Entrevista

Carlos Sosa: "El liderazgo requiere de un despertar emocional"

El consultor y autor del nuevo libro Liderazgo 360, analiza cómo detectar las oportunidades 2021 para las empresas que sostienen sus objetivos comerciales desde una perspectiva más humana y trasversal

"Necesitamos dejar de medir todo de acuerdo al coeficiente intelectual de cada persona y enfocarnos en las habilidades blandas, en los vínculos, las emociones y la inteligencia emocional", sentencia el consultor Carlos Sosa, autor del libro Liderazgo 360, publicado recientemente por editorial Temas. Y agrega: "Venimos de un liderazgo en el que se elegía al que más sabía, mejor resolvía y más antigüedad tenía, y hoy el criterio de elección tiene que ver con la llegada, con la conexión que tenga ese líder con el grupo humano. No me lo imagino a Messi siendo un director técnico, pero sí a Mascherano. Hoy el temperamento es fundamental". Y continuando con los ejemplos futbolísticos, suma otra clave: "Gallardo es un líder que combina muy bien dos aspectos centrales: el método y la capacidad de inspirar y motivar. Esta combinación no es fácil de encontrar. El líder que se aferra a un método pierde, porque la rigurosidad extrema no sirve: el secreto es el equilibro".

¿Por qué Liderazgo 360?

Personalmente creo que tiene que ver con dar la vuelta completa en lo siguiente: antes la persona tenía que dejar los problemas en su casa. El líder no sabía mucho más que los datos básicos de su gente, en cambio hoy lo que se busca es que un líder conozca de las personas en todas sus dimensiones. Las personas tenemos muchos roles (sociales, educativos, deportivos, etc.) y el líder debe conocer todos ellos para poder potenciar la motivación comercial. Así logramos dar toda la vuelta, porque conocemos a la persona desde todas sus perspectivas, para poder potenciarla. Se trata de buscar información para generar empatía, para sacar esa mejor versión de cada integrante.

Cuatro dimensiones

Sosa destaca que hoy también cambió el significado del concepto de rendimiento, y que tenemos que entender que esta palabra incluye cuatro dimensiones: la dimensión técnica (formación "dura"), la competencia (características de la personalidad que se ponen de manifiesto en el campo laboral), la disposición emocional (características sensibles de cada persona), y finalmente el estilo de vida (puede o no ser compatible con lo que se propuso desarrollar en su campo laboral). "Antes estas cuatro dimensiones eran compartimentos estancos; ahora sabemos que deben vincularse. No basta con conocer lo que sabe cada profesional, hay que saber también cómo vive". En la misma línea, Sosa explica que es muy distinto el rendimiento de una persona que llega a ocupar un cargo por vocación o por necesidad: su competencia y su nivel de involucramiento serán sumamente distintos.

¿Cuáles son los desafíos del liderazgo que se presentan para los dueños de pymes en este contexto?

Hablar de pymes siempre implica generalizar, porque sabemos que hay distintos tipos de estructura, pero pensemos en que la gran mayoría tienen menos de 20 empleados. En este caso lo importante es transformar un oficio en una empresa creíble, y para eso tenés que tener procesos y metodologías de trabajo muy aceitados, porque al usuario de hoy necesita percibir seguridad. Hoy las marcas deben profesionalizar sus procesos y tener mayor claridad. Además está el tema de delegación, que es un hecho más emocional que técnico. Las pymes deben cambiar algunas creencias e invitaría a revisar lo que es el éxito para ellas. No alcanza con tener un buen producto, también es necesario ofrecer un buen servicio para fidelizar tanto a clientes internos como externos. Los líderes de las pymes deben dejar de ser buenos empleados y aprender a ser dueños y fundadores, deben ser propietarios del destino de la organización, del norte, de su visión y objetivos. Y quienes acompañan al líder, los mandos medios, también tienen que cambiar, comenzando por un balance de la cultura pyme: revisando cómo llegamos hasta acá y qué de eso necesitamos para el futuro. Ser flexibles es fundamental, no caigamos en la tentación de creer que hay una única manera de hacer las cosas.

Con habilidades blandas ¿se nace o se hace?

Sosa enfatiza que "Hay que vencer el analfabetismo emocional registrando quiénes somos, viendo al otro, analizando cómo son ellos y registrando si nos parecemos o no a los que forman o formaron parte de nuestro entorno. Somos 50% genética y 50% nuevos aprendizajes, con lo cual podemos proponernos cambiar y volver a aprender. Además, debemos reconocer que las emociones son útiles o inútiles y detectar nuestro propio velocímetro emocional: la ansiedad sirve para lograr cosas, pero no se puede vivir todo el tiempo con esa intensidad, hay que saber regularla".

Finalmente destaca Sosa que, en el otro extremo, también hay líderes excesivamente blandos (culposos, inseguros) a los que es necesario endurecer, por eso el líder 360 es el que tienen ese equilibro que lo destaca. "Se necesita asistencia externa y perseverancia y autogestión emocional", explica y resalta que "hay que tener una distancia emocional para poder rendir, el equilibrio adecuado entre tener cercanía con la gente y distancia emocional para poder exigir".

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