La hora de los relojes inteligentes

Por primera vez en la historia se vendieron más relojes inteligentes que relojes suizos. Fue durante el último trimestre del año pasado. La noticia, fruto de un estudio de la consultora Strategy Analytics, sorprendió en la industria relojera pero también en la tecnológica. En total se despacharon 8,1 millones de relojes con sistemas operativos contra 7,9 suizos (una caída del 5% respecto al mismo período de 2014). El informe agrega: "La industria suiza ha reaccionado muy lento con la llegada de los smartwatches. Ha escondido la cabeza esperando que pase la moda".

¿Los relojes inteligentes son una moda o una tendencia indeclinable? La alta relojería suiza representa apenas el 1% de la producción total de relojes en el mundo pero a su vez recauda la mitad de lo que junta toda la industria.


Pero atención. De esos 8 millones de relojes inteligentes, el 65% corresponden al iWatch de Apple. A diferencia del exitoso tridente iPod/iPhone/iPad, el reloj es el primer producto importante que Apple desarrolló y lanzó sin la implacable tutela de Steve Jobs. Cuando salió al mercado, a mediados de 2014, los especialistas en relojería de alta gama se burlaron y lo consideraron apenas un buen producto de marketing. Creyeron que nadie llevaría puesto un reloj que debía ser recargado cada noche. Se equivocaron. Subestimaron una nueva categoría de los llamados wearables que no para de crecer al ritmo de las aplicaciones de contenidos para hacerlos cada vez más útiles. Usé uno durante un par de meses y la experiencia fue muy satisfactoria. Leer emails, twitter y mensajes de WhatsApp desde la muñeca genera menos dependencia al celular. Eso es positivo y bastante cómodo. La contra: su batería de corta duración, la fragilidad de la pantalla y que no se pueda sumergir en el agua.


Muchos otros fabricantes, entre ellos Pebble, Sony, Samsung, LG, Alcatel y Motorola ya tienen a la venta sus modelos con más o menos éxito. Hasta la japonesa Casio pisó en el rubro y presentó el suyo en el último CES de Las Vegas, el WSD-F10 para usar al aire libre. Incluso la marca de lujo Tag Heuer presentó su Connected pero sin éxito y a un precio imposible: u$s 1350.
Los precios en general oscilan entre u$s 100 y 500 según el modelo pero casi todos se conectan con Internet, tienen reconocimiento de voz, sensor de movimiento e interactúan con el smartphone y otros dispositivos.


En nuestro país, todavía con ventas tibias, ya hay varias opciones a diferentes precios y calidades. La semana pasada Motorola presentó su nuevo 360 Sports, enfocado a seducir al segmento del running. Para eso viene con malla de goma, memoria interna de 4GB, sensor de ritmo cardíaco, GPS y Bluetooth. Se puede usar para correr sin llevar el celular. Funciona con cualquier Android y también con el iPhone de Apple. "El mercado de los relojes inteligentes está en plena etapa de desarrollo" me explicó Martín Errante, gerente de producto de Moto, entusiasmado porque el primer modelo 360 lanzado el año pasado fue el más vendido del mundo y también por acá.


Por su parte, Samsung quiere pelear en lo más alto de la categoría con su Gear S2 que viene en dos versiones: la de lujo classic con malla de cuero y otro más informal para uso diario, con malla de plástico. Este último permite tener autonomía con el celular (al fin!) porque lleva su propio chip para conectarse a 3G o a cualquier WiFi. La otra novedad es que su sistema operativo Tizen será compatible con el iOS del iPhone de Apple. Ambos se venden desde los $ 9 a los 10 mil. La apuesta de la firma coreana es grande. La Ciudad de Buenos Aires está empapelada con la publicidad del reloj.


Los números no mienten. Los relojes inteligentes se venden cada vez más en todo el mundo. El tiempo, vaya paradoja, dirá si es una moda del marketing o si llegaron para quedarse definitivamente en las muñecas de todos nosotros.

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