La inflación, del 8-N al 20-N

Entre el ruido de las cacerolas durante la multitudinaria manifestación del 8-N, la crítica al Gobierno por la inflación y su impacto en el bolsillo fue una de las que más resonó. El martes próximo, el paro nacional del 20-N convocado por Hugo Moyano (CGT opositora) y Pablo Micheli (CTA disidente) promete volver a amplificar el reclamo.
Con cortes de rutas en todo el país y una movilización a Plaza de Mayo -a la que la facción del líder camionero no adheriría-, la medida de fuerza se concretará para exigir al Gobierno la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias. El pedido se mantiene a pesar de que la presidenta Cristina Kirchner anunció que se exceptuará el pago de Ganancias en el aguinaldo de fin de año.
"Me parece la medida es un parche para fines de año, pero que no resuelve el problema de fondo", sostiene Claudio Lozano, diputado del Frente Amplio Progresista y economista de la CTA. "Si uno analiza entre el 2007 y el 2011 la evolución del salario de los trabajadores dentro de convenio, se observa un aumento del 16%. Pero al no haberse actualizado el mínimo no imponible en base a la evolución de los precios, el resultado es una pérdida de casi el 10%, es decir, un deterioro del poder adquisitivo en términos reales", explica.
Ante una suba del piso de Ganancias del 25%, tal como exigen algunos gremios, el nuevo límite pasaría a ser de $ 7228 netos mensuales para empleados solteros sin hijos, y de $ 9997 para casados con dos hijos. Hoy es de $ 5782 para los del primer grupo y de $ 7998 para los del segundo.
A pesar de que en promedio los aumentos salariales en paritarias alcanzaron un 24%, el Ejecutivo postergó durante todo el año la decisión oficial de reducir la carga impositiva sobre el sueldo. Así las cosas, el oficialismo se guarda una decisión que podría generar un golpe de efecto clave de cara a las elecciones de 2013.
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