Así se planea alimentar a un planeta hambriento en 2050

Dentro de 33 años el 70% de la población será urbana y en ese mismo porcentaje se deberá aumentar la producción de alimentos para satisfacer a la humanidad. Desafíos y estrategias para ese futuro.

El Youth Ag Summit es un foro global que se hace cada dos años para que jóvenes líderes de distintos países del mundo puedan debatir sobre las oportunidades y piensen soluciones a los desafíos que trae la agricultura. La intención es abrir el diálogo para pensar cuál es la mejor forma de producir para alimentar a las casi 10 mil millones de personas durante el 2050. En ese entonces se tendrá que aumentar la producción de alimentos en un 70%, pero también se deberá reducir el impacto y utilizar menos recursos.

La cumbre tuvo lugar en Bruselas (Bélgica) entre el 9 y el 13 de octubre. Allí participaron 100 jóvenes de 49 países, que tienen entre 18 y 25 años. Estuvieron presentes 15 delegados latinoamericanos, de los cuales una es argentina. El encuentro fue organizado por Bayer, Groene Kring y La Fédération des Jeunes Agriculteurs.

Florencia Brochiero, la joven argentina de 23 años, que fue elegida para participar, estudia ingeniera en alimentos en la Universidad Católica Argentina. En su presentación, Florencia sostuvo que la falta de información en relación al desperdicio de comida es el principal problema vinculado a la inseguridad alimentaria. Para ella, es clave que los jóvenes trabajen juntos para concientizar sobre la importancia del consumo responsable. "10 días en un área rural" se llama el proyecto que propuso. La intención es llevar a chicos en edad escolar a pasar unos días en una granja o un campo y que aprendan cómo se producen los alimentos.

La alimentación, una nueva religión

"Ninguna generación tiene más suerte que ustedes. Son la primera generación que puede trabajar conectada internacionalmente para resolver los problemas vinculados a la alimentación", con estas frases abrió su conferencia la profesora Louise Fresco. Enseguida, enfatizó en la importancia de producir más, pero reduciendo el impacto negativo sobre el planeta.

Fresco es una científica alemana y es presidenta de la Universidad de Wageningen de los Países Bajos. Ella fue oradora de las charlas TED y su video fue visto por casi un millón de personas.

Al pensar en la agricultura del futuro, Fresco dice que es importante que los productores agrícolas tengan una educación estrechamente ligada a la tecnología. Agrega: "No se los puede educar de una forma tradicional porque ya observamos que de ese modo la agricultura dejó de ser atractiva".

Fresco puso sobre la mesa la idea de que la alimentación se convirtió en una nueva religión. "La velocidad con que cambia el mundo hace que muchas personas se vuelvan más conservadoras. Cuando se toca un tema tan personal como la comida y se lo asocia con la tecnología, se corre el riesgo de que las personas se pongan en contra. Esto sucede porque la tecnología suele asociarse con las grandes empresas. La comida está rodeada de prejuicios y mitos", desarrolló la científica.

En relación a la biotecnología, Fresco dijo que la ciencia es un proceso de aprendizaje y que la seguridad alimentaria es mucho mejor que antes. "Cientos de millones de personas comen soja o maíz genéticamente modificados y no hay evidencia de que haya algún riesgo", resaltó.

La profesora no está en contra del consumo de carne, pero cree importante la moderación. Ella considera que si se comen 150 gramos con muchos vegetales, tres o cuatro veces por semana, se estaría en una medida correcta.

La agricultura es el eje de la sustentabilidad

Rothamsted Research (Reino Unido) es un centro de investigación agrícola que posee una trayectoria de 170 años en innovación científica aplicada al sector. Su director Ejecutivo, Achim Dobermann, también participó como orador en el Youth Ag Summit. Allí afirmó que la agricultura tiene que ser el centro del desarrollo sustentable y que es importante inspirar a los científicos a resolver problemas reales.

"¿Cuál es el precio adecuado de los alimentos?", preguntó el científico. Él cree que la única forma de hacer entender a la población el costo real de los alimentos es a través de la educación y herramientas políticas. "Si se encarecen los precios la gente desperdiciaría menos comida, pero no se podría eliminar el hambre y la pobreza", remarcó durante su presentación.

Dobermann estimula el desarrollo de liderazgo en programas de investigación que tienen como objetivo generar nuevas soluciones para aumentar los sistemas agrícolas sostenibles. Por más de 30 años, el profesor Dobermann lideró la investigación agrícola en muchas regiones del mundo. Está muy involucrado en iniciativas para implementar la agenda de desarrollo sostenible.

En relación al mercado orgánico, contó que en el Reino Unido hubo un descenso del consumo. "Las personas no están dispuestas a pagar mucho más dinero. Sería interesante aplicar tecnología a la producción orgánica para que sea más sustentable", comentó.

En abril de este año, Dobermann estuvo en la Argentina y firmó un convenio de cooperación con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva. "En Argentina hay mucho interés en materia científica vinculada a la agricultura", destacó el especialista.

El acuerdo se trata de un memorando de entendimiento, que prevé la identificación de oportunidades para la colaboración y el fomento de actividades comunes en proyectos de investigación y desarrollo.

Una semana en Bruselas

Los jóvenes delegados visitaron la granja Hof ten Bosch en Bruselas. Esta granja forma parte del programa ForwardFarming, en cual se busca implementar soluciones de cultivo innovadoras y tecnología que tienen un impacto positivo en el medio ambiente. A fin de este año, este programa llegará Brasil, la Argentina y Chile.

En la visita al Parlamento Europeo se planteó que más del 50% de los productores agrícolas tienen más de 55 años.

"Hoy un gran desafío para los jóvenes en el campo es la posibilidad de adquirir tierras. Una de las propuestas legislativas fue darle un subsidio a aquellos que comprasen tierra para producir. Otra dificultad es el acceso al capital: se necesita mucho dinero para desarrollar una granja propia. Estamos discutiendo cómo generar más oportunidades", señaló Tom Vandenkendekaere, miembro de la comisión de agricultura y desarrollo rural.

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