Empresas, ambiente laboral y resultados: el futuro es de los vagos

Ejemplos de empleados "vagos" que logran grandes resultados en la empresa. Cómo tratarlos.

"La máxima de cualquier prudente padre de familia es nunca intentar hacer en casa lo que le costaría más hacer que comprar. (...) Lo que es prudente en la conducta de una familia nunca será una locura en la de un gran reino." Adam Smith, The Wealth Of Nations.

Buscar comida, reproducirse, descansar. Y volver a empezar. Buscar comida, reproducirse, descansar. Y volver a empezar. La vida de la lagartija es monótona. Igual que el salmón que lucha contra la corriente. O la pequeña tortuguita de mar que se salvó de las gaviotas y cangrejos. Hay quienes definen a cualquier animal -nosotros incluidos- como un vehículo para trasladar su ADN de una generación a otra. Sobrevivir es el nombre del juego.

Poco a poco, el homo sapiens fue dedicando más tiempo a pensar, primero creando herramientas rudimentarias, después otras más avanzadas, eventualmente cambiando su planeta y, dentro de poco, cambiando otros. Pero seguimos estando programados para sobrevivir, hay algo dentro nuestro que dice: "No hacer nada está mal". 

Si sumamos milenios de esclavitud, lucha de clases y educación para ser máquinas, tenemos un cóctel en donde los que más usan su inteligencia no son los más inteligentes sino los que se animan a parar su hiperactividad, su programación. Y empiezan a pensar y actuar diferente.Y claro que piensan más allá de lo que pensamos los demás. Piensan en el largo plazo. "Pienso, luego existo" nunca fue tan cierto.

Ésta es la historia de Martín y la historia de Jorge la y tal vez la tuya, estimado lector. También es la explicación de una de las claves de mi éxito -explicación que solo comencé a entender recientemente.

Echemos a Martín

Treinta por ciento del tiempo que nos pagan es improductivo. Pero en el caso de Martín era más bien el 70%. Siempre lo veía riendo, tomando mate, conversando con otros. No solo se distraía, sino que distraía a los demás. Como joven gerente general me enojaba. Yo era el primero en llegar; él, de los últimos. Yo era el último en irme; él se escabullía entre dos mates. Pero lo peor era que, si de casualidad pasaba cerca de su escritorio, ni se esforzaba por ocultar que estaba en Facebook en lugar de tener el CRM delante y estar vendiendo. Años después entendería que el problema eran los demás.

-Le hace mal al equipo -le dije por esa época a la gerente de recursos humanos.

-Sí, ya sé. De hecho, su jefa no lo soporta más y estuvimos discutiendo si echarlo.

En esa época teníamos "la desvinculación fácil": una solución rápida y habitual que nos traería muchos problemas culturales más adelante. Con los años y las canas aprendería que hay una forma mágica, increíble, de no desvincular. Claro que si el estimado lector quiere conocerla tendrá que avisarme.

-¿Por qué no podemos echarlo?

Yo seguía siendo el joven gerente general que creía que ejercer el poder con firmeza era clave para tenerlo.

-Porque es el mejor vendedor de todos.

En las decisiones difíciles es donde se define la cultura en una organización

Dibujé en ese momento una matriz de doble entrada: "esfuerzo" y "resultado". Tal vez una de las primeras veces que usé esa herramienta fuera de la universidad. Como siempre, hay dos cuadrantes obvios: el que se esfuerza mucho y tiene gran resultado, admirable. El que no se esfuerza y no tiene resultados, un "área de oportunidad" (eufemismo que usamos para "cambiá o te echo").

El desafío en las matrices de 2 por 2 es, siempre, el mismo: los otros dos cuadrantes, los que no son obvios, los que nos llevan a pensar. Esos dos cuadrantes son siempre oportunidades. ¿Qué hacemos con el que se esfuerza mucho y le va mal? ¿Están mal definidos los procesos por lo que el esfuerzo no va a generar el resultado que debería? Pero si a otros les va bien, ¿tiene mala suerte? Qué tema increíble "la suerte", quizás debería profundizarlo.

El cuarto cuadrante era el que le tocaba a Martín: el de bajo esfuerzo y alto resultado. Ya en esa época empezaba a fascinarme el largo plazo. Por eso, asocié ambas cosas: el esfuerzo tiende a dar resultado en el largo plazo. El resultado que medimos es, justamente, de corto plazo. Martín, si se esforzara, daría mejor resultado en el largo plazo. Pero no quería, ya habíamos intentado de todo. Y, para peor, bajaba la performance de sus compañeros.

Cada día que mantenemos en un puesto a alguien le estamos mostrando a los demás el camino a seguir

Había que echarlo. No "rescindir el contrato", "desvincularlo" ni otros eufemismos para disimular la decisión más fuerte que tiene que tomar un líder: a quién no quiere en su equipo. Esa tarde recuerdo haber pensado: "¡Qué difícil desvincular a alguien, tanto que ni quiero usar la palabra que digo a otros que usen! Tengo que preparar la explicación para el resto del equipo, es la clave para mostrarles el camino".

Era un vago, "lo mataron" a golpes y ahora es un genio matemático

En lo individual, lo más importante al echar es tratar con humildad y sin sorpresas a la persona. Pero es más importante aún entender que echamos para fortalecer al equipo.

Después de echar a alguien se explica a los demás qué deben hacer y qué no para seguir en la empresa

Al día siguiente pedí ayuda. Si la comunicación era "echamos al mejor vendedor porque distrae" solo generaría que otros se aseguraran de no distraer y, tal vez, de evitar ser los mejores vendedores. Decidí investigar un poco más. Fui a hablar con Martín, algo que hoy delegaría. Pero yo era más impulsivo y desconfiaba que mi equipo pudiera profundizar como quería.

-¿Cómo hacés para vender tanto?

Fui directo al grano, después de que los que rodeaban a Martín se sorprendieran, dejaran de compartir el mate y me miraran en silencio. Martín desplegó una serie de planillas de cálculo con macros, toda la información de los clientes y pedidos anteriores y me mostró, en una hoja titulada "Martín, no te vayas sin hacer esto", una serie de tareas que surgían automáticamente cada día. "Llamar a xxx a la mañana y ofrecerle yyy", "Preguntarle a zzz si le sirvió el pedido anterior" y muchas otras variantes. Martín había automatizado lo que desde Sistemas planeábamos hacer en dos años: saber qué hacer en el mejor momento para maximizar resultados con el menor esfuerzo.

Y lo íbamos a echar.

Tratar a tus empleados como estúpidos es una profecía autocumplida

¿Y a Jorgela no la vamos a echar?

-No queremos usar más palabras en inglés, ¿podés cambiar al español en las presentaciones palabras como "feedback", "meeting", "call", "KPI"?

Jorgela se hubiera enojado muchísimo unos años atrás, pero mantuvo la compostura al recibir ese mensaje de Whatsapp. "Mejor que quede todo documentado", había dicho tiempo antes, aprovechando un malentendido. Así, había logrado que todos los pedidos se los hicieran por ese medio o por mail. Todo de acuerdo a sus planes maquiavélicos. Incluso el tema de los audios... Que no existan.

-¿En las setenta presentaciones, las de capacitaciones, inducción y protocolos?

Nadie se daba cuenta de que Jorgela preguntaba un poco más de lo habitual.

-Sí, en todas. ¿Cuánto tiempo te tomará?

Hizo la cuenta rápido.

-Tres o cuatro semanas; si te parece, decime cuáles son las más importantes y les doy prioridad.

-¡Excelente, Jorgela! Gracias por tomártelo tan bien, pensé que íbamos a pelear por esto. Estás muy cambiada desde que hacemos home office full-time.

La eterna cuarentena parecía eso, eterna.

-"Trabajo remoto a tiempo completo", querrás decir.

-Jajaja, ¿ves lo que te digo? No te sabía tan simpática.

Jorgela, sin sonreír, volvió su mirada al banco de trabajo y a la sierra que en ningún momento soltó. La ebanistería era su pasión y había logrado, finalmente, dedicarse a ello full time. No le importaba no vender nada, porque tenía ese salario mensual.

Todo lo que no está prohibido está permitido

Jorgela se había convertido en una empresaria con sueldo o tal vez una intrapreneur. Había logrado tercerizar la producción de todas las presentaciones y ella actuaba, simplemente, como intermediaria. "Pero entonces la van a echar", dirá el atento lector nacido en el siglo XX. Lo que la empresa paga no es una presentación bien hecha, sino la tranquilidad de tenerla en tiempo y forma. Jorgela da la tranquilidad: jamás dirá "lo tercericé y mi proveedor me falló", sino que se asegurará de que no suceda.

No compramos lo que compramos sino que compramos lo que  comprar nos da

Hace poco, cuando volví de unas geniales vacaciones con mis hijos en las que alquilamos por primera vez en nuestra vida una casa rodante -súper recomendable para épocas de coronavirus-, me pasó algo parecido a lo de Jorgela. Al llegar, tuve el impulso de hacer yogur casero, igual que hace cuatro años. En el supermercado decidí, en cambio, comprar uno ya hecho. No tenía ni tantas ganas ni tanto tiempo como para internalizar la producción de yogur.

"Build or buy" es un concepto que usamos para startups, pero que entrenamos a diario sin darnos cuenta

Jorgela había tercerizado, igual que cuando fui a comprar el yogur. Tal vez Martín, unos años después, también tercerizaría parte de su trabajo pero, en aquel momento, ya lo había automatizado. Los tres, Jorgela, Martín y yo, nos liberamos tiempo para hacer lo que queremos: tomar mate, tallar piezas en madera o prepararnos para el largo plazo.

No tengo tiempo es mentira.

Pienso, luego automatizo. O tercerizo. Y repito.

El siglo XXI y subsiguientes requieren personas con una mirada constante en el largo plazo. Para poder hacer eso uso el acrónimo "EAT" (inserte su chiste sobre comerse el mundo aquí): frente a cada tarea o responsabilidad, lo primero que debemos hacer es partirla en pedazos, subtareas, acciones, pasos o como queramos llamarlos.

Dejemos de hacer la primera de estas tareas y preguntémonos ¿el mundo está peor? O, si somos más egoístas, ¿nuestro mundo está peor? Si nada empeora, como me pasaba con los reportes semanales de ventas que dejé de enviar y nadie se dio cuenta, dejemos de hacerlo. Esa es la "E", eliminar.

Si, en cambio, decidimos seguir realizando esa tarea, debemos hacer "la gran Martín": automatizar lo que se pueda. Esa es la "A" del modelo EAT.

¿No se puede automatizar aún? Aquí entra en juego "la gran Jorgela": tercerizar con responsabilidad. Si tenemos un equipo, lo llamamos "delegar" pero, en definitiva, no importa tanto si es en un asalariado nuestro, de otro o alguien independiente. El desafío es hacerlo bien. La "T", tercerizar. EAT.

El atento lector habrá notado el "aún" en el párrafo anterior.

Toda tarea repetitiva se podrá automatizar. Es cuestión de tiempo. Para ganar tiempo.

La noción del tiempo nos separa de la pequeña tortuguita de mar que se salvó de las gaviotas, del salmón que nada contra la corriente y del perrito que cada vez que volvemos actúa como si hubiéramos desaparecido para siempre, aunque hayan pasado cinco minutos.

Actuar en el presente. Pensar en el futuro. En el futuro pensar en el pasado. Hacer. Proyectar. Aprender. Pensar.

El modelo EAT-REPEAT es clave para poder crecer en la empresa pero también para poder mantener a la empresa vigente, al menos desde la eficiencia. ¿Podría haber pensado Blockbuster en automatizar la visita del cliente a la tienda, convirtiendo átomos en bytes y enviando la película por internet? No lo sé, pero ¡debemos hacer lo que sea para que en diez años no use a tu compañía como ejemplo de la mega empresa exitosa que un día, casi sin darse cuenta, como un pato negro, implosionó!

Si el estimado lector lo cree de valor, puedo profundizar en la actitud necesaria para aplicar el modelo y en cuánto invertir en "AT". También responderé al comentario que un lector abrazado al pasado hará: "Si automatizamos todo todo el tiempo, todos nos quedaremos sin empleo".

El que se aferra a tareas del pasado terminará aferrado por el pasado.

Nota: un buen lugar para comenzar es este Autodiagnóstico de Carrera gratuito.

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Comentarios

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  • LRR

    Lorena Rodriguez Rodriguez

    05/11/21

    Excelente, ver de cada quien su talento ! se me vino a la cabeza la imagen de un gran chef que toma , mezcla y de cada ingrediente aprovecha lo mejor para obtener algo fantástico que "EAT"!

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  • PMM

    Pablo Martinez Martinez

    04/11/21

    Brillante!! Inspirador!!! totalmente seducido por el "EAT". y soy un emprendedor sin emprendimiento, aún!...

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