Argüello: "Todos esperamos que Macri acierte de una buena vez con la política económica"

El ex embajador ante la ONU acaba de presentar su último libro, en el que profundiza sobre el rol del G20, el foro global que este año le toca presidir a la Argentina. Anticipándose a la cumbre de Buenos Aires, afirma que el país debe coordinar una agenda regional para llevar a la mesa de negociaciones. Además, habla sobre la marcha de la economía y el FMI.

En noviembre próximo, la Argentina convocará la atención de todo el concierto internacional de naciones cuando se convierta por primera vez en sede uno de los foros económicos y financieros más importantes del mundo, el G20, que este año le toca presidir. Justamente, anticipándose a este acontecimiento, Jorge Argüello lanzó hace pocas semanas al mercado editorial su último libro, Quién gobierna al mundo? El rol del G20 en el nuevo orden mundial, donde intenta echar luz sobre la influencia global de este nuevo actor, en el que coinciden países desarrollados con emergentes y surgido al calor de la crisis de 2008, en un mundo en permanente cambio. En una entrevista con 3Días, el ex embajador ante la ONU advierte que el país y la región están frente a la gran oportunidad de poder coordinar una agenda que contemple sus intereses a la hora de sentarse a la mesa de negociación junto a las grandes potencias del planeta. Aunque no está convencido de que lo logren.

 

Quien gobierna al mundo se llama tu nuevo libro y ya el título atrapa. ¿Quién gobierna hoy verdaderamente el mundo?

-La tesis del libro es que el mundo no está siendo gobernado por nadie en particular. Casi que se podría hablar de una suerte de G0, porque el mundo desde la II Guerra Mundial, en 1945, ha venido evolucionando para bien, o qué sé yo... pero ha venido evolucionando con un sistema de reglas y con un sistema de toma de decisiones. Las instituciones de posguerra que dieron origen por ejemplo a la ONU, a las instituciones financieras de Breton Woods, como el FMI, el BM, el GATT, que después se convertiría en la OMC, todas estas instituciones están demostrando una clara insuficiencia a la hora de dar respuesta a las nuevas demandas que la realidad planetaria están requiriendo, eso explica la existencia del G20. No es una institución que surja de una votación democrática, es una realidad que nace a partir del reconocimiento recíproco de 20 actores. Lo que pasa es que la suma de estos 20 actores te da el 85% del PBI mundial, las 3/4 partes del flujo comercial del mundo, te da el 75% de la población del planeta...

 

¿Cómo es que Argentina lográ su lugar allí? No estamos entre las principales economías del mundo...

-La Argentina integra el G20 desde el mismo momento en que fue creado, ya en su primera versión, que era el G20 de ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales, en 1999. Se suma al igual que el resto de los países, no tanto por su PBI, sino que hay dos palabras que son clave y que están en la primer conformación del G20 de ministros: la reunión de países sistémicamente relevantes. Países que tienen la capacidad de influir en su contexto regional. Por esa razón, por América latina fueron incorporados México, Brasil y la Argentina. Y es indudable que los tres países tienen influencia sistémica en la región.

 

Y nos toca este año presidirlo y ser sede de la cumbre de jefes de Estado.

-Éste es un año importante porque es la primera vez que se reúne en Sudamérica la cumbre de jefes de Estado. En América latina hay un único precedente, el de Los Cabos en 2012, en México, pero la Argentina nunca había sido sede ni siquiera de cumbres ministeriales. Es una oportunidad para el país y para la región, en la medida en que los países sean capaces de articular una agenda de prioridades e intereses para llevar a la mesa de negociación.

 

Ahora, Argentina preside el G20 en un año difícil, marcado por una crisis que probablemente no estaba prevista meses atrás...

-Si estaba o no prevista meses atrás, depende de quién lo sostenga. Hay mucha gente que viene avisando que la liquidez del mundo se estaba acabando y que la tasa de interés de los EE.UU. iba a aumentar y que el ingreso de capitales financieros no reactivaba la economía sino lo contrario. Es un año particularmente duro para la Argentina, pero la decisión unánime es la de avanzar en esta cumbre del G20 y en el mes de noviembre van a estar llegando los 20 jefes de Estado y de Gobierno de los 20 países que lo integran y como decía estamos frente a una oportunidad en la medida en que los países del mundo emergente, en general, y de América latina, en particular, sean capaces de articularse antes . Fijate que Macri participó hace un par de semanas de la cumbre del G7. ¿Qué quiere decir? Que las siete economías más poderosas del mundo, que son parte del G20, tienen un ámbito de reunión específico donde discuten todos los intereses que les concieren y cuando se sientan en la mesa del G20, se sientan con un plan. Eso no ocurre con el resto del mundo.

 

¿No hay una coordinación de Argentina, Brasil y México para llevar una agenda conjunta?

-Históricamente no se ha verificado. Han habido, en el caso de Brasil y Argentina y durante las presidencias de Cristina Kirchner y Lula, algunas acciones coordinadas vinculadas a los fondos buitre, a los procesos de restructuración de deuda, a la incorporación de la OIT a los debates del G20, pero con México no, porque ha estado más encapsulado en el acuerdo del NAFTA y por lo tanto más atado al diseño de las políticas de Norteamérica. Ahora, desde la llegada de Donald Trump a la Presidencia, la situación de México tiende a variar y abre, paradojalmente, una posibilidad de reencuentro de México con el resto de América latina.

 

¿Te parece que puede haber influído de alguna manera la rápida disposición del FMI a asistir a la Argentina el hecho de que este año el país presidiera el G20? ¿O no pasa por ahí?

-No me animaría a hacer esa afirmación, me parece que el gobierno argentino de cara a organismos como el FMI está bien posicionado, por lo tanto se me ocurre que había una disposición espontánea del Fondo para darle este renovado apoyo a la Argentina. En realidad, es interés del Fondo volver a involucrarse en realidades de las cuales fue de alguna manera corrido o sacado en la década anterior.

 

¿Vos ves un Fondo distinto hoy, más sensible a las realidades sociales o es lo mismo?

-Veamos al rengo andar. Hay un discurso aparentemente renovado, pero la experiencia que la región tiene con el FMI en lo que se refiere a las condicionalidades es fuerte, es dolorosa. Yo he visto, viviendo en Europa, las mismas condicionalidades, solo que allí se llamaban implementación de políticas de austeridad impulsadas por el Banco Central Europeo y el activo rol del Fondo. Estoy hablando de hace cuatro o cinco años, cuando la crisis del euro. Así que, wait and see...

 

Según tu visión, ¿modifica algo el duro contexto económico de la Argentina haber sido recategorizada como país emergente?

-Creo que la Argentina va a mejorar su situación en la medida en que el gobierno nacional acierte en la política económica. Evidentemente no ha acertado en los pasados dos años, y esto es lo que nos ha colocado en esta situación, que no es muy distinta de la del inicio de mandato, solo que con una considerable deuda externa que no tenía la administración Macri cuando inició su gestión. Todos queremos que a este gobierno le vaya bien, todos esperamos que acierte de una buena vez en la política económica que la Argentina necesita. Y en ese contexto, el G20 es una oportunidad si hay una visión estratégica que pasa por sentarse a acordar con los que son parecidos a nosotros para pujar juntos en una mesa, que no es nada más y nada menos que una mesa de intereses. El G20 debate y discute y acuerda intereses. Necesitamos coaliarnos con los que son más parecidos a nosotros.

 

¿Te consta que no se esté trabajando en esa dirección?

-El Gobierno ha anunciado que está llevando adelante un serie de consultas, pero esto se mide por resultados. Cuando llegue noviembre, sabremos si efectivamente los gobiernos han acertado: las administraciones de Temer, Peña Nieto y Macri, por más que este año es de recambio presidencial, pero los intereses de los países son permanentes. E independientemente de los intereses de la región, creo que esta cumbre es una oportunidad para lograr un acuerdo político que frene esta guerra comercial generalizada que se esta insinuando entre las grandes potencias.

DiplomáticoJorge Argüello fue representante permanente de la Argentina ante la ONU, embajador en Portugal y Cabo Verde y, entre 2011 y 2013, estuvo al frente de la sede diplomática argentina en los EE.UU. También fue diputado nacional y legislador porteño, y hoy preside la Fundación Embajada Abierta. En Capital Intelectual, publicó Diálogos sobre Europa (2014) y Historia urgente de los Estados Unidos (2016).
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