LOS VALORES AUMENTARON UN 30% CON RESPECTO AL AÑO PASADO

Organizar una fiesta empresaria de fin de año cuesta hasta $ 1800 por empleado

Además del costo por trabajador, se le deben sumar, como mínimo, otros $ 220.000 por contratar un show y los gastos de catering y también el alquiler del lugar

Los presupuestos se achican, pero no tanto como para suspender las clásicas fiestas de fin de año que las empresas organizan para sus empleados, sus socios y también sus clientes. La temporada alta de fiestas va de noviembre a diciembre, donde hay fiestas casi todos los días, excepto los fines de semana.
Pero, según los organizadores de eventos, en los últimos años, las compañías retrasan cada vez más la contratación de estos servicios.
"Vamos pasando presupuestos desde agosto, pero las decisiones se toman en el último mes. Las empresas que están acostumbradas a hacer fiestas todos los años no dejan de hacerlas porque es un incentivo para sus empleados. Las que se realizan para clientes quizás estén más acotadas", explicó Adriana Marino, vicepresidente de la Asociación de Organizadores de Fiestas de la Argentina (Aofrep) y dueña de la compañía Gala Eventos.
De acuerdo a las estimaciones de la asociación, el gasto promedio de una fiesta corporativa oscila entre los $1.200 y los $ 1.800 por persona lo que incluye salón, catering, show, música, luces, juegos pero el valor es muy variable según el tipo de catering, la marca del vino, la animación o el show que se contrate. También hay una diferencia si se elige una estancia o el salón de hotel. El incremento de los precios con respecto a las fiestas del año pasado fue de un 30 por ciento.
Un show de covers puede costar entre $ 15.000 y $ 25.000, mientras que las bandas más conocidas pueden cobrar entre $ 100.000 y $ 220.000. Dentro del costo total, aproximadamente el 40% corresponde al catering y cerca del 10% al lugar donde se realice la fiesta. El resto se reparte entre los otros rubros.
Según las empresas organizadoras, las fiestas son cada vez más descontracturadas. Las compañías prefieren arman livings sectorizados para que el personal pueda interactuar libremente, con comida estilo finger food y barras de tragos. Los eventos formales pierden terreno. "En las empresas hay mucha gente joven, con un promedio de 35 a 40 años. La idea es que se integren porque hay gente que trabaja en la misma empresa pero durante todo el año no se ve mucho la cara. Las fiestas muy formales quedan para las empresas más tradicionales", describió Marino.
La falta de grandes presupuestos, a veces, agudiza el ingenio. El año pasado, la empresa de Marino organizó una brindis a la hora del té para una empresa que no quería gastar mucho, con una gran mesa dulce en la empresa, que tenía jardines. "Siempre hay posibilidades", destaca Marino.
"Vemos que se mantienen los mismos niveles de confirmación de eventos del año pasado. Pero lo más conflictivo pasa por la aceptación de los niveles de inflación por parte de la empresas. Hay menos presupuesto porque quieren gastar lo mismo o asumen una inflación del 20%, pero la realidad es que hay cosas que subieron más y otras que se mantuvieron", señaló Marcelo Gordín, director de Enfasis Motivation Company. "Lo que más subió fue la comida, que tiene una incidencia muy grande en el presupuesto final. Además, todo lo que tiene que ver con tecnología, equipos de sonido e iluminación está muy atado al dólar porque es importado. Eso subió bastante porque después no se pueden reponer", detalló el empresario.

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