LOS NUEVOS MICRO NEGOCIOS EN LA CADENA AGROALIMENTARIA

A pesar de atravesar una economía en recesión, el campo puede ser un aliado para abrir nichos de mercado. El rol de las pymes en esta oferta abarca desde alimentos funcionales en polvo y papillas orgánicas hasta embutidos y dulce de leche a base de soja.

No sólo de carne vive el hombre. En la Argentina, el consumo anual de cortes vacunos, avícolas y porcinos supera los 116 kilos per cápita. También, el país se ubica en los primeros puestos en consumo de lácteos (209 litros), galletitas (10 kilos) y golosinas (5,7 kilos), según el Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca. Sin embargo, un movimiento ocurre en el mercado, acompañando lo que parece un cambio en los hábitos de consumo, coinciden los emprendedores consultados.
Quienes reemplazan carnes por vegetales deben seguir ingiriendo proteínas y la soja es muy rica, en ese sentido, asegura Samuel Cuperstein socio fundador, junto a Mariano Liber, de Soja Alimentos, una firma que nació para abastecer el mercado kosher y fue ampliando su abanico de productos. La pyme, que requirió u$s 50.000 de inversión inicial (fondos propios), produce leche, jugos, mayonesa, hamburguesas, salsas, quesos, dulce de leche y hasta embutidos, a base de soja.
Aún no llegamos a todos los puntos de venta, señala Cuperstein, que encuentra en la falta de financiación la imposibilidad de pegar el salto. Liber sostiene que automatizar la producción industrial, para extender la vida útil de los productos, puede costar u$s 500.000. No podemos ganar escala porque las maquinarias son costosas y no tenemos fondos, acota su socio, que seguirá buscando nuevos puntos de venta en Capital Federal. La firma, presente en 300 dietéticas con la marca Mi Soja, proyecta duplicar sus ingresos mensuales, al pasar de $ 300.000 a $ 600.000 hacia fin de año.
Para Ruth Ladenheim, secretaria de Planeamiento y Políticas del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, la estrategia para agregar valor a la producción agrícola consiste en cruzar tecnologías con sectores productivos. En ese marco, el Estado lleva invertidos u$s 240 millones en consorcios de diversos sectores (10%, destinados a proyectos agroalimentarios) desde 2010, que consisten en propuestas público-privadas para desarrollar nuevos alimentos con valor agregado.
Un caso se da en la industria láctea. Un consorcio formado por Biosidus y las pymes Establecimientos Lácteos San Marcos y AproAgro, con el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, generó un alimento funcional para evitar las diarreas en los más pequeños y obtuvo un subsidio de casi $ 6 millones. Alimentos funcionales en polvo, aceite de canola, mermeladas de frutas finas y papillas orgánicas son algunos ingredientes de una dieta variada. Otras actividades vinculadas a la acuicultura (producción de peces en estanques) y harinas especiales tienen como protagonistas a las pymes. Aportan la posibilidad de entender un mercado y desarrollar el producto. A su vez, el objetivo es generar empleo calificado que tiene mayor durabilidad, asegura Ladeheim, que disertó en el segundo Simposio de Bioeconomía, que organizó el Ministerio de Ciencia y Tecnología, la primera semana de junio en Buenos Aires.

En tres presentaciones
El trío formado por los hermanos Martín y Sebastián Guevara, y su primo Ignacio Casalins, encontró en los alimentos funcionales un nicho de negocio. En una visita médica, me recomendaron ingerir unas semillas para reducir ácidos grasos y en la dietética descubrí un mundo nuevo, recuerda Martín Guevara, quien, junto a sus socios, decidió lanzar nueve productos reunidos en tres funcionalidades: tránsito lento, colesterol y energía.
Dr. Deli, que llegó a los consumidores en marzo de 2013, facturó $ 2 millones, en sus primeros 12 meses, y proyecta cerrar el presente ejercicio con un salto del 50% en la producción y alcanzar los $ 4 millones de ingresos (acompañando la inflación). Buscamos generar una nueva categoría en las farmacias, porque tienen muchos alimentos funcionales en sus góndolas, pero ni siquiera ellos lo saben, explican los emprendedores, que comprometieron u$s 100.000 de sus ahorros en la inversión inicial para desarrollar el producto. Las farmacias necesitan productos que le generen caja y no tengan que pasar por las Cajas Sociales, en ese sentido, nuestro producto es muy competitivo, aseguran. En ese canal, Dr. Deli obtiene un 80% de sus ingresos. El resto se divide equitativamente en dietéticas y supermercados.

Cosechar en el sur profundo
Hasta la Patagonia ahí hay que dirigirse para encontrar la materia prima y producción de las mermeladas Patagonia Berries, la marca de Manuel Cabrales, quien ingresó al rubro alimenticio con la compra de esta firma hace dos años y afirma que la calidad de los arándanos, frambuesas y moras de esa región son un diferencial. Patagonia Berries exporta a los Estados Unidos y a Chile y este año, piensa alcanzar un 5% de sus ventas a través de los envíos al exterior con el desembarco en Perú y Colombia.
La logística es la principal desventaja de producir en esa región porque los tiempos se estiran y no sólo es más caro el flete sino que la mercadería está circulando por períodos de tiempo más extensos, explica Cabrales, que proyecta alcanzar una producción de 400.000 frascos este año, pero evita compartir cifras de facturación.
En ese sentido, desde que adquirió la compañía, hizo foco en la calidad a través de la certificación de normas para la inocuidad del proceso. Optimizar el recorrido y ordenar la cantidad de producto que se despacha semanalmente fueron otras de las medidas que tomó la empresa radicada en El Hoyo de Epuyen, Chubut.
La intención de posicionar a Patagonia Berries como una firma nacional de mermeladas se completa a través de los canales de comercialización. Los supermercados Jumbo, Disco, Carrefour, Walmart, Coto y Carrefour; y cadenas regionales como California y Toledo, canalizan el 40% de las ventas. Los mayoristas, espacios de gastronomía y cadenas deli en todo el país, se reparten el resto.

La colza en la mesa
Raquel Sastre encontró un nicho al usar la canola (o colza) como la materia prima para producir su aceite Krol. Casi nadie lo conocía, solo médicos que sabían de sus propiedades nutritivas, afirma Sastre, que comenzó con la siembra de 70 hectáreas de colza en 2005 y, al año siguiente, lanzó la línea de aceite a través del método de producción prensado en frío.
La inversión para la construcción de la planta de prensado y embotellado provino de recursos de la empresa, originados en las otras unidades de negocios de Amerika 2001 (agricultura y ganadería). El proyecto formaba parte de una estrategia de agregar valor con producciones integradas e inicialmente consistía en el alimento para un criadero de caracoles. Éste no prosperó y la colza ganó terreno.
El proyecto ya no es sustentable económicamente porque las condiciones cambiaron, pero hay que pensar a largo plazo, dice la empresaria. Y encuentra las razones de esta situación en que, al ser un producto natural, con un precio mayor que los aceites refinados (no naturales), es sensible al factor precio y las ventas disminuyen.
Para Cabrales, ingresar a la industria alimenticia con un producto premium era un objetivo en sí mismo. Evitamos competir con las mermeladas industriales que tienen alrededor del 85% del mercado, señala el emprendedor que, en dos años, duplicó las ventas, a pesar de que los costos pasan factura. Las frutas finas subieron en promedio un 70% el último año, asegura.
Lo ideal sería tener reglas claras para poder concentrarnos en subir la producción. El costo es altísimo pero no se paga de forma directa, sino en angustia, y mucho tiempo para resolver problemas, que se traducen también plata, reclama Guevara, que este año lanzará una cuarta categoría enfocada a potenciar las capacidades cognitivas de los chicos.
Para los creadores de Dr. Deli, emprender significa resolver 200 problemas por minuto. Un ejemplo para ilustrarlo: Inicialmente, íbamos a producir bebidas con agregado funcional, pero la tecnología para producir algo natural no está disponible en cuanto a nuestros requisitos de pasteurización y envasado. Entonces, nos inclinamos por polvos, explica uno de los fundadores. Recorrimos plantas pr el gran Buenos Aires para encontrar al productor indicado, agregan. Dr. Deli terceriza su producción y sus dueños (únicos empleados) se encargan de la comercialización entre 1.500 farmacias y más de 20 locales deli. A fin de año, pensamos concretar nuestra primera exportación a Chile, adelanta Guevara.
Para Cuperstein, entre los diferenciales de participar en este segmento, está el potencial de crecimiento y el hecho de evitar la competencia directa con grandes compañías, que tienen el foco puesto en productos masivos. Si crecemos mucho, a lo sumo, vendrán por nosotros, concluye.

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