¿Buenos Aires no es competitiva?

En algún momento se instaló la idea de que la Ciudad de Buenos Aires se encuentra al tope del ranking de ciudades más caras para los turistas internacionales, ubicándose incluso por encima de las grandes metrópolis como París, Londres, San Pablo o New York, no sólo en relación a los ingresos de sus habitantes, sino también en términos absolutos.
Quienes sostienen esta idea, aseguran también que éste sería el principal factor detrás de la merma de turistas extranjeros observada en el último tiempo, quienes desalentados por los elevados costos deciden optar por otros destinos para vacacionar.
¿Está Buenos Aires para los turistas extranjeros realmente más cara que las grandes metrópolis del mundo? ¿Cuánto hay de cierto en esto? A fin de evaluar esta hipótesis relevamos algunos precios utilizando una canasta de productos considerados habituales entre consumos turísticos, en las cuatro ciudades (Londres, París, New York y San Pablo). Se seleccionaron así bienes y servicios en rubros tales como Alojamiento, Restaurantes, Transporte, Atracciones Turísticas e Indumentaria y Calzado. También se relevaron precios de productos susceptibles de ser adquiridos por turistas en perfumerías y/o supermercados. A fin de establecer la comparación con Buenos Aires, todos los precios se valuaron tanto al tipo de cambio oficial como al no oficial al día de publicación del Informe.
Al comparar los precios al tipo de cambio oficial, se encontró que comer en restaurantes, movilizarse en subte y/o en taxi (distancia similar) resulta en general más caro en las otras ciudades del mundo relevadas. Por ejemplo, mientras que una comida para dos personas en un restaurant de categoría intermedia puede conseguirse en Buenos Aires a un costo promedio (para dos personas) de $ 300, en Nueva York, Londres o París tiene un costo de u$s 80, £ 50 y ¥50, respectivamente, lo que expresado en pesos superaría los $ 400
($ 600 si se toma el tipo de cambio paralelo). Sólo San Pablo presenta costos similares a Buenos Aires. Lo mismo sucede con el transporte público en los costos de pasajes, que van desde $ 8 en San Pablo hasta $ 28 en Londres, contra $ 2,5 en Buenos Aires.
Algo similar se observa en relación a los consumos de servicios típicos de la canasta turista, como son la adquisición de entradas para teatros y museos, alojamiento y city tours, que presentan una clara brecha con Buenos Aires, tanto si se comparan los precios al tipo de cambio oficial como al paralelo. A modo de ejemplo, una entrada a un musical de primera línea, como Los Locos Adams o El rey león, que en Buenos Aires se puede conseguir a $ 220, asciende a aproximadamente $ 340 en San Pablo, $ 390 en Londres y $ 480 en París, en tanto que supera los $ 1000 en Nueva York. El alojamiento en un hotel 4 estrellas en el mes de Septiembre (datos obtenidos a través de Booking.com), cuesta entre dos y cuatro veces más en Londres, París y Nueva York. San Pablo sólo resulta similar si se la compara al tipo de cambio oficial. Lo mismo resulta para el costo de un City tour.
Para una compra similar, los precios en los supermercados de Buenos Aires también resultaron ser más accesibles en general que en Londres, Nueva York y París.
Hasta aquí todo indica que Buenos Aires se sostiene como un destino turístico competitivo por precios frente a otras ciudades.
Por el contrario, Buenos Aires sí resultó ser más cara en materia de indumentaria, tanto si se efectúa la comparación considerando el tipo de cambio oficial como al paralelo. Esto puede resultar una desventaja si se tiene en cuenta que los tours de compras constituyen un importante atractivo para el turista. Los precios de calzado e indumentaria, fundamentalmente en shoppings que son los centros visitados por los turistas extranjeros, resultan por lo tanto un gran llamado de atención. Aun así, Buenos Aires sí ofrece precios competitivos para productos regionales de menor acceso en el exterior, como es el caso de los cueros, y el desarrollo de tejidos autóctonos con fibras naturales que incorporan un fuerte componente de diseño.
Con todo, queda comprobado que la Ciudad de Buenos Aires no es poco competitiva (por precio) para el turismo extranjero. La merma en la llegada de turistas extranjeros a la Ciudad no obedece al retraso cambiario, sino más bien a la crisis que atraviesan los principales mercados emisores de turistas, que hacen que estos opten por destinos más cercanos a su lugar de origen, con menor estadía media, que exigen menores costos de traslado y estadías menos prolongadas.
Todos los cuadros, las fuentes y metodología utilizadas en esta nota se pueden en contrar en http://singerman-makon.com/news/

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