MERCOSUR

Otra oportunidad de crecimiento perdida

Con la culminación del Acuerdo Bilateral de Transporte Marítimo con Brasil, cae la última posibilidad de desarrollo de la marina mercante argentina en tráficos internacionales

 JOSÉ VIEITEZ OTERO (*) Buenos Aires

Finalmente, y como se venía esperando, la República Federativa de Brasil comunicó a las autoridades argentinas la decisión de no renovar el Acuerdo Bilateral de Transporte Marítimo en los términos del artículo XIV, 2 previsto en el mismo. De esta manera el acuerdo quedara sin efecto a partir del día 5 de febrero de 2022.

Esto decisión, en definitiva, resulta en la eliminación de una de las pocas, sino la única, alternativa de desarrollo de nuestra marina mercante en los tráficos internacionales.

El tratado se acordó en un momento donde todo el tráfico internacional del mundo occidental de cargas regulares de línea estaba reservado a las navieras de los países firmante: en esos tiempos una naviera de cualquier país suponía que enarbolaba su bandera, estaba registrada en el mismo y llevaba tripulación nacional. Este sistema resultaba en que los exportadores e importadores sufrieran mayores costos de flete por quitársele la posibilidad de negociar los mismos libremente para proteger un bien mayor, a juicio de todos los países occidentales, que era mantener y desarrollar el transporte marítimo en cada país. En este contexto se firmó el tratado en 1985, pero todo este sistema voló por los aires a fines de los 80 y principios de los 90. De repente todo quedó librado a la libre competencia con banderas y tripulaciones "de conveniencia" para beneficio de importadores y exportadores (bienvenido por ellos, aunque la concentración naviera posterior enciende luces de alarma), que casi hizo desaparecer a las marinas mercantes occidentales en los tráficos internacionales.

Ante esta realidad, algunos países, principalmente europeos intentaron enfrentar esta nueva situación mediante el desarrollo de alternativas, como los segundos registros con relativo éxito. Lamentablemente nuestro país optó por abandonar la pelea y tirar la toalla con la complacencia de gobiernos, gremios y algunos navieros que se negaban a aceptar esta nueva realidad y prefirieron atrincherarse en el cabotaje, pescando en la pecera y elevando los costos. De tal manera inhiben a cualquier productor de utilizarlo y se termina contratando la alternativa de transporte terrestre, con la excepción del intento de algunas navieras de revertir la situación, intentos finalmente frustrados por no contar con el apoyo del resto de los actores.

Inexplicablemente y a pesar que todas las conferencias de fletes y tratados similares se disolvieron, el tratado con Brasil se mantuvo. Sin embargo y lamentablemente, al igual que en el caso del cabotaje, los actores del sector no pudieron, no supieron o no quisieron desarrollar una alternativa viable para mantener a la flota argentina en el tráfico. En su lugar todo se redujo, con honrosas excepciones, a algunas navieras subcontratando espacios en buques extranjeros para ofrecer la cobertura exigida por el tratado. Sencillamente el peor de los mundos: minúscula facturación de compañías marítimas e ingresos para el Estado, ningún buque o tripulante argentinos participando y exportadores e importadores soportando el extra costo resultante de la intermediación. Brasil hizo algo parecido, aunque en su caso, lograron alguna mayor participación de la mano de condiciones más flexibles para la incorporación de buques y su explotación.

Para completar el nefasto panorama, el tratado fue sistemáticamente atacado en cada negociación de acuerdos bilaterales del Mercosur como con terceros países y bloques, al igual que por importadores y exportadores de ambos países buscando reducir los extra costos resultantes, y realmente se hizo siempre muy difícil defenderlo ante la imposibilidad de ver beneficios sustanciales y con el casi único argumento del desarrollo potencial del sector. Incluso algunos gobiernos de ambos países, mayoritariamente en Brasil, han evaluado en distintos momentos poner fin al acuerdo.

Durante los años 2017 al 2019, desde la Subsecretaría de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante de nuestro país, se desarrolló con fuerza una iniciativa para cambiar las cosas, involucrando a funcionarios de distintos organismos para que modificaran las reglamentaciones obstructivas y desarrollaran un trato impositivo más competitivo, a los gremios para acordar nuevos convenios acotados a este tráfico y a empresarios para que acompañaran la iniciativa con las inversiones necesarias y todo esto debía hacerse en acuerdo con Brasil. Lamentablemente la falta de decisión de los actores locales y los cambios políticos en Brasil en esos años hicieron que se requiriera más tiempo con el que, finalmente no se contó.

Ahora la espada de Damocles cayó y Brasil puso fin al acuerdo. Una gran noticia para importadores y exportadores de ambos países y para navieras extranjeras, pero elimina, por única y definitiva responsabilidad de los actores de la actividad de ambos países, la casi última posibilidad de desarrollo de transporte internacional de nuestra marina mercante.

Solo queda esperar que en esta tan cambiante actividad se presenten en un futuro no muy lejano, nuevas posibilidades de desarrollo, confiando que hayamos aprendido la lección y se dejen de lado mezquindades, intereses particulares de todo tipo y con la altura necesaria los dirigentes prioricen la proyección a mediano y largo plazo para beneficio del país y sus habitantes. Caso contrario, y considerando además el estado del cabotaje nacional, es posible que nos debamos enfrentar en no mucho tiempo a la definitiva y total extinción del transporte de cargas por agua con buques y tripulantes argentinos.

(*) Con la colaboración de Gustavo Deleersnyder e Ignacio Penco

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Comentarios

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  • RJ

    Ricardo Jesus

    10/02/21

    Que opina tu socio en la noticia -Gustavo Deleersnyder- cuando estuvo los últimos 4 años como funcionario de transporte marítimo. Es fácil echar la culpa a otro lado cuando pudiste hacer algo o lo compraron o fue un inútil.

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  • 10/02/21

    Los funcionarios de este Gobierno son unos ineptos (y los intelectualoides kirchneristas y los ignorantes del conurbanos bonarense y provincias pobres.... los siguen votando)

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