"Desde Alvear, este será el primer gobierno no peronista en terminar su mandato"
El diputado radical, jefe del interbloque de Cambiemos, recuerda el legado de Raúl Alfonsín, a 35 años de su triunfo histórico. Dice que hay una asignatura pendiente en términos de la alternancia en democracia pero afirma que el país no está atado al peronismo.
Mario Negri se entusiasma a la hora de hablar del Raúl Alfonsín. El diputado radical aceptó la propuesta de El Cronista para recordar al ex Presidente, a días de celebrarse 35 años de su histórico triunfo electoral. "En 1983 no se discutía la economía. Era salir de la muerte y volver a la vida. Alfonsín lideró en forma pionera la recuperación de la democracia por ruptura en la región, sin compromiso ni acuerdo con la dictadura. Fue la transición más difícil de nuestra historia", recuerda hoy Negri en momentos en que la situación económica parece devorarse todo lo importante.
Habla también de la crisis de los partidos que arrastró al radicalismo y de los 20 años que gobernó el peronismo desde 1983. "Hay una asignatura pendiente en términos de la alternancia en democracia", reconoce en ese sentido.
Pero además, el jefe de los diputados del interbloque Cambiemos se muestra contemporizador con el Gobierno, luego de que la UCR saliera a reclamar mayor participación dentro de la alianza.
¿Cuál es el mayor legado que dejó Alfonsín?
-Alfonsín lideró en forma pionera la recuperación de la democracia por ruptura en la región, sin compromiso ni acuerdo con la dictadura. Fue la transición más difícil de nuestra historia. Cumplió fundamentalmente con la esencia de la democracia, que tiene que ver con la vida y la libertad, y concretó la promesa del enjuiciamiento a los militares. También comenzó con la política de integración, se dio cuenta de que no alcanzaba con uno sólo, y terminó con los fantasmas de la guerra con Chile y los países vecinos. En ese sentido, fue el primer dirigente político con la capacidad de ver a la Argentina desde el mundo y no el mundo desde la Argentina. Advirtió el fenómeno global, los niveles de presión, advirtió lo que pasaba con la guerra fría. Recibió la peor herencia económica de estos 35 años de democracia, mientras que Néstor Kirchner recibió un país con muy buenas condiciones para recuperarse de la crisis de 2001. Entonces me parece que al 83 es imposible separarlo de valores. No se lo puede medir solamente en números. Fue una epopeya, más reconocida por el mundo que por los propios argentinos. Fue un capital de valores del radicalismo.
La de Alfonsín fue también la última victoria por la que la UCR llegó al poder sin una alianza...
-Pasaron muchas cosas desde el 83 para acá. Se terminó el bipartidismo clásico, y no solamente como consecuencia de la crisis; también como producto de una nueva forma de canalizar los reclamos. Apareció un mundo global en dónde la información penetra en los ciudadanos por todos lados, no solo a través de los partidos. Desapareció la idea de que los partidos debían tener primero una plataforma y se pasó a una democracia de candidatos. Después vino Kirchner, que entabló una democracia plebiscitaria cuando dijo que nadie se iba a interponer entre él y la gente, en su primer discurso en el Congreso. Hoy hay un mundo distinto. Los efectos de la globalización han dado vuelta todo patas para arriba.
Sin embargo, el país parece estar atado al peronismo...
-No, no estamos atados al peronismo. Pero la verdad es que desde 1983, el peronismo gobernó durante 20 años. De ahí la idea de que no hay país posible si no lo gobiernan ellos. No quiero decir que es una maldición pero hay una asignatura pendiente en términos de la alternancia en democracia. Desde el fin de la presidencia de (Marcelo T. de) Alvear, en 1928, este va a ser el primer Gobierno no peronista que va a terminar un mandato.
Hoy se debate entre la economía o la corrupción y el pasado. ¿Podría aparecer un Bolsonaro en el país?
-No veo que se den las características de Brasil. Allí, además de los liderazgos políticos partidarios, tenés una Iglesia que participa en política, como los grupos evangélicos. Y están las fuerzas armadas que apoyan a Bolsonaro, que tienen otro vínculo con la sociedad. No es el caso de la Argentina. Obviamente que la economía siempre está presente y tiene notable influencia en nuestro país. Quien lo niegue comete como mínimo un acto de enorme ingenuidad. Pero en la Argentina no se votó sólo por la economía; también se votó por la República, por la ley, por el hartazgo a la corrupción. Y si algo faltaba para demostrarlo, aparecieron los cuadernos y los arrepentidos.
¿Y cómo se explica que Cristina tenga 30% de intención de voto?
-No sé si mide eso pero es verdad que tiene intención de voto. Y eso pasa porque en el peronismo no hay ningún liderazgo que se haya animado a decir en serio por qué no hay que acompañarla. Todos flirtean de alguna manera con ella. Y los que no pueden competir con ella, tratan de copiarla. Nadie se anima a decir que es imposible que retorne el kirchnerismo porque el país ya no tiene la plata para hacer populismo. Y un populismo sin plata es peligroso porque se tiene que apoyar en otras cosas, como sucede con la derecha en Europa y en otros lados. Por otro parte, como no estalló la bomba y no hubo 2001, hay una efecto residual del relato. Se creó una cultura en la que preguntar de dónde vienen los recursos es una cuestión secundaria. Lo importante es recibirlos de cualquier manera. Cambiar esa cultura lleva mucho tiempo, y en el medio de una crisis, es más difícil.
Carrió cuestiona severamente al Presidente y la UCR también salió a hacer reclamos al Gobierno: ¿está firme la alianza Cambiemos?
-Hay que salir de la Argentina de los extremos. Debemos acostumbrarnos a que debatir no significa romper ni caer en el abismo. Los valores por los que se constituyó Cambiemos no desaparecieron en la Argentina. Es imposible disparar del pasado porque los cuadernos son presente. No aparecieron en el 2015, aparecieron ahora. Y los arrepentidos aparecieron ahora porque hay una ley que se votó en este Gobierno. Si hubiese ganado Scioli, ¿habría cuadernos o arrepentidos? Es decir, que cuando uno habla de no querer volver al pasado, en alguna medida lo que la gente quiere decir es bueno, tratemos de resolver los problemas que tenemos ahora.
¿Y por qué el Gobierno deja afuera a los radicales en la toma de decisiones?
-A mí eso no me sorprende. Ni bien asumimos, el propio presidente Macri dijo que esto no era un Gobierno de coalición, a pesar de que hay radicales en la coalición. La historia de las coaliciones en la Argentina no tienen buenos antecedentes. Por eso esta coalición es un prototipo. Hasta ahora, con sus defectos y sus virtudes, ha funcionado. Y es una coalición que se ha vertebrado centralmente sobre el Parlamento. Pero creo que la crisis que está atravesando la Argentina exige en Cambiemos un salto cualitativo. Tenemos que encontrar un mecanismo más ágil y más homogéneo en la toma de decisiones para eludir los costos evitables. Sobre todo en los temas que van a tener profunda repercusión social o algún grado de conflictividad. Es mejor procesarlo entre todos a que la decisión la tome uno solo.
La UCR pidió terminar con el ajuste. ¿Cree que es excesivo?
-Lo que decimos es que hay que marcar un sendero lo más rápido posible. En la situación en la que estamos, no hay mucho por inventar en la Argentina. Obviamente creemos que siempre hay gastos que bajar. Pero después tenés que ir por una política de crecimiento para generar recursos porque de lo contrario tenés que apagar la luz.
También cuestionaron que la ayuda social se entregue a las organizaciones sociales. ¿Cómo debería hacerse?
-Lo mejor es que la ayuda social llegue a la gente en forma directa, con la menor cantidad de intermediarios. Hay que bancarizar la ayuda social para que las organizaciones sociales no hagan con ella política partidaria. Estas organizaciones no solo salen a reclamar por lo que pasa sino que además hacen política partidaria y ahí empezamos a pifiar.
¿La UCR va presentar un candidato presidencial para competir en las PASO?
-Discutir eso ahora no está en mi orden de prioridades. Si así lo hiciera, estaría fuera de la realidad.
Negri Dixit- "Desde 1983, el peronismo gobernó durante 20 años. Hay una asignatura pendiente en términos de la alternancia en democracia"
- "Los valores por los que se constituyó Cambiemos están vigentes en la Argentina"
- "Cambiemos tiene que encontrar un mecanismo más ágil en la toma de decisiones para eludir los costos evitables"
- "Tenemos que ir por una política de crecimiento para generar recursos porque de lo contrario hay que apagar la luz".
- "Hay que bancarizar la ayuda social para que las organizaciones sociales no hagan con ella política partidaria"
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