Caparrós: "Veo un gobierno de privados que no va a cambiar la Argentina"

Martín Caparrós reúne, en una misma obra, algunas de sus mejores crónicas, intercaladas con reflexiones sobre su vida y oficio. En un mano a mano con 3Días, da sus primeras impresiones sobre la administración de Cambiemos.

Recién cuando superó la veintena de libros, Martín Caparrós se animó a definirse como "escritor". Aún cuando en su historial ya figuraban novelas como Valfierno, No velas a tus muertos o La Historia, aquel libro que -según él- nadie leyó. O incluso, cuando ya había publicado junto con Eduardo Anguita La Voluntad, una obra de tres o cinco tomos (según la edición) que retrata la militancia revolucionaria de finales de los sesenta y comienzos de los setenta.

También, ya había hecho crónicas tan extensas que tomaron forma de libro, como El Interior o Dios Mío. Un viaje por la India en busca de Sai Baba. Sumado a un sinfín de relatos periodísticos que fueron publicados en los medios más prestigiosos del mundo y, varios de ellos, compilados en Larga distancia, La patria capicúa, Bingo! o La guerra moderna.

Pero esta vez, el escritor que se asoma detrás de sus bigotes condensó en una sola obra algunos de sus mejores textos, intercalados con sus recuerdos y reflexiones. Lo llamó LACRÓNICA -así, todo junto- y es, como él mismo dice, "un raro recorrido por mi vida y mi oficio".

Durante la entrevista concedida a 3Días, Caparrós dio su visión sobre el rol del periodismo en la actualidad, la "guerra Clarín-Gobierno", los Panama Papers y el actual Gobierno, además de hablar sobre sus publicaciones.

Cuando tenés que completar en una planilla tu profesión, ¿qué ponés?
- En ese momento de verdad extrema que son los formularios de los aeropuertos, durante décadas puse "periodista". Entonces me daba pudor escribir "escritor", lo pensaba no como una descripción sino como un título casi de nobleza. Hace unos años, con dos docenas de libros publicados, decidí que quizá fuera un mal escritor, pero sin dudas era uno, y eso es lo que escribo ahora.

Lo que te atrae de la crónica es su "indefinición". ¿Puede ser que a nivel general te atraiga? El Hambre es una especie de crónica-ensayo o en Palí-Palí mezclás la crónica con la fotografía.
- Estoy cada vez más convencido de que lo bueno de la literatura y también mucho malo, por supuesto se encuentra en la mezcla, en el cruce de los géneros. Los libros cuyo género está claro suelen ser los que las editoriales arman para llenar su avidez de resultados financieros: las novelas históricas, el thriller, la chick-lit, la autoayuda, las diversas divulgaciones.

¿Con qué criterio elegiste las crónicas que integran el libro?
- Con varios: el primero y principal, que me gustaran. Pero, también, que me sirvieran para poner en escena los conceptos y criterios que trato de resumir en los capítulos escritos especialmente para el libro, donde hablo de mi historia profesional y de cómo trabajo, un raro recorrido por mi vida y mi oficio.

¿Qué rol creés que cumple o debería cumplir el periodismo en la sociedad?
- Averiguar, contar, analizar, pensar. ¿Será tan complicado?

¿Cómo creés que impactó la "guerra" Clarín-Gobierno en el periodismo, en los periodistas y en los argentinos en general?
-En el periodismo, bien, obligando a las grandes empresas indolentes a hacer un poco de periodismo para llevar adelante sus pequeños combates. Entre los argentinos, bien, obligando a muchos a ejercer una lectura crítica de esos medios que hacían periodismo para llevar adelante sus pequeños combates. En los periodistas, la verdad: ¿importa?

¿Hacia dónde creés que va el periodismo? ¿Hacia el de datos o al que cuenta lo que vemos, pero desde otro ángulo?
- El periodismo nunca va hacia un lugar, por la simple razón de que no existe "el periodismo" si no, por suerte, formas variadas de ejercerlo. El así llamado periodismo de datos ¿Los otros de qué son? ¿De remolachas? es una opción interesantísima, y más cuando se ejerce, como en el caso de los Panamá (papers), en conjunto: una actividad muy individualista convertida en un esfuerzo común. Pero mirar lo que no queremos ver y contarlo mejor también es una opción; así como buscar formas nuevas para hacerlo en los avances técnicos, e inventar cada vez más pequeños medios independientes gracias a esos avances, y tantas otras cosas.

Los Panama Papers, ¿taparon un poco las denuncias de corrupción contra el Kirchnerismo?
- No, yo no soy tan mala, vos sos tan malo como yo. ¿No parece un argumento de salita de cinco? ¿Llegaremos algún día a primer grado?

A su vez, ¿qué pensás del desfile de ex funcionarios por Comodoro Py? ¿Es un respiro para Cambiemos, en medio de aumentos de tarifas, inflación y los Panama Papers?
- Un problema de cierto periodismo argentino es que puede pensar los problemas en términos de "respiro para Cambiemos" o así. Los aumentos de tarifas, inflación, etcétera, son el tema, más allá de cómo impacten sobre los veinte nabos que nos gobiernan. El periodismo que me interesa es el que trata de contar cómo impactan sobre 20 millones.

Definís a la Argentina como un "país calesita", y decís que uno de los motivos por los que te fuiste a España es porque sentías que te estabas repitiendo, que ya no aportabas nada nuevo. ¿Creés que con Cambiemos nos bajaremos de esa calesita?
- No me parece que nos estemos bajando ni un poquito. Hace unos meses manoteamos una sortija, la del final de la épica chanta, la de la cara amable y la charlita. Pero en términos sociales y económicos, no se se ven razones para muchas sonrisas: todo parece seguir en la línea desastrosa del kirchnerismo, sólo que un poco más y menos sanateado. Pero esto acaba de empezar.

¿Cómo definirías a Cambiemos, teniendo en cuenta las medidas que tomó en estos meses?
- Un gobierno de centro derecha contemporánea: con buenos modos y ciertos reflejos democráticos, pero ninguna intención, como es lógico, de crear una sociedad más justa en su reparto de la riqueza, de las opciones, de la vida. Un gobierno de privados, de gente que fue, en su enorme mayoría a colegios privados, universidades privadas, hospitales privados y algún barrio privado: que viven en esa Argentina privada que empezó a construir el golpe del 76 y que no la van a cambiar. Este gobierno es el resultado muy poco alentador del desastre kirchnerista.

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