Venezuela: un futuro incierto con o sin Chávez

Sin la presencia física de Chávez y con el interrogante que pesa sobre su estado de salud, Venezuela parece encaminarse a un nuevo ciclo donde el carismático líder ya no ejerza el poder. Pero amén de la incertidumbre política, también la economía chavista se ha convertido en una bomba de tiempo que será difícil desactivar. Los desafíos que enfrenta la nación bolivariana.

Resuelta la incógnita que durante las últimas semanas pendió como espada de Damocles sobre la institucionalidad venezolana (qué pasaría en una situación de ausencia de Hugo Chávez para la fecha de toma de posesión del mando, fijada para ayer jueves), no fueron demasiados los que se atrevieron hasta ahora a incursionar en el tema de fondo: ¿qué pasará con el proceso político y económico en ese país en un escenario que, al menos en lo inmediato, saca al líder bolivariano de la ecuación del poder real venezolano?
El futuro del chavismo y la continuidad o no del proceso actual; la sucesión oficialista; el lugar de la oposición y su oferta política, más allá de su prédica anti-Chávez; los problemas económicos que deberá enfrentar quien quiera que sea el que se haga cargo del Gobierno; la relación con los países vecinos y, en particular, con su aliada estratégica, la Argentina. Analistas, académicos y economistas de la región ponen su ojo avezado sobre la convulsionada Venezuela y se animan a trazar un panorama para El Cronista WE.Aguas turbulentas"El chavismo quiere evitar la instancia del llamado electoral, pero no tanto por el temor a las urnas. Lo hace porque esto implicaría reconocer que Chávez ya está afuera de la Presidencia, algo que no puede hacer mientras Chávez siga con vida. El postchavismo, para los chavistas, arranca cuando Chávez ya no esté". El análisis del politólogo de la Universidad de Belgrano, Julio Burdman, da el puntapié inicial al debate en torno a cómo se configurará el escenario de poder ante la ausencia del líder. Si lo primero es reconocer que el postchavismo no se iniciará hasta que Chávez ya no esté, lo lógico sería pensar qué pasará una vez que eso suceda. "Creo que para evaluar las chances de un postchavismo, así como las de un antichavismo postchavista, antes tenemos que presenciar bajo qué condiciones y en qué forma se produciría la sucesión del poder político de Chávez", evalúa Burdman.
De todos modos, incluso en este escenario de poder en cierta forma aún retenido por el bolivariano, el académico de la Universidad de Santiago de Chile, Gonzálo lvarez, sostiene que en el corto plazo, "ya se pueden empezar a visualizar los primeros rasgos de un Chávez ausente, donde la oposición intenta reemplazar la desaparición del primer mandatario con la aparición de una fuerza política ordenada y capaz de encabezar la política del país, más allá de un liderazgo personalista". Al momento de mirar un poco más a futuro, el analista chileno advierte que esto "va a depender de cómo se enfrente este proceso desde los sectores políticos gravitantes". Es decir, la adhesión con la que cuenta es muy importante y si éste nombrase a un heredero político, le transferiría automáticamente un importante lote de poder electoral", dice Burdman, un dato que para lvarez, "pondrá a prueba la capacidad de la oposición de articular un discurso que la erija como una alternativa lo suficientemente fuerte, que desplace el personalismo por una agenda programática capaz de dar gobernabilidad al país, aunque para esto deba mantener determinadas políticas sociales impuestas durante los gobiernos chavistas".
Ahora, mirando hacia dentro del oficialismo, la opinión del politólogo de la Universidad de San Pablo, Celso Roma, es que el chavismo podrá continuar sin Hugo Chávez. "Los ideales del chavismo están cristalizados en las instituciones y los compromisos asumidos por los representantes de la población", con lo que, incluso en el escenario de una desaparición del mandatario, "garantizarían la victoria en las urnas del Partido Socialista Unido de Venezuela. La oposición está desmovilizada y debilitada tras ser derrotada tanto en la elección presidencial como en las elecciones regionales de 2012. Además, la conmoción social por la salud de Chávez impide un cambio político en Venezuela a corto plazo", argumenta. Su opinión es similar a la que sostiene el investigador del rea de Relaciones Internacionales de Flacso y profesor en la Maestría de Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella, Marcelo Saguier, para quien "ninguno de tales escenarios todavía inciertos sugiere un cambio de correlaciones de poder político a favor de la oposición o de cualquier intento por desandar el proceso actual venezolano.Sucesión y oposiciónSi bien entre los analistas existe consenso sobre a la dificultad de un cambio de rumbo en el corto plazo para el proceso político venezolano, la pregunta lógica gira en torno a quién se hará cargo de la continuidad y cómo esto podría, de alguna u otra forma, modificar lo hecho hasta ahora por Chávez.
En este sentido, Saguier destaca que el debate sobre la sucesión "no debe de ninguna manera relativizar el hecho político de que el pueblo venezolano eligió a Chávez para un nuevo mandato de 2013-2019 con el 55% de los votos", cifra incluso superior al consabido 54% de Cristina Kirchner en la Argentina. "Esto supone el respaldo de la legitimidad del actual Presidente en su apoyo a Nicolás Maduro, en caso de que sea necesario convocar a nuevas elecciones", dice refiriéndose al actual vicepresidente, a quien el analista identifica como un eventual sucesor de Chávez.
"El proceso puede continuar sin Chávez, pero para esto es necesario romper con el personalismo", aventura lvarez, quien también apunta a Maduro como continuador. "La designación de Diosdado Cabello (al frente de la Asamblea Nacional) podría ser una mejor representación de Chávez, pero también podría representar lo peor de éste: el excesivo personalismo, militarismo y nepotismo, que en el mediano plazo llevaría a una crisis al país", advierte. "Cabello es un chavista radical pero su lealtad hacia Chávez no ha sido suficiente para ponerle en la línea de sucesión al cargo", añade Roma, quien también apunta a que "la figura que mejor representa a Chávez es el Vice".
Un poco más escéptico se muestra Burdman, para quien, si bien están dadas las condiciones para un "postchavismo chavista", debido a la presencia de "una mayoría que ha votado sistemáticamente a esta corriente durante una década y que está dispuesta a seguir respaldando un esquema de continuidad, el éxito de la misma "dependerá de cómo surja", por lo que habría que estar expectantes a los acontecimientos de las próximas semanas.
Ahora, la gran duda es qué pasará con la oposición y con Henrique Capriles, "la gran esperanza antichavista" del año pasado. Al referirse al reelecto gobernador del estado de Miranda, los analistas coinciden en que si bien Capriles aún mantiene su capital político como cara visible de una unión opositora, al mismo tiempo hay muchos otros temas por resolver antes de volver a aspirar a un cambio en el rumbo del gobierno bolivariano.
"La oposición busca decirle a la opinión pública que no hay postchavismo posible", dispara Burdman. "Que está dividido y que no puede ganar una elección sin Chávez. Su estrategia es cantar truco: pedir elecciones sabiendo que los chavistas van a decir que no". Y aunque Roma recuerde que Capriles "tiene capital político por la herencia de más de seis millones de votos" obtenidos el año pasado, lvarez dice que "su performance va a depender de la capacidad de la oposición de construir una agenda programática transversal", más allá del antichavismo.La economía, el gran desafíoLo que sí está claro es que, independientemente de la figura que asuma la continuidad o rompa con el proceso político y económico iniciado por Chávez en 1999, el país enfrenta una serie de desafíos complicados en materia económica: inflación y tipo de cambio, dos conocidos argentinos, puntean alto en la lista.
"Este será un año especialmente difícil", adelanta desde Caracas el economista y socio fundador de la consultora MetroEconómica, Pedro Palma. "El enorme desequilibro fiscal requerirá de un ajuste que el Gobierno no enfrentó el año pasado porque era un año electoral. Pero ahora probablemente veamos aumentos de impuestos, al IVA y alguno de otro tipo, como al uso del débito bancario. Y todo esto en el peor de los mundos: un escenario al mismo tiempo recesivo e inflacionario", dic.
"Venezuela tiene muchos desafíos, tanto en términos económicos como sociales", agrega Celso Roma desde San Pablo. "El número de empleadores sobre el total de empleados se está reduciendo, un síntoma de incertumbre de los empresarios respecto del rumbo de la economía.
Además, el PIB per cápita está estancado en el orden de los u$s 12.000, una cifra muy por debajo de los países desarrollados. Y también otros indicadores han dejado de evolucionar. Por ejemplo, la esperanza de vida se mantiene en 74 años y la tasa de mortalidad infantil no está cayendo de manera significativa.
Sobre la fuerte dependencia de la economía venezolana de los precios del petróleo, Gonzalo lvarez afirma que un desafío importante "es avanzar en la diversificación productiva de la economía de forma de lograr complejizar el tejido social y productivo para garantizar el sostenimiento del desarrollo económico", más allá del crudo. Y añade que otra deuda importante pasará por garantizar la soberanía y seguridad alimentaria, "porque Venezuela importa gran parte de los alimentos que consume. El país debe modernizar su andamiaje institucional para aprovechar la oportunidad que brinda el escenario internacional a la región. No se saca nada con vender petróleo sin tener un régimen fiscal sólido que permita utilizar los recursos eficiente y estratégicamente", sostiene, y agrega que, a largo plazo, el país debe necesariamente replantearse "la agenda modernizadora del Estado y disminuir los niveles de corrupción".
Justamente, según Transparencia Internacional, en 2012 Venezuela se ubicó como el país con peor índice de percepción de la corrupción de América Latina. Obtuvo 19 puntos de una escala de 0 a 100, donde 100 es lo menos corrupto. Para hacerse una idea, Corea del Norte obtuvo 8 y Dinamarca 90. En el medio, Argentina sacó 35 y Chile, el mejor evaluado de la región, 72.Inflación: la villana de siemprePero los problemas venezolanos no terminan allí. El país se encuentra entrampado en uno de los procesos inflacionarios más complejos del mundo. "La inflación no baja del 20%", dice Palma. "El problema es que para detenerla se exploraron políticas como los controles de precios, que sólo empeoraron el problema. La pérdida de rentabilidad provocó un deterioro en la capacidad de producción interna que ha alcanzado el punto de generar desabastecimiento en algunas áreas", añade el especialista.
Y está el tema del dólar, claro. Los controles iniciados en 2003 han generado la coexistencia de tres tipos de cambio, uno oficial a 4,30 bolívares, otro aprobado por el Banco Central para la compra de títulos en el extranjero (un equivalente al "contado con liqui" local) a 5,30, y el más utilizado dólar paralelo, que hoy ronda los 18 bolívares. "En Venezuela, lo más barato después de la gasolina, es un dólar. Pero nadie puede comprarlo", ironiza Palma que, de todos modos, anticipa que para este año que comienza los analistas privados esperan una devaluación del bolívar oficial en torno al 40% contra el dólar.
A la hora de repensar cambios en el rumbo económico, el ex director del Banco Central de Venezuela no los ve demasiado posibles en el corto plazo. "De asumir un representante del chavismo, que es lo más probable, yo veo una profundización que les evite ser vistos como débiles. Aunque sí debo decir que el vicepresidente Maduro ha dado visos de un acercamiento con los empresarios, sobre todo para enfrentar el tema de los desabastecimientos. Ahora, si vamos más allá, en el escenario de un descalabro económico, yo veo en Maduro a una persona que podría estar dispuesta a cambiar algunas cosas. Y en todo este embrollo está la oposición que, incluso llegando al Gobierno, es poco probable que pueda cambiar algo antes de unos 18 meses, sino el shock podría ser tremendo".
Otro punto sobre el cual existe también gran coincidencia entre los analistas es que los cambios en materia de bienestar económico entre los más postergados generaron expectativas que llegaron para quedarse. "La gobernabilidad de Venezuela es difícilmente posible sin atender tales expectativas", añade Marcelo Saguier en Buenos Aires, por lo que "las posibilidades políticas futuras estarán marcadas por este cambio".
Incluso Palma, desde la vereda del liberalismo económico, da cuenta de este cambio: "En la oposición existe un consenso de que éste es un rumbo equivocado, pero al mismo tiempo no hay acuerdos ni planes respecto del cómo y con qué matices deberían introducirse los cambios, sobre todo sabiendo que ahora existe una gran parte de la población que no olvidará muchas de las cosas que ciertamente ha conseguido de la mano de este gobierno", cierra.
En definitiva, las incógnitas venezolanas son muchas y el futuro, muy incierto. z we
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