Repsol mantuvo las ganancias pese a la nacionalización de YPF

La petrolera española consiguió mantener en 2012 la ganancia neta por encima de los 2.000 millones de euros, solo un 6% menos que el año anterior.

Luego de un año complicado para la compañía española Repsol, tras sufrir un duro golpe por parte del gobierno de Cristina Kirchner al nacionalizar YPF, la petrolera logró registrar ganancias de 2.060 millones de euros, solo un 6,1% por debajo de los resultados del ejercicio anterior.
 
El grupo presidido por Antonio Brufau subraya como principal factor de la caída de los resultados, no tanto expropiación de su filiar argentina, como el impacto de la valoración de los inventarios de hidrocarburos que la compañía almacena como reserva estratégica del país. Sin ese efecto de los inventarios, la ganancia neta, según la compañía, habría crecido un 5,4% en relación a 2011, en cuyas cuentas se incluía la aportación de la propia YPF.
 
Según informó el diario español Expansión, durante el pasado año Repsol completó la ejecución de cuatro de los diez proyectos clave del Plan Estratégico 2012-2016, con el inicio de la producción de nuevos yacimientos en Bolivia, EE.UU. y España, así como la incorporación de activos en Rusia. En el periodo la compañía también realizó cinoc nuevos descubrimientos, entre los que destaca el de Pão de Açucar, en Brasil, uno los diez mayores del mundo en el pasado año. Las inversiones de explotación del área de upstream ascendieron a 2.423 millones de euros, un 34% superiores a las del ejercicio 2011.
 
El área de downstream (refino, química, marketing y GLP) sufrió, en cambio, una caída del resultado de explotación del 14,3%, hasta los 1.013 millones. La crisis y la suba de los precios de los carburantes provocaron una caída de la demanda en las gasolineras del grupo, que solo fue sólo parcialmente compensada por la mejora de los márgenes de refino y un aumento de la producción gracias a la reforma de las plantas de Cartagena y Bilbao. Las inversiones en downstream fueron de 666 millones, ligeramente por debajo del nivel del ejercicio anterior.
 
Repsol se ha volcado en el fortalecimiento de su balance con el objetivo de proteger el ráting de su deuda y así sortear la temida calificación de ’bono basura’. Gracias a la puesta en marcha del dividendo flexible y de la ejecución de desinversiones, el grupo ha conseguido reducir su deuda a la mitad en apenas un año, hasta los 2.200 millones (sin contar la vinculada a su participación en Gas Natural Fenosa). La compañía cuenta con una liquidez de 9.000 millones de euros, con lo que su caja triplica el valor de los vencimientos de deuda a corto plazo.
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