Nacieron en la crisis de 2001, venden whisky, la pandemia los ayudó a crecer y hoy están en proceso de expansión

Wine Spirit se creó como un canal de distribución B2B de vinos y bebidas espirituosas premium. En 2019 decidieron dar el salto al B2C con una tienda online, que fue un éxito durante la cuarentena

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En plena crisis de 2001, cuando el país parecía tocar fondo, Alex Atakan decidía empezar un nuevo negocio. La revolución que había tenido el sector vitivinícola argentino todavía no se reflejaba en el mercado local y fronteras afuera se encontraban algunos vinos -especialmente de pequeños productores- que en el país no tenían canal de distribución. Fue ese el momento en el que se dio cuenta de que existía una oportunidad.

Así nació Wine Supply, una empresa que vendía etiquetas premium a vinotecas, hoteles y restaurantes. La idea era acercar al consumidor argentino -y al turista- una gama de productos más alta de la que se podía encontrar normalmente.

"Muchas de estas bodegas eran muy chicos y no tenían un canal de distribución acá, por lo que preferían orientar su producción a la exportación. Desde nuestro lado montamos un negocio B2B y rápidamente nos convertimos en proveedores de las mayores cadenas de vinotecas, y de hoteles y restaurantes de alta gama", cuenta Atakan.

Ayuda externa

El primer impulso de crecimiento llegó con la devaluación y el auge del turismo receptivo. La Argentina se había convertido en un destino atractivo por la diversidad de su propuesta y lo económico que estaba en dólares. Quienes venían a visitar el país pedían los vinos que habían conocido en sus lugares de origen y Wine Supply podía ofrecerlos.

"Fue ahí cuando llegó al país el boom del malbec. Afuera ya se había empezado a posicionar ese varietal como emblema nacional, pero acá tardó en llegar", dice.

A pedido de sus clientes, Wine Supply tuvo que ampliar su portafolio de productos y se convirtió, además, en importador. A los vinos locales le sumó espumosos como el prosecco y distintas bebidas blancas premium. Así, agregó marcas de whisky, ron y tequila, entre otras, que comenzó a distribuir en los mismos canales. Con eso logró consolidar y hacer crecer el negocio.

En 2019 la compañía salió con su primer canal online -Black Wine- y empezó a operar en el segmento B2C. El acuerdo cerrado con dos marcas internacionales le pedía que se encargara de la distribución por Internet, pero Atakan creyó que era necesario ir más allá y lanzar su propia tienda. Para ello invirtieron u$s 100.000 en tecnología, u$s 250.000 en mercadería y u$s 30.000 en equipamiento para empaque de pedidos y packaging.

"Si lo hacíamos, lo hacíamos con todo. Entonces, salimos a vender no solo las marcas que distribuimos nosotros, sino las de los competidores, y también productos complementarios como cristalería y accesorios. Y justo después, llegó la pandemia, que revolucionó el consumo online", agrega Atakan.

Efecto pandemia

Con la cuarentena, el canal digital creció exponencialmente, a la par que caía el B2C. En las primeras semanas sufrieron por el exceso de demanda, que llegó a quebrar el stock. Las importaciones estaban paralizadas y cada vez más personas querían comprar bebidas para consumir en su casa.

De a poco, la situación se normalizando. A medida que se iban abriendo actividades, el canal B2B volvió ser el preponderante, pero el e-commerce siguió siendo fuerte.

"Pero la tienda online, si bien cayó en volumen, quedó en un piso muy alto. Mucho más de lo que imaginábamos", señala y destaca que hoy el 20% de las ventas son digitales y el 80% restante corresponden al negocio tradicional.

El éxito hizo que idearan un nuevo marketplace dedicado al whisky. Ministerio del Whisky está en período de pruebas y en breve se hará el lanzamiento formal.

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