Con el fin de las bolsitas, los porteños vuelven al changuito para ir al súper

Autoservicios y supermercados de la Ciudad de Buenos Aires ya no pueden entregar bolsas plásticas a sus clientes. Habrá multas de hasta $ 100.000 para los comerciantes que no cumplan. Por la medida, se dejarán de consumir 1050 millones de bolsas por año, que unidas darían 14 vueltas al mundo y tardarían 150 años cada una en degradarse

En consonancia con una tendencia mundial a reducir el uso de envases plásticos, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires dispuso que a partir del 1º de enero, hipermercados, supermercados y autoservicios no podrán entregar ni vender bolsas plásticas con manija "tipo camiseta" a sus clientes. En su lugar, deberán disponer de bolsas reutilizables o de papel. La iniciativa, según consta en la resolución de la Agencia de Protección Ambiental porteña, se hará extensiva a otros comercios como farmacias, cafés y casas de comidas, y se suma a normativas similares que ya se implementan en provincias como Chubut, Río Negro, Neuquén, provincia de Buenos Aires y Santa Fe.

Por ahora, la resolución no incluye a carnicerías, verdulerías y pescaderías, entre otros, que podrán seguir utilizando bolsas plásticas no biodegradables para envolver los productos, pero no para su traslado. La puesta en marcha de la prohibición incluirá controles a los comercios, y aquellos que no cumplan serán penados con multas de hasta $ 100.000 .

Según datos del ministerio de Ambiente porteño, en la ciudad se consumen unas 1050 millones de bolsas por año, lo que permitiría dar 14 vueltas al mundo si se las une. Un 85% de los consumidores las utiliza para tirar la basura, con lo que su presencia constituye más del 10% del total de los residuos sólidos urbanos (RSU), con el agravante de que cada una tarda 150 años en degradarse.

El problema de la contaminación por plásticos ha adquirido escala global. Se calcula que hay unas 20 mil bolsas por cada kilómetro cuadrado en los océanos, y esto constituye el principal factor de mortalidad de peces, tortugas y mamíferos acuáticos, que al ingerirlas mueren asfixiados. También en las ciudades, la acumulación de bolsas deteriora el paisaje y obstruye los desagües.

Si bien existen alternativas para morigerar el impacto ambiental de las bolsas plásticas, como su reciclado y transformación para generar nuevamente plástico, o incluso energía, se trata de procesos costosos, y a su vez generan gases contaminantes.

La mejor alternativa es entonces reducir su uso, algo en lo que una mayoría de los consumidores parece acordar. Según una encuesta del gobierno porteño, el 63% de las personas ya utiliza un carrito o bolsa reutilizable para hacer las compras, y casi un 80% de quienes usan las descartables estarían dispuestos a abandonarlas.

La decisión de discontinuar el uso de bolsas plásticas en los comercios porteños fue anunciada en septiembre, y en los últimos meses se implementó una campaña de distribución gratuita de un millón de bolsas reutilizables en puntos de alto tránsito de la ciudad.

Estas bolsas "están hechas con materiales reciclables que permiten su uso hasta 60 veces", destaca Martín Jersonksky, gerente de Ecofactory, empresa fabricante de bolsas y productos reutilizables creada en 2010. Los costos de las bolsas reutilizables parten de los $ 15 y dependen del modelo y tamaño. Muchas empresas aprovechan para acuñar su logo y regalarlas a sus clientes como acción de marketing y responsabilidad social, mientras que otras optan por entregar bolsas de papel reciclado.

Sin embargo, en paralelo a las medidas que toman los gobiernos y empresas, el verdadero cambio pasa por la decisión personal de llevar la propia bolsa o volver al clásico changuito para hacer las compras.

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