"La clave del éxito es dar sin esperar nada a cambio"

Enóloga, bodeguera y speaker recurrente de charlas para emprendedoras, Susana Balbo comparte su receta para crecer a nivel profesional sin desatender otros aspectos de la vida. "Lo importante no es hacer lo que te gusta, sino que te guste lo que hacés", sugiere.

Susana Balbo hizo camino al andar. En 1981 se convirtió en la primera enóloga universitaria y, desde entonces, desplegó una intensa actividad laboral, hasta crear en 1999 su propia bodega. En los próximos días disertará en el Congreso Internacional de Mujeres Empresarias, organizado el 20 y el 21 de octubre por el Grupo Empresarial de Mujeres Argentinas (GEMA). A solas con Pyme, y tras hablar en el evento Buenos Negocios de Banco Galicia, contó sus secretos para triunfar en la empresa y en la familia.

- De tu experiencia emprendedora, ¿qué es lo más provechoso para otras mujeres?
Creo que lo más importante es animarse, romper esa primera barrera del miedo y, cuando te va mal, no verlo como algo negativo, sino como un aprendizaje y un punto de partida. Hay mucha prueba y error, y es necesario sentarse a pensar y ver si lo que estás haciendo tiene un público, o bien, si hay posibilidad de crearlo.

- ¿Con qué barreras te enfrentaste en tu carrera? ¿Persisten hoy en día?
Las mujeres tenemos barreras sociales o de formación. Y las barreras de nuestro ADN, que nos tira a cuidar la casa. Debemos animarnos a ser disruptivas y abrir caminos. Hoy la tecnología permite encontrar oportunidades de trabajo, crear equipos y grupos de afinidad. El acceso a la información permite testear tus ideas, aprender a través de blogs y más.

- Muchas veces se dice que emprender es un sentimiento. ¿Cómo lo descubriste?
Yo quería ser física nuclear pero mis padres no querían que una hija mujer se fuera a estudiar fuera de casa. Estudié en Mendoza, por descarte, enología, y así desarrollé una pasión por lo que estaba haciendo. Aprendí que no es tan importante hacer lo que a vos te gusta, sino que te guste lo que vos hacés. El hacer es lo que debe traernos pasión.

- Vos decís que en tu vida no hay fracasos, sino experiencias de las cuales aprender.
Tiene que ver con ver el vaso medio lleno o medio vacío. Si tenés capacidad de resiliencia... yo tuve una vida terriblemente difícil: estuve un año sin cobrar mi salario, comíamos lo que podíamos, y le debía a cada almacenero algo. Eso te marca profundamente. Lo importante es no darse por vencido. Lo más importante eran mis hijos, y por ellos tomaba fuerza y buscaba salir adelante.

- ¿Admirás a alguna mujer de tu sector?
A muchas. Está Gabriela Celeste, que empezó como consultora en laboratorios; Andrea Marchiori, tremendamente exitosa con sus vinos, o Laura Catena, que tiene una gran capacidad de comunicación. Pero, sobre todo, aprecio a las enólogas madres, que no están en los medios, pero sí detrás de grandes vinos.

- ¿En qué consiste, para vos, el liderazgo 3.0?
Yo creo que la clave del éxito es dar sin esperar a cambio. Yo he dado mi tiempo y mi conocimiento para ayudar a los demás. Eso te vuelve multiplicado. Brindarte abiertamente a los demás, eso es 3.0.

- ¿Cómo lo viviste en tu vida?
Cuando me fue mal, me ayudaron, y por eso nunca dejé de ayudar a otros. Nuestra responsabilidad es cuidar de todos, no solo de nuestra familia. Cuando actuás así, creás lazos de afecto y de conocimiento que permiten cosas valiosas en la empresa. Y siempre, manteniendo códigos de ética fuertes. Lo importante es que puedas ver a la cara a la gente con la que trabajaste; esa forma de actuar, te aseguro, vuelve en cosas mucho más favorables.
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