China y Europa complicados por la crisis energética: qué pasó y cómo afecta a los precios del gas y el petróleo

La escasez de gas y carbón presiona los precios de la energía y genera problemas en la cadena de producción. Millones de hogares podrían tener problemas con la llegada del invierno boreal

El mundo enfrenta una crisis energética: los precios del gas están subiendo por la falta de gas y de carbón, y los aumentos amenazan con contagiar a otros sectores como la electricidad y el petróleo.

Bank of America (BofA) pronosticó que el precio del barril de petróleo podría superar los u$s 100 -por primera vez desde 2014- y, eventualmente, podría impulsar una segunda ola nflacionaria en el mundo si coinciden tres fenómenos: crece el consumo de petróleo como consecuencia del alto precio del gas (los futuros del Dutch TTF alcanzaron los 100 euros por MWh la semana pasada); un pico de consumo por un frío invierno boreal; y mayor demanda de vuelos a medida que se reabren las fronteras.

"Si todos estos factores se unen, los precios del petróleo podrían dispararse y derivar a una segunda ola de presiones inflacionarias en todo el mundo", dijo Franciso Blanch, del BofA, y graficó: "Tal vez podríamos estar a una tormenta del próximo huracán macro".

Cómo impactará el aumento del precio del gas en la economía mundial 

Pero, ¿cómo llegamos a esta situación? Los estímulos fiscales por pandemia y las restricciones dejaron a los consumidores con dinero para gastar, demanda que las industrias están tratando de satisfacer a medida que los países reabren sus economías. Para el sector energético, no obstante, abastecer la demanda de las industrias es más difícil. Almacenamientos agotados, reducción de las inversiones y postergaciones de tareas de mantenimiento debido a la pandemia, son algunos de los factores que contribuyeron al problema.

Mientras tanto los precios de la energía están subiendo en Europa, China y los Estados Unidos.

El invierno se acerca y Europa lo sabe. El bloque está enfrentando un escasez de gas debido a varios factores: la capacidad de sus sitios de almacenamiento está al 75%, el nivel más bajo para esta época del año en más de una década; la reducción de los envíos de gas de Noruega y Rusia -a la que algunos países acusan de estar manipulando el suministro, que equivale al 41% de todo el gas que importa la Unión Europea-; y la necesidad de energía en Asia, especialmente China, amenaza con subir los precios del gas licuado natural (GNL) justo cuando Europa más lo necesita. Por otra parte su proceso de descarbonización y la limitada producción de energía eólica por motivos climáticos, dificulta la compensación con otras fuentes de energía.

Por otra parte, la peor sequía en casi 100 años de Brasil ha disminuido su capacidad de producción hidroeléctrica, y también está demandado GNL.

El desabastecimiento ya está teniendo impacto en la producción: en Europa, gigantes como CF Industries y Yara international (que producen fertilizantes) o BASF han tenido que cerrar algunas de sus instalaciones.

Además, el aumento del gas -que también está empujando los precios de la electricidad- puede implicar que millones de hogares tengan problemas para cocinar y calefaccionarse este invierno, lo que suma presión sobre los gobiernos del bloque y algunos incluso temen que genere una mayor tensión social.

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Grecia e Italia quieren subsidiar los precios de la energía para las familias más vulnerables. Los Países Bajos modificaron el presupuesto para incluir una partida de 500 millones de euros (u$s 568 millones) para reducir los costos de la energía en hogares y empresas.

Francia anunció un congelamiento de precios del gas (que podrá aumentar hasta 12%) y la electricidad (4%).

En España, los precios de la electricidad se dispararon en los últimos meses. Para contener la escalada, el gobierno de Pedro Sánchez aprobó, entre otras cosas, una rebaja del impuesto especial de la electricidad (que cayó del 5,1% al 0,5%); una reducción del IVA (del 21% al 10%); la eliminación temporal del impuesto de generación eléctrica (7%); y el recorte de beneficios extraordinarios (conocidos como beneficios caídos del cielo o 'windfall profits') para las centrales de generación eléctrica no emisoras de carbono (nucleares e hidráulicas).

Por qué hay una crisis energética en China y cómo afecta al mundo

En China, los cortes de energía por falta de carbón -que representó casi el 57% de la energía generada domésticamente en 2020- ya está repercutiendo en la industria: el PMI manufacturero, una medida de la actividad del sector, terminó su racha de 18 meses de crecimiento tras registrar 49,6 puntos en septiembre, por debajo de los 50 puntos que marcan la línea entre expansión y contracción.Algunas provincias no tienen suficiente

Algunas provincias no tienen suficiente carbón para hacer funcionar sus generadores y le están diciendo a las industrias que suspendan sus operaciones varios días a la semana. A eso se suma la campaña del gobierno central por controlar las emisiones de carbono y por la que muchas grandes empresas tuvieron que reducir sus operaciones.  

Y es que mientras la demanda de energía subió un 15% este año, la producción nacional de carbón sólo creció un 5%. Además, por tensiones geopolíticas el gobierno chino impuso sanciones económicas contra Australia, su principal proveedor de carbón.

Para compensar la falta de carbón, el gobierno está aumentando sus compras de gas, subiendo el precio en competencia con Europa. El gobierno chino le ordenó a sus empresas estatales que garanticen suministros suficientes para el invierno a cualquier precio, según le dijeron a Bloomberg personas familiarizadas con el tema.

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