el pesado presente. No se puede justificar el pesado presente por la pesada herencia. El pesado presente es hoy; y hoy veo que la gente no tiene laburo, que los grandes medios tienen a los periodistas consagrados del establishment y que lo que más miedo tienen ellos es a un triunfo de Cristina. Lo escuché decir a un periodista que Cristina era Chávez y era el regreso de Venezuela, y eso es el cuco, que Cristina es Maduro... se ve que le tienen mucho miedo.

El kirchnerismo guarda silencio sobre el régimen de Maduro, sobre sus muertos y presos políticos. ¿Por qué no lo condena?

-Sí, no le costaría nada hacerlo, de hecho yo lo hice, pero yo no soy kirchnerista.

En su libro también habla del binarismo argentino, de la imposibilidad del diálogo. ¿Cómo ve la famosa grieta hoy?

-Grieta hubo siempre, el kirchnerismo vino a polarizar los antagonismos. Como con Menem, me siento alejado de mis compatriotas, porque han votado de un modo que yo no lo hubiera hecho. Macri me parece un tipo temible, porque creo que no tiene límites en cuanto a dónde puede llegar el neoliberalismo. Por ejemplo, a ya tener un desaparecido, el joven que desapareció en medio de una represión. (Nota de R: en referencia a Santiago Maldonado) No hay una reacción tan fuerte de parte del Gobierno como tendría que haber existido.

Obras en camino

Además de publicar recientemente La condición argentina, donde recopila 60 contaratapas publicadas en Página/12 entre marzo de 2005 y enero de 2016 en las que reflexiona sobre el devenir argentino, el autor de Últimos días de la víctima, y El Flaco, entre otros tantos títulos, trabaja hoy en dos nuevas novelas.

Habla con entusiasmo de una de ellas, El Carnaval del mundo, sobre la que cuenta: "Todos son personajes negativos, hay dos líderes mediáticos, hombre y mujer, y los dos alquilan al mismo killer para que mate al otro. Ése es el eje sobre el que gira todo, y también hay una niña que se llama Miss Piggy, porque es gordita, y es contratada como reidora en un programa de TV. Ella tiene muchos problemas psicológicos y le dicen que tiene que reirse".

La otra novela en camino pertenece a la ciencia ficción: La dimensión desconocida del Doctor Hartmann. Feinmann también escribe Sujeto y poder, donde expone su pensamiento filosófico.

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