De Pablo: "La política económica se hace a contrarreloj"

Con estudios de doctorado en Economía por la Universidad de Harvard y nombrado doctor honoris causa por la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina (Ucema, 2009), Juan Carlos de Pablo es miembro titular de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, consultor, director del newsletter semanal Contexto y profesor en la Universidad de San Andrés y en la Ucema. En un mano a mano con El Cronista Pyme, habla sobre su último libro, Política económica para decidir en tiempos difíciles, que editó recientemente El Ateneo. El volumen está dividido en cuatro partes. La primera parte es una reseña de la teoría de la política económica; la segunda es una reflexión sobre mi experiencia, la tercera son ejemplos, algunos internacionales y otros nacionales.

¿A qué target está dirigido?

Lo pensé para todo tipo inquieto con el tema de la política económica, reflejando medio siglo de experiencias de seguir diariamente la política económica de la Argentina. Quiero decir economistas, por supuesto, pero toda la gente inquieta que puede tener otra profesión o público en general pero que quiere entender cómo es la cocina de la política económica. Siempre les digo a mis alumnos que, si quieren trabajar en política económica, como ministro, como analista, piensen en el jefe de la guardia de un hospital. El jefe de la guardia de un hospital está sentado, leyendo un libro, y se abre la puerta y le tiran 32 heridos porque chocaron dos ómnibus. El tipo larga el libro, clasifica según prioridades contrarreloj con poca información, rodeado de tipos que lo quieren matar. Entonces, si ustedes no tienen estómago para trabajar en esas condiciones, entonces dedíquense a otra cosa, pero no incursionen en política económica. La política económica se hace a contrarreloj y con muy alta incertidumbre.

En el libro dice que "si la gente supiera cómo se hace la política económica, se suicidaría en masa".

Así es. Lo mismo podría decir si la gente supiera cómo se toman las decisiones médicas. Creo que mucha gente tiene la fantasía de que en el Banco Central y en el Ministerio de Economía, hay una super computadora que tiene todos los datos, a la cual el ministro le pregunta algo. La política económica es una guerra de pareceres, de la misma manera que vos estás internada y vienen tres médicos, tenés el análisis de sangre, la tomografía y algún otro estudio entonces los médicos miran y dicen "me parece, me parece". La política económica es muy parecida. Hay países donde los desafíos que tienen son mucho más simples, entonces, casi que podés encajar un robot para la política económica. Acá no. Porque está lleno de desequilibrios, tensiones y pujas.

¿Eso explica por qué EE.UU. no tiene la figura de ministro de Economía?

No importa mucho tampoco. Porque los desafíos que tienen no son los que tenemos nosotros. Cuando me dicen qué metas de inflación funcionan en Nueva Zelanda, digo que me parece que en Nueva Zelanda todo funciona. A mis alumnos, les digo: "¿Quieren estudiar en el extranjero? Me parece bárbaro, vayan. Métanse en los debates de ellos y después vuelvan y piensen". La adecuación de lo que vos estudiás en cualquier otro país a la Argentina no es algo mecánico. Porque si así lo fuera, yo meto toda la teoría económica y todos los datos en una computadora y me sale la política económica.

¿En la Argentina se sigue buscando la fórmula mágica para frenar la inflación?

Por ejemplo. La fórmula o la medida. La lucha contra la inflación es parte de la política económica. Uno de los problemas que tenemos es que si no tenemos centralizada la conducción económica, si las medidas vienen de a una, si hay marchas y contramarchas, es muy difícil hacer un planteo creíble. Y, como dice Guillermo Calvo, cuando no te creen, es muy difícil hacer política económica.

¿Cómo ve usted el país ahora y qué perspectivas tiene hacia los próximos meses que se avecinan?

De los próximos meses, no sé. Pero la experiencia me dice que la perspectiva correcta es la de los procesos decisorios. Las cosas no ocurren. Alguien las hace ocurrir. El precio del dólar sube porque alguien compra más dólares de los que quiere vender al precio viejo, por ejemplo. La Argentina es un país presidencialista y personalista. Un análisis lo tenés que hacer del presidente hacia abajo. El presidente, por alguna razón, no quiere tener un ministro de Economía y tiene un estilo, bueno, ese estilo en el plano económico, no hay que ser un genio para darse cuenta de que no le ha funcionado. Pero a los ojos de él, todavía las cosas no están lo suficientemente complicadas como para que cambie. Los presidentes no cambian. La historia argentina es dramática, tosca, violenta. Los presidentes no cambian porque un iluminado les dice a mí me parece presidente... Primero, es el susto y después hablamos. El susto te puede paralizar o hacerte trabajar. El año pasado, el ministro Caputo le dijo un viernes: "Presidente, hasta ayer nos compraban títulos, hoy no nos compran, el lunes tampoco y me dijeron que si seguimos jodiendo no solo no compran, sino que van a vender los que tienen". Entonces, ¿qué dijo el presidente? Vamos al Fondo. La toma de decisiones es así. Henry Kessingir, en sus memorias, dice la toma de decisiones en los periodos de crisis, contra lo que se cree, se hace en un ambiente bastante tranquilidad porque la verdad es que los cagones se rajan. Por eso me gusta recomendar las horas más oscuras de churchill, es una maravilla porque te muestra lo que es la cocina de la política económica en circunstancias dramaticas.

Costos, inflación, impuestos, falta de competitividad son temas que ocupan la agenda pyme. ¿Cómo ve al sector y qué se podría hacer para impulsar y darle oxígeno?

Varias cosas. La lista que acabás de mencionar afecta tanto a las pymes como a las grandes empresas. Segunda cosa, los gobiernos se la pasan diciendo que les interesan las pyme y yo le digo a la gente que no le de pelota a esas cosas porque después, cuando llega la hora de la acción, no hay nada. Usted tiene que levantarse todos los días a ver cómo le encuentra la vuelta: pyme o no pyme. Vos comprenderás que si un señor ayer en Resistencia tenía una ferretería y cuando le dije hay que levantarse todos los días a ver cómo le encontramos la vuelta, era lo que venía haciendo. Lo que venís haciendo lo tenés que seguir haciendo. Son mis héroes los tipos que cuando se levantan a la mañana no saben cómo le van a dar de comer a la familia. A cualquier responsable que tiene una posición ejecutiva que puede ser un jefe de familia, una empresa, un club siempre... Llevar adelante algo es tan difícil en la Argentina, que goza de todo mi... sabés con quién soy duro? Con los legisladores, con los analistas porque viven de la fantasía. Cuando tenés un cuerpo colegiado, la responsabilidad de evapora. Hay algunos periodistas que son unos fiscales severísimos. Basta que pase algo, que dicen cómo no había un plan B. No, boludo, en la Argentina no hay plan A. La enorme mayoría de la gente se levanta todos los días. Los argentinos tienen una sensibilidad particular por nuestra historia. Cuando hablo delante de extranjeros digo que nosotros no somos particularmente inteligentes pero acá somos todos sobrevivientes. Unos se acuerdan del rodrigazo, otros de la hiper, otros del plan bonex, otros del copo. Eso te da una sensibilidad fenomenal, lo cual, evidentemente, también dificulta hacer política económica. Supongo que el primer ministro de japón anuncia algo y los japoneses hacen la reverncia y actúan en consecuencia. Acá tenés un funcionario que anuncia algo y nosotros nos miramos y decimos vamos a ver. Es muy difícil. Vos acordate de que estamos en campaña. En animales sueltos en 2016 me mortalicé porque dije, el que gana una elección se jode. POrque el que tiene la responsabilidad ejecutiva...

¿Hoy qué sería lo más urgente? ¿Lo primero a atacar?

No es un tema de primero. Es un tema de aterrizaje presidencial. Hoy el presidente dice hata las elecciones nada. ¿Va a ser así o no? No lo sabemos. Porque, Dios no lo permita, podrías tener en mayo. Imaginate que tengas inflación 4000%, dólar a $ 1000, ¿a vos te paree que el presidente va a decir después de las elecciones hablamos? Es lo que le pasó a Alfonsín en el 85. Leamos historia porque la historia te muestra primero el sacudón y después viene la acción.

¿Qué le recomienda estos empresarios pyme?

Saben todo. No comprés buzones. No pierdas tiempo con los colegas que te hacen pronósticos con decimales. No pierdas tiempo con los anuncios esperanzadores de los funcionarios. Hacé la tuya. Es lo que les tenés que decir. Yo te digo esto. No solo está el tema de la conferencia. La gente me habla por la calle. La gente no me pregunta por las elecciones porque tiene una agenda tan perentoria y dramática en el corto plazo que está en el día a día. El interés que tenés, la pasión es más hoy periodístico y de analistas políticos que de gente con la que me encuentro por la calle.

¿En la calle qué le preguntan?

Te testimonian el tema de llegar a fin de mes, las suspensiones, los despidos, el comerciante que dice que le cayó la venta un 40% porque vende un bien durable. Y cuando me preguntan cuándo se da vuelta, yo digo que no puedo vender buzones, no sé, pero la realidad es cíclica. La gente, más allá de que dice que no puede más. La capacidad de aguante... La buena lectura es que el ser humano tiene una capcidad de ajuste, de aguante.

Siempre vuelve a esto de leer la historia. ¿Cuáles son los períodos más olvidados?

Uno se acuerda más de las desgracias que de los otros. Si yo me encuentro con 10 tipos, Ahora, otra cosa que hay que decir es que hay que leer la historia cómo fue. No el invento. Hoy nadie se puede dar el "lujo" de hablar bien de algo de la década del 90. Lsa privatizaciones te las defiendo. Hay que ver lo que implicaba querer tener teléfono en los 80. Que la privatización de YPF salió mucho mejor que la de Aerolíneas, sí. Explicar el aumento del desempleo del 95 en adelante por las privatizaciones es no mirar los números. Tenés que leer la historia sobre una base documentada.

Hay. Hablá con sus abuelos. O los padres. Cuando. Vas complementando. Tenés los discursos. Los testimonios. Lo que también hacés es revaluar. Los jóvenes

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