El Go, un juego de estrategia para los negocios

De origen milenario, refleja la filosofía oriental y su práctica requiere tanto del pensamiento lógico como intuitivo. Las compañías internacionales lo usan para entrenar a sus ejecutivos y su práctica se incluye en universidades como Harvard y Princeton. En la Argentina, su enseñanza académica llegó de la mano de Eseade.

En "Una Mente Brillante", la película que narra la historia del matemático John Nash, el protagonista se ofusca en un momento y patea un tablero de Go, juego que solía practicar en el patio de la Universidad de Princeton.
La relación de este juego oriental de estrategia con el pensamiento lógico-matemático es conocida, pero ha sido poco explotada en Occidente, donde su práctica data del siglo XIX, aunque sus orígenes se remontan a más de 2.000 años antes de Cristo en la antigua China.

Sin embargo, cada vez más, algunas compañías (las de origen oriental, como Toyota y Samsung, fueron las pioneras) comenzaron a utilizarlo como herramienta de entrenamiento entre sus ejecutivos y vendedores.
Se trata de un juego de tablero con fichas de color blanco y negro, cuyo objetivo es "rodear al enemigo y ocupar espacios", explica David Pollitzer, maestro y Tercer Dan en la Asociación Argentina de Go, y a cargo del curso de Go que desde este año se dicta en el Instituto Universitario Eseade.

El juego tiene puntos en común con el ajedrez (la lucha por el territorio, la necesidad de planear jugadas) pero, a diferencia de éste, se comienza con un tablero vacío que se va ocupando con fichas ubicadas en las intersecciones y se mueven una sola vez.

Todas las piezas tienen el mismo valor (no hay caballos, torres ni reinas) y sus reglas son mucho más simples, lo que permite una mayor creatividad en las jugadas.

Las fichas o "piedras" negras inician la partida al mover primero (otra diferencia con el ajedrez). Las reglas de cortesía típicamente orientales indican que las blancas corresponden al maestro, que deja la primera jugada al alumno.

Una vez colocada una ficha, no puede moverse por el resto del juego, excepto que sea "rodeada" por fichas contrarias y, en este caso, es removida. Al final de la partida, el jugador que ocupe mayor territorio ganará la partida, que suele durar desde media hora a tres horas.

Estudiar la estrategia

"Existen varios niveles de juego", explica Pollitzer. "Se puede comenzar con un tablero de 9x9, pero los profesionales usan uno de 19 x 19". Otra de las grandes diferencias con el ajedrez es que "en el Go, la intuición tiene tanto valor como el razonamiento, por lo cual resulta ideal para entrenarse en la toma de decisiones", apunta Fernando Roig, director de la Licenciatura en Publicidad en Eseade, donde la enseñanza de este juego se incluye como materia optativa.

"Esta es una prueba piloto, pero tenemos muchos alumnos interesados en cursarla", aporta Alicia Saliva, directora del departamento de Humanidades y Comunicación del instituto universitario. Entre los planes futuros está el de organizar seminarios y talleres de Go para empresas, en modalidad in company.

En este sentido, sigue la tendencia de escuelas de negocios como Harvard, donde hay un club de jugadores de Go formado por alumnos, docentes y graduados, y la Universidad de Princeton.

Equilibrio

En el Go hay competencia, pero también comunicación y cooperación. A veces se debe sacrificar un territorio para ganar otro, y eso es algo que ocurre en varios ámbitos de la vida y, sobre todo, en los negocios.
Entrenarse en este juego permite tener una visión más estratégica y balanceada, ya que un juego demasiado audaz o retraído puede llevar a perder la partida. "En cierto sentido, el Go es al pensamiento oriental lo que el ajedrez es al pensamiento occidental. Mao era un eximio jugador de Go y muchas de sus acciones bélicas estuvieron inspiradas en este juego. Por eso se enseña en academias militares, como la estadounidense de West Point, y las empresas que quieren hacer negocios con países de Oriente lo están empezando a impulsar para entrenar a sus ejecutivos y empleados", destaca Roig.

En el ámbito publicitario, específicamente, "se puede hacer un paralelismo entre este juego y una campaña, ya que tiene mucho de estrategia pero también de creatividad", apunta el docente y publicista.

Pasión de multitudes

En países como China, Japón, Corea o Tailanda, el juego del Go es muy popular y tiene más adeptos que el ajedrez en países occidentales. Incluso hay jugadores profesionales y Toyota auspicia un torneo internacional anual. Las nuevas tecnologías hicieron lo suyo y hoy se multiplican las aplicaciones y sitios web donde se pueden desarrollar partidas virtuales.

En la Argentina, donde su práctica se generalizó a fines de los 70, hay más de 1.000 jugadores inscriptos en la Asociación de Go, que organiza torneos y dicta talleres y cursos. "Queremos que el Go sea considerado un deporte, como el ajedrez, y que su enseñanza se traslade a las escuelas. Hay colegios japoneses donde se incluye como materia extra curricular, pero con Eseade es la primera vez que nos proponen llevarlo al ámbito universitario", destaca Pollitzer.

Además de la teoría y práctica de las reglas del Go, la materia incluirá aspectos de la cultura y la filosofía orientales. "Es una disciplina muy vinculada a la historia y el tipo de pensamiento de Oriente. Yo comencé a ahondar en la temática a partir del juego", confiesa el docente.

"Creemos que en un contexto en que China y los países orientales están cobrando una enorme relevancia en términos económicos y culturales, es muy importante empezar a conocerlos", afirma Roig. "Y el juego propone un acercamiento entretenido y ameno". Todo es cuestión de empezar a poner fichas en el tablero.

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