REPORTAJE 3D - daniel Marx

"El Gobierno debería dar señales de que las cosas van a persistir más allá de la elección"

Para el economista, la desconfianza del mercado tiene que ver con las dudas que existen sobre el plan que la Argentina va a poner en marcha a partir de 2020, ya bajo un nuevo gobierno, y los apoyos que requerirá del Congreso para implementar las reformas estructurales que pide el FMI. El nuevo acuerdo con el organismo y el acceso al mercado voluntario de deuda.

El ex secretario de Finanzas (1999-2001) y director de Quantum, Daniel Marx, da su visión sobre la inestabilidad financiera que atraviesa la Argentina en el año electoral, pide señales de previsibilidad al Gobierno y plantea la necesidad de ir hacia un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional luego del 10 de diciembre que contemple el crecimiento.

 

 

¿Entendió el FMI finalmente que la flotación libre no funciona en la Argentina y por eso permite ahora la intervención del BCRA o le tiró la pelota al Gobierno directamente y deja el tema bajo su exclusiva responsabilidad?

-Yo creo que el Fondo sigue pensando que un régimen apropiado para muchos países es la flotación, y esto en algún momento va a incluir a la Argentina también. Ahora, la flotación puede ser limpia o puede estar administrada, pero yo creo que el objetivo final es ir a la flotación más limpia. Y en el interín, admite que hay circunstancias extraordinarias que requieren quizá tener un régimen más administrado y, en ese sentido, le da la responsabilidad del manejo dentro de determinados parámetros al gobierno de Argentina.

 

¿Ese interín o paréntesis vendría a ser todo el proceso electoral 2019?

-Sí. Además, el mismo programa con el Fondo, el segundo del año pasado, ya preveía un excedente de divisas provisto por el FMI en relación a las necesidades de divisas que tenía el Gobierno. Y eso no necesariamente iba todo a acumular reservas.

 

¿Qué lectura tiene de lo que pasó la semana pasada? ¿Por qué se dispararon el dólar y el riesgo país? El Gobierno se lo atribuyó a la encuesta que muestra a Cristina por encima de Macri. ¿Es así?

-Yo creo que ese es un factor, pero no es el único. Creo que existen y van a aparecer cada vez más dudas o algún grado de incertidumbre sobre cómo van a desarrollarse las cuestiones durante el año 2020, que no tiene solo que ver con el resultado electoral, sino con el tipo de programa que se va a implementar, cuál va a ser el tipo de negociación que se va a encarar con el Fondo, y en consecuencia, cómo se va a acceder al mercado de financiamiento voluntario. Y eso algunos creen que va a requerir algún esquema de gobernabilidad y apoyos del Congreso, que también están incidiendo sobre lo que ocurrió la semana pasada, principalmente con los bonos, más que con el tipo de cambio.

 

Todas esas dudas se podrían despejar a medida que los candidatos -que aún no están claros tampoco- empiecen a explicitar sus programas de gobierno y dejen claro que no contemplan ir a un default?

-Creo que sí, pero igual van a pedir entender cómo se va a hacer.

 

¿Y qué puede hacer mientras el Gobierno para intentar recuperar la confianza que obviamente hoy no genera en los mercados?

-Esto sí es una debilidad de Argentina, en otros países hay elecciones y no se produce tanto ruido en el mercado financiero, y eso creo que es una debilidad porque no se ven instituciones muy fuertes o reglas o programas de acción que superen un poco las diferencias de partidos políticos. Creo que el Gobierno debería buscar cómo se puede hacer para dar algunas señales de que las cosas van a persistir, más allá de la cuestión electoral en sí misma.

 

Los cambios continuos en las reglas de juego, las bandas, luego el techo a la banda, ahora la intervención del BCRA, ¿no aumentan la desconfianza? Por lo pronto muestran que el Gobierno no le encuentra la vuelta.

-Son cuestiones instrumentales, si están puestas en un contexto más comprehensivo, pueden ayudar o pueden no ayudar, pero creo que es un poco lo que está requiriéndose, más el contexto que lo que pueden ser cuestiones tan puntuales.

 

Hay preocupación también por cómo va a hacer frente el próximo gobierno a los compromisos de deuda. De hecho, parte del dinero del FMI, los u$s 9600 millones, están siendo desviados ahora a frenar el dólar. ¿Le deja Macri a quien lo suceda -o a sí mismo- una herencia complicada también allí?

-Hay que ver qué posibilidades tiene el próximo Gobierno yo creo que ahí se van a cuidar, el Fondo también va a cuidar que no se gaste toda la plata ahora y no quede nada para el año que viene.

 

¿Pero los u$s 9600 millones no estaban destinados orginalmente a pagar deuda?

-Esa parte ya estaba prevista, por encima de eso, no. Hay una parte que ya estaba metida en el programa del año pasado, un exceso. En realidad había 8000 millones pero había acumulado en reservas -dicen- 1600 millones más.

 

Las medidas que se tomaron dirigidas a mostrar al público interno que se están ocupando de contener la inflación -congelar las subas de tarifas, precios esenciales- ¿cómo impactaron afuera? Porque también subió el riesgo país tras ese anuncio.

-Creo que hubo varios impactos, la tasa de inflación del mes pasado, el ver estas medidas un poco fuera de contexto y las encuestas Todo fue en un transcurso de muy pocos días, vino todo junto.

 

¿Qué va a pasar cuando se conozca la inflación de abril, que algunos creen que puede estar en 4% otra vez o por encima? ¿Puede generarse una nueva corrida o disparada del riesgo país?

-Estamos con una tendencia de debilitamiento del llamado indicador del riesgo país, hay que ver cuánto se anticipa o no y qué ocurre por los otros frentes, eso es un factor, pero creo que a esta altura no es el factor decisivo. Aunque tampoco hay que ignorarlo.

 

¿Qué debe hacer el próximo gobierno de cara al acuerdo con el FMI?

-Creo que la renegociación va a tener que ver con varias cuestiones: en realidad, para el Fondo Monetario esta es una negociación, no una renegociación, va a ser un nuevo acuerdo. ¿Cuáles son los elementos? Para algunos es el hecho de que hay vencimientos importantes con el Fondo a partir de 2021 y que uno va a tratar de despejar esa demanda por los vencimientos. Lo segundo es que el FMI y el Gobierno van a decir "esto ya no tiene que ser un programa que financie un año exclusivamente, sino que más bien vaya sentando las condiciones para que Argentina recupere acceso al mercado". Y esto significa también cómo se alinean en el mediano plazo las cuentas fiscales y qué reformas estructurales podrán hacerse para justificar un programa más largo del Fondo y atraer inversiones.

 

¿Un programa de crecimiento?

-Por eso decimos de atraer inversiones y eso para el Fondo son algunas cuestiones que ellos llaman reformas estructurales y todo eso puede tomar la forma, ya no de un stand by, sino de un llamado programa EFF (Extending Fund Facility). Hay que ver si se encara esto de entrada o más adelante en el año 2020, es decir, que empiece como un nuevo programa stand by más corto y después transformarlo en un EFF más adelante.

 

¿Va a requerir de nuevos ajustes el FMI?

-No sé si ajustes, van a decir que va a ser un programa de crecimiento que tiene estas otras reformas, hay que ver qué título se le pone.

 

Siempre y cuando haya acuerdos políticos, caso contrario, ¿cómo van a llevar adelante esas reformas estructurales que requieren consenso y aprobación del Congreso?

-Así es, por eso yo hablaba de que no es solo la cuestión política, ya mucha gente está viendo que esto va a pasar por ahí y es cuando empieza a incidir.

 

El dólar en sus valores actuales, ¿sigue siendo competitivo?

-Creo que, en términos generales, uno lo llamaría competitivo, pero está la presión de costos subiendo a un ritmo que hay que ver si no termina erosionando esa llamada competitividad. Después están las cuestiones de incertidumbre respecto a las retenciones sobre exportación, que se ven como algo raro La competitividad depende de otras cosas, de la productividad y no solo del tipo de cambio.

 

¿La posibilidad de que se aumenten las retenciones puede acelerar la liquidación de divisas del agro?

-Creo que van a operar con cautela, una parte es ir atendiendo las necesidades, que eso va a ocurrir -pago a proveedores y determinadas deudas- y traspasado ese umbral, va a ser cautelosa (la liquidación).

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