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Era Sergio Massa: los 6 desafíos letales que enfrenta Alberto Fernández desde hoy

La llegada del superministro no alivia las internas con las que el Presidente deberá lidiar en su Gobierno. Defensa de funcionarios, reacción ante las medidas y la figura de Cristina Kirchner.

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Desde ayer a las 18.30 que le tomó juramento a Sergio Massa en la Casa Rosada el presidente Alberto Fernández entregó la mayor cuota de poder de su administración al flamante superministro de Economía. La encerrona presidencial es inevitable de ahora en más: deberá equilibrar con mano firme la toma de decisiones si no quiere terminar completamente debilitado para lo que resta de su mandato.

Alberto Fernández y su entorno saben perfectamente que no le quedaban muchas opciones por delante al poner a Massa al frente de Economía. Entiende que tendrá que lidiar cada día que pase con el paquete de nuevas medidas de Massa, con sus éxitos y fracasos para lograr una suerte paraguas de protección política hasta el 2023.

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En este difícil contexto el Presidente tiene al menos 6 desafíos letales por delante en la "era Massa" o "nueva etapa", como bautizó el mismo Alberto Fernández al periodo de gobierno que se viene:

1-LAS MEDIDAS DE MASSA

Alberto Fernández revisó durante todo el fin de semana pasado y en las últimas 24 horas cada uno de los puntos de medidas económicas que le acercó el superministro de Economía. Aceptó a regañadientes algunas y otras las dio por hecho porque incluso ya las había lanzado Silvina Batakis como el congelamiento de la planta de personal del Estado. 

La negociación de las medidas incluyó un esquema remixado de segmentación de tarifas coordinado con la Vicepresidenta. Habrá un ajuste mayor al que preveía Martín Guzmán.

"Alberto coaguló la sangría. Se puso en cancha y entendió que pesaba más la unidad", dijo un hombre del Presidente a El Cronista. Desde esta misma óptica, en el entorno albertista aseguran que el jefe de Estado comparte cada una de las medidas anunciadas y que, en adelante, habrá que concentrarse en la gestión, en ayudar a Massa y en que "no hay que poner el carro adelante de los caballos".

El paquete de medidas contempla un ajuste disfrazado en las metas del 2,5 del déficit, el no adelantamiento de fondos del Tesoro y en un "orden fiscal", que tuvo que ser negociado milimétricamente con el kirchnerismo duro y donde Alberto Fernández será la cara visible de todo ello.

2-EQUILIBRIO INTERNO

La aparición del superministro Massa obligará a Alberto Fernández a ejercer un equilibrio supremo hacia adentro del Frente de Todos para no ceder espacios y evitar un debilitamiento acelerado. A la vez no podrá otorgar demasiado terreno al superministro y a la Vicepresidenta Cristina Kirchner porque ello le hará sumar mayor imagen negativa.

"Es vital ahora recomponer la unidad del Frente de Todos. Pero una unidad que funcione y que sirva para gestionar los compromisos asumidos en el 2019", dijo un secretario de Estado al evaluar la llegada de Massa al poder. 

El albertismo como movimiento ya es un fantasma que no tiene demasiada gravitación en el gobierno pero el Presidente se empeñará en armar una "mesa chica" para la toma decisiones con el tridente del Frente de Todos allí representado. Aunque no hay certezas de que Massa y Cristina Kirchner comulguen con esa idea. Esto es parte de la "nueva etapa de esperanza" de la que habló el Presidente. En rigor, es la única opción que le queda a Alberto Fernández. 

3-MEDIAR entre MASSA Y MANZUR

Desde ayer comenzó a gestarse una batalla silenciosa entre el superministro de Economía y el jefe de Gabinete, Juan Manzur, donde el Presidente deberá ser una suerte de "mediador equilibrista" para retener poder y evitar mayores fracturas internas. 

Los allegados a Manzur aseguraban anoche a El Cronista que no lo ven mal a al jefe de Gabinete. Para ellos la ecuación es simple: "Massa tiene que hacer todos los deberes. Tiene el respaldo que necesita así que ahora depende de él y el equipo que armó", dijeron. Desde esa mirada, Manzur no tiene mucho que perder.

Sin embargo, en los hechos habrá una superposición de funciones y facultades que pronostican fuertes tensiones internas. Manzur se quedó desde ayer con el control del Instituto que administra recursos de cooperativas y movimientos sociales. 

Es el manejo casi pleno de los planes sociales que Cristina Kirchner quería para los intendentes y que Massa anunció anoche que va a reformular en los próximos 12 meses. Una caja apetecible de más de 8.000 millones de pesos.

No son los únicos espacios de poder donde Massa y Manzur deberán pelear. También estará el manejo de la planta de personal del Estado que ayer el superministro clausuró por un año, el control de la política de importaciones y exportaciones y el manejo de los fondos destinados a las provincias, un tema que el jefe de Gabinete le preocupa en su eventual regreso a la gobernación de Tucumán. En todos estos frentes deberá lidiar el Presidente para evitar otra sangría en su alicaído gobierno.

4-cuidar a los propios

Con el arribo de Massa a la Casa Rosada quedarán expuestos al máximo aquellos "funcionarios que no funcionan". Simple: Massa tiene línea directa con Cristina Kirchner y le señalará a los albertistas que trabajen al ritmo de su gestión y aquellos que no lo hagan.

En este esquema el Presidente cuenta con el desafío letal de defender a los suyos. Por empezar, al canciller Santiago Cafiero; el ministro de Trabajo, Claudio Moroni; el secretario de la Presidencia, Julio Vitobello; la portavoz Gabriela Cerruti y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis

El nuevo superministro de Economía ya le frenó al Presidente la idea de fusionar Obras Públicas con Transporte. En apenas unos segundos, le recortó una última vía de poder sin pestañar. El albertismo con ambiciones para el 2023 queda sepultado por completo con toda esta jugada. 

5-EL FRENTE EXTERNO 

El superministro de Economía saldrá en 15 días de road show por Estados Unidos, Francia y Qatar con la idea de poner en marcha el plan "Fábrica de dólares". Claro que la jugada de Massa compite abiertamente con el frente externo que también busca conquistar Alberto Fernández aunque en la Casa Rosada dicen que "todos trabajamos por lo mismo: mejorar a la Argentina".

El Presidente espera aún la confirmación de una fecha para la visita postergada a Washington con Joe Biden. En la Casa Blanca le aseguran que "hay voluntad política" de concretar el encuentro. Pero lo cierto es que Massa se le adelantará en su paso por Estados Unidos y buscará traer dólares para las flacas reservas del BCRA. 

En medio de ello, en el albertismo temen que una jugada de Massa muy alineada con Washington tire por la borda los aceitados lazos que el Presidente tejió con China. En su viaje en febrero a China Alberto Fernández se llevó el compromiso de Xi Jinping de inversiones por US$ 20.000 millones para la Argentina. 

Pero hay alertas en Beijing por la cercanía del superministro de Economía en sus contactos con Washington. Así, una vez más, el desafío letal del jefe de Estado en la era Massa es cuidar que sus pocos logros en política exterior no se derriben como naipes en manos del superministro. 

6-CRISTINA KIRCHNER

El otro desafío que se le presenta al Presidente en esta nueva etapa es el de mantener la unidad con Cristina Kirchner y evitar una alianza entre la Vicepresidenta y Massa que lo termine perjudicando.

La foto de Cristina Kirchner con Massa en el despacho del Senado, justo un día antes de la asunción del superministro, no cayó nada bien en el albertismo. Y en el kirchnerismo se interpretó para otros lares: dijeron que fue un apoyo de Massa en un día duro para la vicepresidenta por el frente judicial que enfrenta. 

La portavoz oficial se encargó de asegurar que el respaldo presidencial a Cristina Kirchner por la causa de Vialidad apareció en un tuit la semana pasada. Pero el kirchnerismo esperaba mucho más que un simple tuit. 

La desconfianza entre el Presidente y su vice persiste. No será fácil para el jefe de Estado lidiar con este manto de sospechas en medio de la era Massa.

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