En primera persona

Un argentino suelto en la Fórmula 1

La máxima categoría del automovilismo ya no tiene representantes locales entre los pilotos. Sin embargo, un compatriota se mueve entre los boxes y las luces de largada.

 

Quedan varios. Resisten estoicos los fanáticos argentinos de la Fórmula Uno que aún hoy siguen madrugando o evitan dejarse vencer por el sueño para poder ver cada uno de los Grandes Premios que se disputan por el mundo. Son ellos los que aguantan, los que no patearon el tablero y decidieron conformarse con los resúmenes o las carreras por codificado cuando la Argentina dejó de tener pilotos representantes o un hueco en el calendario oficial.

Existe, sin embargo, alguien que, mezclando acentos e idiomas, porta un apellido que suena conocido para los argentinos y ostenta una función preponderante en la categoría más importante del automovilismo mundial como director Técnico Adjunto del equipo Lotus, una de las escuderías más tradicionales en competencia.

Se trata de Federico Gastaldi, el menor de ocho hermanos hijos de un diplomático (fue cónsul en Uruguay). Marcos (casado con Marcela Tinayre), sin dudas, es el más mediático de todos y, también se sabe, un apasionado de la F1. Tal es así que formó parte de la organización del Gran Premio en Buenos Aires, entre 1994 y 1998, arrastrando a Federico con él. Cecilia, cercana al expiloto Esteban Tuero, cerraba el trío de los hermanos en boxes.

Después de la muerte de su padre en un trágico accidente, el menor de los Gastaldi pretendía abrir su propio camino, pero sus aspiraciones por aquellos momentos lejos estaban de los circuitos asfaltados y el ruido de los motores.

En 1985, los Gastaldi habían conocido a Luciano Benetton en Punta del Este en lo que fue el comienzo de una relación de amistad, compromiso y confianza. De hecho, habrían sido los hermanos argentinos quienes aconsejaron al empresario italiano comprar miles de hectáreas en la Patagonia. A principios de los ´90, era justamente el propio Federico quien cuidaba de los intereses económicos del Grupo Benetton en el país. A su vez, la sociedad con Marcos también propició la creación de Alea. 

¿Cómo es que Gastaldi escaló tan alto dentro del equipo Lotus? Varias vueltas hay que dar hasta llegar a eso. Vale volver a aquellos tiempos de Fórmula Uno en la Argentina, cuando era arrastrado a los circuitos por su hermano. En 1995, fue Federico quien debió hacerse cargo del Gran Premio de la República Argentina, que se disputó en abril de ese año. Tras esa experiencia, en la cual conoció a los pesos pesados de la categoría, fue manager de los pilotos Norberto Fontana y Juan Cáceres (Uruguay), pero enseguida se desvinculó del automovilismo. Aunque no por mucho tiempo.

Dejó la Argentina para alternar su residencia entre España e Inglaterra, mientras crecía su perfil de empresario multifacético. En Londres, ejerció como director de Desarrollos de Negocios para la empresa de servicios de tecnología Globant, hasta que, en 2010, se hizo cargo de la Dirección de Marketing del equipo Lotus, con sede en Enstone, Inglaterra.

A partir de allí, la carrera de Gastaldi se disparó. Volvió a frecuentar los boxes, pero su tarea más ardua aún no guardaba tanta afinidad con los autódromos. En su área, el equipo inglés de F1 sólo consiguió crecimiento en base a sus notables capacidad (y sus contactos inigualables). Eso le valió al argentino que, en marzo de 2014, el luxemburgués Gerard López, jefe y copropietario de la escudería, lo sentara casi a su lado, como director Adjunto, un puesto que antes ocupaba Eric Boullier, quien pasó a formar parte de McLaren.

Casi un año pasó desde aquel momento feliz. Muchos fueron los cambios en Lotus. La temporada 2014, con el motor Renault, no fue la mejor. Para este año, de la mano de Mercedes, las esperanzas se renovaron. "No estamos dormidos ni llorando por lo que pasó el año pasado sino que estamos totalmente positivos", comentó antes de abrir el nuevo calendario.

No le tiembla el pulso a la hora de enfrentarse a los grandes monstruos del automovilismo mundial, sean los directivos de los equipos dominantes o el propio Bernie Ecclestone, dueño de los derechos de la F1. "Perdimos la cuenta del número de reuniones que tuvimos con Ecclestone y con los demás equipos. Durante el último año, no hubo ni un solo cambio en cosas que consideramos importantes; no sólo para nosotros, sino también para todo el deporte", dijo Gastaldi, cansado de los privilegios otorgados a las escuderías poderosas en las grillas.

Su bagaje en el cuadro grande del espectáculo y el deporte, además de su formación de alta gama, convirtieron a Federico Gastaldi en un profesional respetado en el escaso tiempo que lleva al frente de su cargo. Todas esas variantes dejan espacio para pensar que esta posibilidad en Lotus no tiene que ser, necesariamente, su techo.


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