Petra: escondida entre las rocas

Es uno de los destinos más famosos de todo Medio Oriente: una impecable ciudad, absolutamente tallada en la roca, en la que se lucen a la perfección monumentos, templos, teatros y santuarios de la antigüedad árabe.

El llamado "exotismo cinco estrellas" no solo se hizo famoso gracias al aroma de las especias y la estética de los símbolos milenarios de Oriente, sino que, sitios bíblicos, descubrimientos arqueológicos, imágenes de príncipes, historias de beduinos e, inclusive, el sabor dulce de las pipas de agua y la liviandad del Mar Muerto hicieron lo suyo con Jordania.
Y allí, uno de los destinos más famosos es Petra, un sitio que ofrece un sinfín de alternativas y mucha historia para asimilar y disfrutar.

La ciudad de piedra

Sin lugar a dudas, junto a las pirámides de Egipto, Petra es el yacimiento arqueológico más bello de todo Oriente Medio. Una maravilla por partida doble. En primer lugar, por sus largos cañones, desfiladeros y miradores con colores cambiantes que viran de rosa al rojo, al amarillo o al azul en sublimes diseños. Por otra parte, conmueve su arquitectura, con vastas tumbas excavadas y talladas en la roca por una civilización aún poco conocida, la de los nómades nabateos. Todo ello sin olvidar algunos vestigios de la ocupación romana.


Pero Petra no sólo son sus monumentos, también es una ciudad sorprendente, repleta de viviendas troglodíticas, algunas de las cuales siguen estando habitadas por nómades de forma clandestina.
Testigo de la historia de Medio Oriente, este enclave se encuentra a un par de horas de la capital, Amman, en el fondo de una profunda garganta formada en el desierto. Se trata de una impecable ciudad, absolutamente tallada en la roca, en la que se lucen a la perfección monumentos, templos, teatros y santuarios de la antigüedad árabe. Sus paredes de piedra de 100 metros de altura, repletas de escrituras y símbolos, junto a los canales de agua que acompañan el camino son el deleite de miles de visitantes, y fueron también la escenografía ideal para numerosas películas, como la superproducción norteamericana Indiana Jones.


Caminando en silencio entre la tierra raída de Petra es posible imaginarse a los comerciantes que atravesaban la zona trasladando especias y sedas de la India, como también el sonido del ajetreo de las caravanas cargadas de marfil y pieles de frica. Aún pareciera resonar el eco de aquellos que hace 2000 años se veían obligados a pagar un generoso impuesto por atravesar la antigua Arabia, y que incluso lo hacían con gusto, al ver a los nabateos construir un reino tan refinado, ingenioso y culto.


Cuentan que después de ser anexada al imperio romano en el año 106, Petra cayó en el olvido de Occidente allá por el siglo XVI. Y no fue hasta entrado ya el siglo XIX, que un explorador suizo, Johann Lewis Burckardt, logró redescubrir el lugar disfrazado de beduino. Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y la misteriosa ciudad se encuentra ahora rodeada de hoteles y restaurantes de lujo, que de ninguna manera le restan encanto a la experiencia.


Los recorridos se pueden hacer a pie o a caballo, desde la mañana muy temprano. Es recomendable reservarse por lo menos tres días para explorar a fondo la zona, ya que hay más de 800 monumentos tallados en la roca, el más llamativo de todos es el llamado "Tesoro". Su fachada, completamente tallada en la roca, está coronada por una urna, que para los beduinos contenía el tesoro de un faraón.
Otro sitio imperdible es el teatro romano, que fue excavado a comienzos de la era cristiana y tenía capacidad para 7000 espectadores. Siguiendo a la derecha aparecen las tumbas reales, que constituyen un verdadero regalo para los ojos, sobre todo desde lejos.


Por último, El Monasterio está precedido por escaleras que comienzan en una especie de cañón. Hay 788 escalones (son 45 minutos de subida), que una vez superados regalan un paisaje asombroso. Desde allí se llega al Monasterio, un imponente edificio de 45 metros de alto y 50 de ancho, que posee un sendero que permite subir hasta su imponente cúpula. Un momento sublime, pero, por supuesto, no apto para quienes sufren de vértigo. z we

Datos útiles

Cómo llegar: para llegar a Jordania, la primer escala es Europa. El pasaje a Amman desde Madrid cuesta cerca de 600 euros.
Salud: las únicas vacunas necesarias son la del tétanos y la de la fiebre tifoidea. Esta última se puede comprar en cualquier farmacia, y viene en forma de pastillas.
Bebidas: el agua es potable en todo el país, aunque es recomendable tomar agua mineral embotellada. Las bebidas alcohólicas están prohibidas por el Islam, pero en las ciudades turísticas, entre ellas en Petra, se consiguen a altos precios. El té es la bebida nacional por excelencia; se ofrece en todos los sitios y por lo general gratis. El tradicional se prepara con mucha azúcar y se sirve en vasos.
Comidas: hay muchos restaurantes en los que se puede degustar auténtica comida árabe a precios razonables. Entre las carnes sólo se encuentra el cordero y el pollo. El alimento básico es el pan árabe hecho sin levadura. El plato nacional es el Mensaf, que lleva una base de arroz cubierta con trozos de cordero guisados en su jugo, y todo ello regado con una salsa de yogurt caliente.
El sitio oficial de turismo de Jordania es:
www.visitjordan.com.

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