Las empresas brasileñas escapan de la Argentina

La recisión del contrato de la ferroviaria ALL y la suspensión del proyecto Vale son las últimas muestras de la tensión comercial que afecta a la relación entre ambos países. Las empresa brasileñas comienzan a evaluar la viabilidad de sus proyectos en la Argentina

La pérdida de concesiones ferroviarias de ALL, anunciada la semana pasada, está lejos de ser un episodio aislado en el proceso de retracción de la inversión de las grandes empresas brasileñas en Argentina, y no sería la última. Anticipando el agravamiento de la crisis económica en el vecino país en 2014, al menos otras tres empresas manifestaron, bajo reserva, la disposición de reducir su presencia en el país, según consultoras que prestan servicio a inversores brasileños.


La retracción más importante de la inversión brasileña fue la suspensión del proyecto Rio Colorado, de Vale, que despidió 2.700 empleados. Con esa decisión, Odebrecht perdió su mayor cliente en el país. Andrade Gutierrez y Camargo Correa también se vieron perjudicadas. Camargo es dueña de la cementera Loma Negra, que disminuyó su ritmo de producción.


En abril, Duratex cerró su fábrica en Argentina. Petrobras vendió, por u$s 35 millones, un 48,5% que detentaba en la distribuidora de energía Edesur. JBS mantiene cerradas cuatro de sus cinco unidades de mataderos y Marfrig cerrará dos.


Desde 2011, el país vive una crisis cambiaria y fiscal. El proceso llevó a Argentina a restringir el acceso a divisas extranjeras casi exclusivamente al comercio exterior. La remesa de ganancias y dividendos, que fue de u$s 4.500 millones en 2011, cayó a u$s 280 millones el año pasado. En febrero de 2012, las importaciones pasaron a ser controladas caso por caso, pero las reservas de Argentina cayeron de u$s 47.000 millones a u$s 38.600 millones.


Existe consenso de que el peso, que estuvo virtualmente congelado en relación al dólar en 2010 y 2011, será devaluado después de las elecciones legislativas de octubre. La cotización oficial del dólar, de 5,31 pesos, es 18% más alta que hace un año. Para las empresas, la suba de los gastos fue superior a ese porcentaje.


"Es alta la posibilidad de ajuste en 2014, lo que cambia la ecuación de costos y de precios de los activos", afirmó Mauricio Claveri, economista de la consultora Abeceb. El escenario no es de colapso, pero aunque no haya un ajuste, lo que se diseña es un cuadro claro de recesión el próximo año, dijo Maximiliano Castillo, de la consultora ACM. La perspectiva de una devaluación desestimula la expansión y el ingreso de nuevos actores en el mercado. Las restricciones cambiarias tornan compleja una operación de venta. Los problemas para las empresas brasileñas instaladas en Argentina no son recientes, pero la retracción más impactante de la inversión brasileña comenzó en enero, cuando la minera Vale prorrogó el receso de final de año a los 2.700 empleados del consorcio Rio Colorado, una asociación entre Odebrecht, Techint y otras empresas para la construcción de un gigantesco proyecto de explotación de potasio que pasaría por tres provincias argentinas.


En enero, la dirección de la empresa alegó ante las autoridades argentinas que la situación económica en el país obligaba a una revisión del presupuesto, y que el emprendimiento pasaría de u$s 6.000 millones a cerca de u$s 11.000 millones. El proyecto se suspendió por tiempo indeterminado en marzo, lo que provocó el despido de todos los empleados, extrema irritación en el gobierno argentino y críticas en el gobierno brasileño, manifestadas en público por el asesor de la presidencia para asuntos internacionales, Marco Aurelio Garcia.


En cantero de obras de Malargüe, en la provincia de Mendoza, está desactivado y la también brasileña Odebrecht perdió su mayor cliente privado en Argentina. Pero Vale mantuvo los derechos de explotación: al constatar que no sería desde el punto de vista jurídico un paso tranquilo frenar la concesión mineral de la empresa, el gobierno argentino detuvo la ofensiva contra la minera.
Desde entonces, busca un socio privado para comprar la participación de la brasileña en el proyecto. El gobernador de Mendoza, Francisco Perez, estuvo con empresarios indios, chinos, canadienses e incluso un jeque árabe.


El episodio no afectó solamente a Odebrecht: también alcanzó a Andrade Gutierrez y Camargo Correa, que tenían a su cargo etapas posteriores del proyecto. Dueña de la compañía textil y de calzados Alpargatas, Camargo Correa redujo su producción con el freno de la demanda argentina. La contratista brasileña también es dueña de la cementera Loma Negra, que también disminuyó su ritmo en función de la retracción del sector de construcción, que ensaya una discreta recuperación este año. La minera y las tres contratistas no quisieron responder a las consultas de Valor.


En abril, Duratex, que fabricaba productos para uso hidráulico en Argentina, cerró su industria, despidió a todos los empleados y se tornó una importadora. En enero, Petrobras Argentina vendió por u$s 35 millones el 48,5% que detentaba en Edesur, la segunda mayor distribuidora de energía eléctrica del país, deficitaria desde hace dos años en función del congelamiento tarifario.


Hasta el momento, esta fue la única venta que concretó la estatal brasileña, que negoció durante seis meses la transferencia de sus activos de refinería y distribución con el empresario Cristóbal López, muy cercano a la Casa Rosada. El mes pasado rechazó una propuesta de u$s 900 millones.


La crisis es menos intensa en el sector de agronegocios, con excepción del mercado de carne bovina: JBS mantiene cerradas cuatro de sus cinco unidades que funcionan como mataderos y Marfrig anunció a comienzos del año que cerrará la actividad de dos unidades para garantizar una economía de flujo de caja de R$ 30 millones en 2013.


Brasil Foods, en el mercado de aves, hamburguesas y margarina; y Randon, en el sector de implementos viales, caminan a contramano. Realizaron inversiones recientes en el país y no se quejan del resultado que están obteniendo. Randon registró lucro de R$ 820.000 en Argentina el año pasado.


"Cuando la agricultura va bien, a nosotros nos va bien. Argentina se está recuperando de una caída de 20% de la cosecha y a nosotros no nos asusta la inflación alta y el atraso cambiario", dijo César Pissetti, director de exportación de Randon. (CF) l

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