Opinión - Eugenio A. Bruno, Socio Estudio Garrido

Las empresas deudoras en una reestructuración financiera

En virtud de distintas causas, varias empresas argentinas se encuentran en proceso de reestructuración de sus pasivos financieros. La Argentina de-sarrolló una importante práctica en el área de reestructuración de deuda, tanto extrajudicial como judicial, en sus dos versiones consistentes en el acuerdo preventivo extrajudicial (APE) y concurso preventivo. Los casos actuales se beneficiarían de la experiencia anterior, aunque hoy existen aspectos que tienen una influencia más significativa que en el pasado.
Frente a una situación de stress financiero, las empresas pueden tomar dos caminos: enfrentar el hecho, antes o después de un eventual incumplimiento de pago (default), o diferir el problema en el tiempo. Dependiendo de la postura que adopte la empresa serán las respuestas de los acreedores.
Y dado que este vínculo (a nivel de contrapartes contractuales y de interacciones profesional y personal) es muy importante en los procesos de reestrucciones, se recomienda que intenten cuidarlo. Luego, será una negociación, generalmente ardua. Pero el contexto, llamado mesa de negociación, debería privilegiarse por las empresas deudoras. Desde ya que la postura de los acreedores no será uniforme y aún ante mesas de negociaciones bien servidas habrá acreedores que adopten posturas unilaterales de free riders, buscando aprovechar rápidamente una defensa efectiva de sus derechos inidviduales. Pero es un riesgo que se sabe que existe, más aun cuando pueda darse una situación de default de pago o incluso de default técnico, y el resto de los acreedores igualmente acompañará el proceso si las señales desde la empresa son claras en el sentido de avanzar en el abordaje del problema.
Por supuesto que habrá otras situaciones más extremas, donde inicialmente la negociación no podrá darse porque, por ejemplo, la empresa se presenta tempranamente en concurso preventivo. Pero aún en estos casos, y más allá de la pelea judicial que se da con respecto a la verificación e impuganción de créditos, cuando la deuda financiera es significativa aún se recomienda un amplio diálogo con los acreedores.
Hay dos grandes "lados" en una reestructuración: la empresa deudora y los acreedores. En el lado deudor se encuentra la firma que haya contraído de manera directa el endeudamiento, que puede ser la sociedad operativa o en menor medida la holding. Si se trata de un grupo multinacional, es posible que existan deudas tomadas por las sociedades operativas que actúen en cada país así como por la holding o por vehículos cross-border creados a los fines de tomar deuda.
Además de las empresas tomadoras de las deudas, generalmente otras firmas del grupo y sus accionistas controlantes deben otorgar garantías, incluso cruzadas cuando se trata de deuda cross-border. Los accionistas juegan además un rol importante en el caso que la compañía se encuentra descapitalizada y la propuesta de reestructuración requiere nuevos aportes de capital. Desde ya que este aspecto es también crítico en las negociaciones, y puede no darse, que, en ocasiones, impide la aprobación de las propuestas. Otras partes del lado deudor son los distintos asesores contratados como los asesores financieros y legales, y luego los distintos agentes que, por ejemplo, deban implementar eventuales ofertas de canjes.Instrumentos crediticiosEn el caso del lado acreedor, se deben determinar los instrumentos crediticios y los mercados donde se contrataron. Por ejemplo, si una firma sólo tiene préstamos bancarios, enfrente seguramente tenga, en su gran mayoría, a bancos comerciales, que buscan preservar la continuidad de las empresas y las pérdidas que aceptan se materializan mediante un alargamiento en los plazos de pagos. Pero aún en el caso de préstamos bancarios, pueden no ser todas entidades financieras los acreedores bajo los mismos, sino que puede haber fondos de inversión posiblemente de distress que hayan comprado los préstamos a ciertos descuentos. Este tipo de acreedores tiene una postura más agresiva en las reestructuraciones. Otra clase de acreedor importante son las entidades multilaterales de crédito, que tratan de co-liderar los procesos de reestructuración planteando demandas significativas. Rechazan las quitas de capital y aceptan ampliaciones de plazos y eventuales reducciones de las tasas de interés.
Pero si las empresas además tienen bonos corporativos, y particulamente colocados en el mercado internacional, la situación es distinta en cuanto a sus tenedores. Los bonos están en manos de varias clases de acreedores, que usualmente tienen intereses distintos que obligan a las firmas a analizar propuestas de reestructuración instrumentalmente diferentes aún cuando tengan el mismo valor presente.
Luego que se realice el análisis de la composición de la deuda y se sepan las categorías de los acreedores, las empresas, con sus asesores financieros, trabajan sobre distintos esquemas financieros y comerciales para medir su eventual capacidad de pago para hacer frente al endeudamiento. De lo que se considere como la capacidad de pago real surgirán los primeros lineamientos de la propuesta de reestructuración, así como las estrategias a seguirse.
La estrategia financiera se complementa con los análisis legales sobre las opciones de reestructuraciones y los derechos de los deudores y de los acreedores, y cuáles serían los mejores caminos contractuales y judiciales para lograr los objetivos.
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