Trabas argentinas a las importaciones complican a las pymes brasileñas

La cantidad de empresas brasileñas que exportaron en el primer semestre cayó por sexto año consecutivo. Más de 70 compañías, la mayoría de pequeño y mediano porte, dejaron de vender productos al exterior entre enero y junio de este año en relación a igual período de 2012.


Desde 2007, cuando 16.900 empresas nacionales exportaron en los primeros seis meses, ese número presenta retrocesos, alcanzando a 15.100 en el primer semestre de 2013.


La retracción del comercio con América del Sur, principalmente con Argentina, explica gran parte de la reciente reducción de la cantidad de compañías brasileñas que venden al exterior, según evaluaron expertos.
Por estar más cerca, Argentina es el principal o el único mercado para algunas pequeñas y medianas empresas, y las restricciones impuestas por el gobierno vecino crearon barreras para que firmas del ramo de calzados, confecciones y muebles, por ejemplo, consiguieran exportar en el último año, explicó José Augusto de Castro, presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB).


El número de empresas brasileñas que exportaron hasta u$s 1 millón en el primer semestre del año retrocedió a 11.871, ante las 11.932 en igual período del año pasado, lo que representa una baja casi total, según datos del ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior.


Eso es reflejo de la reducción de mercados importantes, como los países de América latina que representan 50% de las ventas externas de las pequeñas y medianas empresas brasileñas, afirmó el director de Desarrollo Industrial de la Confederación Nacional de Industria (CNI), Carlos Abijaodi. Además, la demanda del mercado interno continúa dinámica. Cuando puede, el empresario prefiere enfocarse en el mercado doméstico, completó.


Hasta la tercera semana de julio, las exportaciones brasileñas presentaron una retracción de 0,6% en relación al mismo período del año pasado.


El comercio internacional está más retraído y más competitivo, destacó De Castro. Si antes un cambio a R$ 2 era malo, ahora, R$ 2,25 no significa que sea bueno, dijo. Para el especialista, si el real se desvaloriza más y el cambio se estabiliza por ejemplo en R$ 2,40, la caída de las empresas exportadoras puede estancarse y registrar un ligero aumento.


Tanto la AEB como la CNI defienden más medidas para estimular al sector productivo a exportar. Por ejemplo, sobre financiamiento a las exportaciones, De Castro indicó que hay dificultades para conseguir garantías que faciliten la aprobación de la operación.


Para la CNI, se necesitan nuevos acuerdos comerciales y la ampliación de los existentes. También hay que aumentar las líneas de crédito para las pymes, inclusive para el acceso a capital de giro. Es importante estudiar con profundidad el tema de la alta carga tributaria y todos los costos incluidos en el valor final de la mercancía, porque alteran la competitividad, afirmó Abijaodi.

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