Emprendedor social | Fundación Pescar

Acompañar a los jóvenes a armar su proyecto

Con el apoyo de empresas que brindan un espacio para la capacitación, la Fundación Pescar ofrece formación técnica y profesional a estudiantes secundarios mediante talleres para la búsqueda de empleo y armado de un proyecto de vida.

Hace 35 años, el empresario brasileño Gerardo Linck pensó que debía hacer algo por los jóvenes que no estudian ni trabajan y están marginados de la sociedad. Así habilitó dentro de su empresa -una compañía constructora- un espacio de capacitación. En un principio estaba destinado a enseñarles un oficio, pero luego se dió cuenta de que debía comenzar por habilidades de las llamadas "blandas", como la autoconfianza, el manejo de las emociones, el conocimiento de los propios talentos y posibilidades.
Para multiplicar este esfuerzo, junto a su esposa Rose Linck creó un programa y lo llamó "Pescar", inspirado en una frase que se atribuye al fundador del Taoísmo, Lao Tsé (siglo -V A.C.): "si quieres quitarle el hambre a un hombre dále un pez. Pero si quieres que no vuelva a tener hambre, enséñale a pescar".
A fines de 2002, el empresario argentino Edgardo Palmero, que conocía el proyecto del matrimonio Linck, decidió traerlo al país, por entonces convulsionado por la crisis económica y el desempleo que habían dejado las políticas neoliberales de los 90. Así, junto a la Fundación Conciencia y la Universidad del Salvador, diseñó un programa de capacitacion que comenzó a dictarse en un aula improvisada en su propia compañía, del rubro maquinarias.
Hoy, la Fundación Pescar cuenta con 27 centros de formación en plantas industriales y sedes de empresas a lo largo del país. Más de 3.300 adolescentes y jóvenes (de 13 a 25 años) recibieron capacitación, y unos 8.000 mil más participan de cursos online gracias a una plataforma digital abierta. Según un relevamiento de la fundación, el 70% de los egresados está estudiando o trabajando o ambas cosas a la vez.
"Lo más importante es que son jóvenes que no tenían una vocación o un proyecto de vida, y gracias al acompañamiento y a algunas herramientas que les damos, pueden generarlo", destaca Silvia Uranga, directora de la Fundación.Empresas con aulasLa obra de la Fundación Pescar no sería posible sin el apoyo de más de 40 empresas, cámaras y organismos de gobierno que colaboran cediendo algún espacio, y financiando los honorarios de los capacitadores y las comidas y viáticos de los participantes.
Los jóvenes que asisten se comprometen a concluir sus estudios secundarios (los talleres se dictan a contraturno escolar), durante seis meses. Allí aprenden desde cómo confeccionar un CV y cómo presentarse a una entrevista de trabajo, hasta el armado de un proyecto de negocio o emprendimiento productivo.
La formación teórica está enfocada a distintos oficios, como gastronomía, electricidad o plomería y gas, con especial énfasis en las nuevas tecnologías digitales.Un futuro mejorLas empresas que participan no tienen la obligación, pero muchas de ellas incorporan a sus filas a los jóvenes que han capacitado. Otras les brindan la posibilidad de hacer una pasantía, lo que constituye una primera experiencia laboral que les permite acceder a otros empleos.
En los últimos años, la fundación amplió su alcance a través de los cursos virtuales, y la adaptación de su programa de formación de jóvenes a la generación de adultos mayores, a quienes capacita para emprender o formar una cooperativa.
La ONG también creó, junto al grupo Telecom, el aplicativo SIRVE para relevar datos,sobre los distintos proyectos y sus destinatarios. La herramienta se puede usar desde un teléfono móvil y está disponible en forma gratuita para cualquier organización.
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